Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Servicios
  • Espectáculos

Los propietarios judíos de Viña del Mar

POR GÜNTER BÖHM, EXDIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS JUDAICOS DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE POR GÜNTER BÖHM, EXDIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS JUDAICOS DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE
E-mail Compartir

En septiembre de 1543 fondeó en la bahía de Valparaíso una expedición trayendo socorro para los moradores de Santiago. Entre los soldados que llegaban en el refuerzo se hallaba el "portugués" Pedro de Omepezoa, quien junto con Diego García de Villalón, obtuvo el título primitivo de las tierras de Viña del Mar, pero no se radicó en ellas, sino siguió a las comarcas sureñas donde falleció en 1590.

Su origen judío se puede sospechar analizando su nombre, que equivale a decir "hombre y persona", que no señala un origen característico. Además, resalta el hecho de que su hijo, Pedro de Omepezoa, se casara con Luisa de Salas, hija de Francisco Gudiel, tildado como judío en una declaración de Hernando de Ibarra y que su hija se llamara Prudencia de Saa (contracción de Salomón) es muy notorio.

La viuda de Omepezoa, doña María de Toro, heredera de todos los bienes dejados por su esposo, vendió las tierras de Viña del Mar al capitán don Alonso de Riberos y Figueroa, por escritura otorgada en Concepción, el 5 de diciembre de 1590. Según este documento, venden ellos "unas tierras que habemos y tenemos como acreedores y herederos del dicho capitán Pedro Omepezoa... junto y linde con tierras del General Juan Jufré en río de Marga Marga, que al presente son las dichas tierras, de vos el dicho Alonso de Riberos, en el valle que llaman Peuco (Viña del Mar) y junto al dicho valle camino de las minas de Quillota... las cuales os vendemos con todas sus entradas y salidas, usos y costumbres, pastos y majadas o abrevaderos, aguas estantes, corrientes, derechos y servidumbres... por precio y cuantía de doscientos pesos de buen oro fundido e marcado, que de vos el dicho Alonso de Riberos y Figueroa hemos recibido y cobrado".

Aunque don Alonso de Riberos y Figueroa no era de ascendencia judía, lo era su esposa, doña Mariana Osorio de Cáceres, hija del famoso conquistador Diego García de Cáceres, amigo predilecto de Pedro de Valdivia, cuyo origen judío fue revelado por la publicación del libro genealógico "La Ovandina".

Don Alonso falleció en 1601, sin dejar descendencia, dejando sus propiedades a doña Mariana de Osorio, que a su vez favoreció a su sobrino, el capitán don Manuel Roco Campofrío y Carvajal, nombrándole albacea junto con don Jerónimo Bravo de Saravia.

Los albaceas decidieron enajenar la hacienda de la Viña de la Mar en pública subasta y fue adjudicada a doña Isabel Bravo de Saravia, nieta por línea materna de Diego García de Cáceres y esposa de don Manuel de Carvajal.

Nuevamente, en 1738, aparece otro "portugués", el capitán Cristóbal Rodríguez como dueño de las tierras de la Viña. Había nacido en el puerto del Callao, en el Perú, y era hijo de Cristóbal Rodríguez y de Josefa León, según declaró en su testamento. Fuera de esta indicación, nada se conoce sobre su ascendencia. Se radicó en el puerto de Valparaíso y fue dueño de una casa habitación y de unas bodegas. Debido a su solvencia dudosa y a las pocas utilidades de sus negocios, Rodríguez fue demandado por el Convento de Santo Domingo por el valor de los réditos de la capellanía que cargaba a su favor sobre la hacienda de la Viña.

Consecuencia de esta querella para Cristóbal Rodríguez fue la pérdida de la hacienda, que fue adjudicada en pública subasta el 20 de noviembre de 1748, al doctor don Ignacio del Águila.

Casi cien años más tarde, en 1840, aparece por última vez un dueño judío de la hacienda "La Viña de la Mar", el comerciante portugués Francisco Álvares, establecido en Valparaíso poco después de la Independencia. Había en este tiempo un núcleo bastante numeroso de "portugueses" en el puerto, que eran dueños en los primeros decenios del siglo pasado, de las más importantes casas comerciales.

En 1840 adquirió Francisco Álvares las haciendas "Las Siete Hermanas" y "La Viña de la Mar" en una suma inferior a cien mil pesos. Muy pocos años pudo disfrutar Álvares de sus magníficos feudos, porque una violenta pulmonía lo llevó a la tumba el 8 de octubre de 1843.

Los bienes dejados por don Francisco Álvares se dividieron entre la viuda, doña Dolores Pérez, a la cual correspondió la Hacienda '"Viña del Mar", y entre su único hijo, don Francisco Salvador Álvares. Este había nacido en Valparaíso el 13 de abril de 1814. A diferencia de su padre, nunca ocupó la posición que le correspondía en el comercio ni en la sociedad del puerto, debido a sus hábitos de juego y a la manía de viajar por distintas partes del mundo.

En el curso de estas peregrinaciones, don Francisco Álvares estuvo en California, donde era cónsul de Chile en 1852; también se encontró en el sitio de París en 1871. A pesar de ser heredero de la mayor fortuna del país, que ascendía a la suma de un millón setecientos mil pesos, considerada entonces fabulosa, don Francisco Salvador había dilapidado gran parte de su hacienda y los continuos viajes y aventuras en países tropicales habían minado su salud, falleciendo en octubre de 1873.

La última heredera de Viña del Mar fue la nieta de doña Dolores Pérez, doña Mercedes Álvares, casada con don José Francisco Vergara Echevers, que llegó a ser candidato a la Presidencia de la República en 1886, en oposición a don José Manuel Balmaceda. También don José Vergara tenía ascendientes judíos, siendo nieto del "portugués" Albano Pereira, del cual nos ocupamos en otra parte.

Si también al principio doña Dolores Pérez no consintió en vender ni una pulgada de su hacienda, no pudo resistir a la presión con que tanta gente la asediaba para que vendiese algún terreno, accediendo al fin doña Dolores en los últimos años de su vida a conceder algunos lotes, permitiendo que se edificase en ellos.

Don José Francisco Vergara tenía el propósito de iniciar la estructura de la futura ciudad de Viña del Mar, asunto madurado largos años, presentando un plano sobre la urbanización de esas tierras, base del actual balneario, que fue aprobado por decreto del Intendente de Valparaíso, don Francisco Echaurren, con fecha de diciembre de 1874, decreto que constituye el acta de nacimiento de Viña del Mar.


El Samurái DE LOS LIBROS

Título: "Los judíos en Chile durante la colonia".

Autor: Günter Böhm.

Editorial: Academia Chilena de Historia.

Extensión: 137 páginas.

Disponible en: Memoriachilena.cl