"Durante estos últimos dos años no sabemos a qué estuvieron expuestos los NNA"
La autoridad analiza distintos episodios conflictivos que han ocurrido en algunos colegios en este inicio del año lectivo. Apunta a una violencia estructural y una pérdida del sentido de comunidad, haciendo énfasis en el trabajo de la cartera para enfrentar este fenómeno.
Un inicio de año escolar más que complejo es el que han tenido las comunidades educativas a lo largo del país. Casos extremos de bullying, amenazas de tiroteos y una serie de agresiones entre alumnos han marcado este retorno masivo a las aulas. Una realidad de la cual la Región de Valparaíso no ha estado exenta y que por lógicas razones preocupa a la nueva Seremi de Educación, Romina Maragaño.
"Es una expresión de la violencia más estructural como sociedad, que muchas veces hemos estado viviendo. Muchos de los niños y niñas vienen de contextos que son vulnerables en una serie de aspectos, y que cuando volvemos a la escuela, se ve reflejado en ciertas cosas que en realidad, durante mucho tiempo estuvieron en pausa. Hoy día se vuelve a la escuela, a una institucionalidad que se maneja en los mismos códigos que estábamos antes del 2019", sostiene la autoridad.
En la misma línea, apunta a que se ha perdido el sentido de comunidad que se desarrolla en las escuelas y que estaba presente al menos hasta el año mencionado. Pero no es el único factor y admite también que "durante estos dos años nosotros no sabemos a qué estuvieron expuestos los niños, niñas y adolescentes (NNA) en los mismos contextos en los cuales viven, y hoy día los vemos en las escuelas con expresiones mucho más violentas, pero sin duda hay responsabilidades que son compartidas o de exclusiva responsabilidad de las familias también".
Frente a este tipo de hechos, recientemente el Ministerio de Educación conformó un Consejo Asesor para la Convivencia y No Violencia. "Sabemos que desde ahí van a salir una serie de orientaciones que van a permitir el quehacer en los establecimientos, a nivel regional estamos proyectando también un trabajo en un espacio intersectorial. Entendemos que la violencia es algo que sobrepasa la institucionalidad de la escuela, pese a que se expresa en ella", detalla la educadora diferencial de profesión.
Volver a hacer comunidad
- En las últimas semanas, varios hechos de violencia escolar se han registrado tanto en el país como en la región, incluso con un estudiante apuñalado hace algunas semanas. ¿Cómo visto la escalada de este fenómeno?
- Es una expresión de la violencia más estructural como sociedad, que muchas veces hemos estado viviendo. Muchos de los niños y niñas vienen de contextos que son vulnerables en una serie de aspectos, y que cuando volvemos a la escuela, se ve reflejado en ciertas cosas que, en realidad, durante mucho tiempo estuvieron en pausa. Hoy día se vuelve a la escuela, a una institucionalidad que se maneja en los mismos códigos que estábamos antes del 2019. (…) Entonces, desde ahí nos paramos para ver que es un tema más social y que obviamente, como escuela y como institución pública en general, tenemos que tomar medidas, acciones y esas soluciones o acciones no van a ser delimitadas o no va a haber una sola receta. Las orientaciones que el Ministerio presenta van en la línea de poder dar flexibilidad y que la escuela pueda tener espacios que permitan el reencuentro, que se permitan volver a ser comunidad.
- ¿Fue muy brusco para algunos estudiantes o comunidades este retorno a clases, de lleno este año?
- Creo que la escuela, como lo dice el Presidente, es la última en cerrar y la primera en abrir. Esos elementos son muy importantes y en esa línea, habría que haber tomado algunas precauciones en cuanto a la gradualidad de la vuelta a clases, pero creo que han sido dos años que, en realidad, las escuelas no han sido comunidades. Eso se pone en juego hoy día: el poder volver a encontrarnos y volver a ser las comunidades que en algún momento fueron previo al 2019, o también comunidades nuevas y distintas; creo que las necesidades de los estudiantes hoy día son distintas de las que fueron, inclusive, en el 2019. Hay otros temas que les interesan, son otros temas que movilizan a los niños, niñas y jóvenes, y creo que la institucionalidad de la escuela tiene que saber buscar respuestas colectivas a eso.
- En ese sentido, ¿sería el mismo encierro asociado a la pandemia la principal causa de estos hechos? ¿Cuán responsables son también los padres de los menores involucrados?
- Sin duda hay responsabilidades compartidas y el aporte, el rol que ejercen las familias en torno a la formación de los estudiantes, de los niños y niñas en estos dos años es fundamental. Las experiencias que tienen dentro de esos espacios también son muy importantes en cuanto a líneas de formación, o sea nosotros sabemos que los establecimientos muchas veces suelen suplir en el cotidiano los roles que las familias debiesen cumplir, y eso para nadie es un misterio. El tema es que durante estos dos años nosotros no sabemos a qué estuvieron expuestos los niños, niñas y adolescentes en los mismos contextos en los cuales viven, y hoy día los vemos en las escuelas con expresiones mucho más violentas. Pero sin duda hay responsabilidades que son compartidas o de exclusiva responsabilidad de las familias también.
Abrir espacios de diálogo
- Vinculado a esta escalada de violencia, en la última semana se alertó a través de redes sociales de posibles "masacres escolares" en distintos establecimientos, incluidos algunos de la región, razón por la cual se suspendieron las clases en los recintos apuntados. ¿Cuán factible era que se materializaran estas amenazas?
- Nosotros actuamos desde la prevención y ahí cualquier factor que sea un riesgo para los NNA hay que tratarlo con mucho cuidado y tomar todas las prevenciones del caso. Ahí la orientación general es primero hacer la denuncia respectiva, ya sea en Carabineros o PDI, porque creo que ahí estamos frente a un hecho delictual, en cuanto a una amenaza directa a la seguridad de los estudiantes, y que se hagan las investigaciones. Por otro lado se sugiere, que ahí también esa decisión siempre la conversamos con los sostenedores, en cuanto a suspender clases o hacer un cambio de jornada. Tenemos que prevenir y creo que más allá de que tenemos el 100%, 90% o el 20% de seguridad de que eso se concrete, ahí lo que tenemos que asegurarnos es que no haya ningún factor que ponga en riesgo a los estudiantes.
- Si bien la suspensión de las clases evitó lo que pudo haber sido una tragedia, ciertamente es una medida que no se puede mantener en el tiempo. ¿De qué otras formas se pueden combatir este tipo de problemáticas en el corto plazo?
- Más allá del tipo de la amenaza, creo que lo importante es abrir los espacios de diálogo en los establecimientos. Hoy día (miércoles) los estudiantes en Quilpué pedían que estos espacios sean permanentes, que no se den solamente en el contexto de este inicio de año escolar, sino que el diálogo y la conversación, las instancias de reflexión respecto de salud mental o psicoemocional se mantengan durante todo el año. Las escuelas tienen las facultades para poder hacerlo y generar espacios permanentes para poder mantenerlos, y creo que esa es una forma de hacerlo, de poder no dar solución, pero sí de poder descomprimir. No es la receta de la solución, pero creo que avanza para poder ir resolviendo.
Violencias naturalizadas
- Casi al mismo tiempo en que han producido las riñas, también han surgido algunas manifestaciones contra el abuso y acoso sexual en los colegios. ¿Tienen un catastro de denuncias respecto de este tipo de delitos?
- Ahí, todo lo que tiene que ver con las denuncias, tanto de agresión y como de agresión sexual, se hacen vía Superintendencia. Nosotros lo primero que hacemos es asegurarnos que los protocolos estén operando en primera instancia, que la Superintendencia tome conocimiento y comience esa línea de investigación; y por otro lado, que los protocolos que tengan los establecimientos también estén actuando. Ahí hay que hacer la salvedad de que este tipo de denuncias, que muchas veces son violencias que habían estado muy naturalizadas, hoy día los NNA están muy conscientes de ello y de que no lo van a aceptar más. A nivel de Ministerio, se va a realizar una jornada del plan de Sexualidad Integral que se quiere trabajar, en el cual se va a invitar a todas las comunidades a dialogar sobre este tema. Muchas veces los profesores o profesionales en los establecimientos no saben cómo abordarlo, y a nosotros nos han dicho que quieren capacitación en torno al tema, que les den orientaciones claras.
Sin duda hay responsabilidades compartidas y el aporte, el rol que ejercen las familias en torno a la formación de los estudiantes, de los niños y niñas en estos dos años es fundamental. Las experiencias que tienen dentro de esos espacios también son muy importantes en cuanto a líneas de formación".
(Ante las amenazas de 'masacre escolar') Tenemos que prevenir y creo que más allá de que tenemos el 100%, 90% o el 20% de seguridad de que eso se concrete, ahí lo que tenemos que asegurarnos es que no haya ningún factor que ponga en riesgo a los estudiantes".
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