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POR SEGISMUNDO

RELOJ DE ARENA Historias del 4 de septiembre

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Como a hermano,

hermano fiel,

y entre las cosas puras,

no hay como este laurel:

el pueblo lo llama Gabriel.

Atractivos versos de Pablo Neruda en apoyo a la candidatura del radical Gabriel González Videla pronunciados por el poeta en una proclamación masiva en el Estadio Nacional. La postulación surgió tras el fallecimiento del Presidente Juan Antonio Ríos, también radical, el 27 de julio de 1946.

El vicepresidente Alfredo Duhalde, designado por Ríos que padecía de una penosa enfermedad, de acuerdo a la Constitución de 1925 debía citar a elecciones dentro de un plazo de 10 días de ocurrido el fallecimiento las que se efectuarían en 60 días a partir de esa fecha.

Así, la votación sería el 4 de septiembre de 1946. Es ahí, debido a la muerte de un mandatario, donde surge esta fecha electoral en la cual serían elegidos, además de Gabriel González Videla, otros cuatro Presidentes, Carlos Ibáñez, Jorge Alessandri, Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende.

Pero la Constitución tenía complicaciones que darían paso al funcionamiento de animadas cocinas políticas. Se establecía que el Congreso Pleno proclamaría Presidente de la República "al ciudadano que hubiere obtenido más de la mitad de los sufragios válidamente emitidos". Agregaba que "si del escrutinio no resultare esa mayoría el Congreso Pleno elegirá entre los ciudadanos que hubieren obtenido las dos más altas mayorías relativas; pero, si dos o más ciudadanos hubieren obtenido en empate la más alta mayoría relativa, la elección se hará solo entre ellos".

Es decir, también estaba el lejano caso de un triple o cuádruple empate en las urnas. ¿Se imagina usted la pelea por un solo voto en estos casos?

Todavía no aparecía la fórmula de la segunda vuelta que tenemos hoy en la muy remendada Constitución de 1980.

El hecho es que González Videla con el apoyo de su partido, medio dividido, los comunistas y la Falange Nacional, futura DC, ganó en las urnas con una mayoría relativa.

Los comunistas, disciplinados al ritmo de la poesía de Neruda -ningún candidato presidencial ha tenido el apoyo de tan destacado creador- trabajaron por un radical que era burguesía pura. Disciplina también mostraron apoyando el pacto de no agresión firmado en Moscú en agosto de 1939 entre la Unión Soviética de Stalin y la Alemania de Hitler. En fin, allá y acá la confianza les costó caro; los comunistas fuera de la ley y Neruda, senador, perseguido al ser condenado por injurias graves y desaforado por la Corte Suprema. Debía ser detenido, pero, escribe González Videla en sus memorias, la orden fue "buscarlo y no encontrarlo". Bueno, hay hasta un filme sobre el tema.

Volviendo a nuestra elección el radical logró 192.207 votos; Eduardo Cruz Coke, conservador, 142.441; Fernando Alessandri, hijo de Arturo, liberal, 131.023 y Bernardo Ibáñez, dirigente sindical socialista, 12.114.

Resultado sobre 479.310 votantes, 631.257 inscritos y 5.023.539 habitantes en todo el país. Las mujeres tenían solo derecho a voto en las elecciones municipales. Números interesantes mirados en perspectiva en que la derecha sumada superaba al radical.

Con su primera mayoría relativa González Videla salió a buscar apoyo en sus contendores. Los conservadores fueron rotundos en su negativa, en tanto los liberales, laicos al fin como los radicales, dieron el sí. El Congreso Pleno, que tenía las llaves de La Moneda, dio 138 votos a González Videla y 30 al conservador.

Pan por charqui, decían en el campo: los liberales se sumaron al gabinete. Con luces y sombras González Videla terminó su mandato en 1952. Luces, impulso a la industrialización del país -Enap de Concón es obra suya-, el voto femenino en todas las elecciones o la consolidación de la soberanía chilena en la Antártida, entre otros logros importantes. Y sombras, alta inflación y la Ley de Defensa de la Democracia, que dejaba fuera de la ley a quienes habían sido sus aliados, los comunistas, incluyendo a Neruda, que era senador. Y un gustito personal, pero trascendental, el Plan Serena, la recuperación de los valores y fisonomía colonial de La Serena, su ciudad natal. Si yo fuera Presidente, lo que por cierto no va a ocurrir, me daría el mismo gustito con Valparaíso.

General de la esperanza

Y llegó otro cuatro de septiembre, el de 1952. Blandiendo la escoba como arma de combate Carlos Ibáñez del Campo llega a La Moneda. Escoba, pues con ella barrería la corrupción de 14 años de gobiernos radicales. ¿Exageración? Verdades a media, pero había sido mucho tiempo, difíciles años, hay que reconocerlo.

Ibáñez, militar, depuesto en 1931 con patente de dictador, que lo fue, representaba el rechazo a la política. Nada nuevo. Era el "general de la esperanza" con ciertas inspiraciones peronistas y hasta socialistas tuvo apoyo en un partido, el Agrario Laborista, que se lo llevó el viento, pero en sus tiempos de gran influencia. También lo apoyó el Partido Socialista Popular.

Ibáñez logró 446.439 votos, Arturo Matte, con apoyo liberal y conservador, 265.357; Pedro Enrique Alfonso, radical, 190.360 y Salvador Allende, socialista, su primera postulación presidencial, 51.975. La gran novedad, el 32,3% de los 957.102 votantes era mujeres. La abstención fue, baja, casi un 13%. Con todo Ibáñez había logrado 46,77% de los votos y debió recurrir al Congreso para su proclamación, Pero los números eran contundente y entró, triunfante a La Moneda. Tenía 75 años.

Las esperanzas populares se desvanecieron y la inflación en algún momento llegó al 80%. Como muchos atacó el problema habitacional y creó la Corvi, Corporación de la Vivienda. Algo se avanzó, pero nunca lo suficiente. Cumpliendo sus promesas sacó a los comunistas de la ilegalidad. Se estableció además la cédula única electoral para impedir el cohecho. Anteriores cargos de corrupción fueron ahora reemplazados por los de nepotismo. La parentela rondando La Moneda.

Otro alessandri

Llegamos al 4 de septiembre de 1958 con un apellido conocido: Alessandri. Jorge Alessandri Rodríguez, apoyado por la derecha se impone con su mensaje de austeridad. Mayoría leve, el 31,2% de los votos. Segundo remata Salvador Allende, 28,5%, seguido del DC Eduardo Frei Montalva, 20,5%. En franca declinación los radicales, con Luis Bossay logran el 15,4% de los sufragios y al final de los escrutinios aparece el Cura de Catapilco, Antonio Zamorano Herrera con un 3,3% de los votos que, se dice, pudieron inclinar la balanza en favor de Allende. Alessandri en el Congreso Pleno logró 147 votos, contra 26 de Allende. Afirmó siempre que no buscaba el poder. Independiente de derecha miraba con desconfianza a los políticos y centró su labor en frenar la inflación. Duro periodo con el devastador terremoto y maremoto de 1960. Intentó también abordar el problema de la vivienda y mejoró la situación de los jubilados. En lo internacional, conflictos limítrofes con Argentina y ruptura de relaciones con Bolivia le quitaron el sueño.

Revolución en libertad

Al ritmo de la Marcha de la Patria Joven llegamos al 4 de septiembre de 1964 en que se impone Eduardo Frei Montalva con un contundente 55,7% de la votación y su "revolución en libertad". Segundo está Salvador Allende, 38,6% y tercero el radical Julio Durán, con un magro 5%. Frei, mayoría absoluta no necesita la venia del Parlamento. Muchas esperanzas y demandas en su mandato con una izquierda turbulenta en su propia tienda. En medio de tensiones puso en marcha la reforma agraria, un importante plan habitacional y la creación de numerosos establecimientos educacionales. Perdió piso político y se diluyó la posibilidad de la continuidad DC en La Moneda.

El 4 de septiembre de 1970 el DC Radomiro Tomic, ala izquierda de la ya dividida DC llegó tercero en la elección con solo el 27,8% de los votos, la mitad de los logrados por Frei. Primero fue Allende, 36,2% y segundo Jorge Alessandri con el 34,9%. Llegada estrecha y decidía el Congreso entre el primero y el segundo. Suspenso y de nuevo la vieja cocina. Las fuerzas allendistas tenían en el Congreso 78 parlamentarios, mientras Alessandri contaba con solo 44. Los democratacristianos, en tanto eran decisivos 75. ¿Apoyarían a Alessandri considerando la implacable oposición de la izquierda a Frei Montalva? Versiones para todos los gustos, incluyendo la elección en el Parlamento del segundo, Alessandri, que renunciaría para dar paso a una nueva elección presidencial con dos posiciones más definidas. En base a un Estatuto de Garantías la DC, tercera en las urnas, dio su apoyo en el Congreso a la proclamación de Salvador Allende.

¿Qué habría pasado si la ya gastada Constitución de 1925 hubiese considerado el balotaje entre Allende y Alessandri, segunda vuelta vigente en la actualidad? Estaban en juego 821.801 votos logrados por Radomiro Tomic, votos sin propietario que podrían ir para allá o para acá.

Política ficción, cosas que no pasaron. Lo demás es historia, para todos los gustos e interpretaciones -¡cuidado con el negacionismo!- con turbulencias surtida que llevan al próximo 4 de septiembre de 2022 en que nos enfrentamos a una propuesta constitucional que intenta ser un mentholatum para resolver todos los males que no han logrado vencer a lo largo de más de 200 años, tantos que han estado de entrada y salida en La Moneda.