Presión ciudadana y estrecho lazo con la Convención: los motivos tras el fin de la luna de miel
La brusca caída que ha tenido el Mandatario en las últimas encuestas está marcada por una serie de factores, donde las altas expectativas de la población, la urgencia por los cambios y el vínculo indisoluble con el órgano constituyente aparecen como principales factores a tener en cuenta.
Poco más de un mes ha transcurrido desde el que Gabriel Boric dejó su cargo como diputado por la Región de Magallanes y asumió como nuevo Presidente de la República, tras haberse impuesto en la segunda vuelta a José Antonio Kast, en lo que fue el proceso eleccionario con mayor participación ciudadana y donde obtuvo el 55,87% de las preferencias.
Pero ya pasado un tiempo desde aquel histórico suceso y a prácticamente 30 días de haberse instalado en el Gobierno, no son pocas las complicaciones que ha debido afrontar al mando del país. Y es que a las múltiples crisis que azotan al territorio, desde los problemas migratorios a los de seguridad y los estragos económicos de la pandemia y la guerra en Ucrania, ha tenido que sortear el gallito político tanto con la oposición como con algunas fuerzas de su propia coalición por el quinto retiro de los fondos de pensiones.
A eso se suman los traspiés comunicacionales protagonizados por parte del gabinete, principalmente por la ministra del Interior, Izkia Siches, que luego de afirmar erróneamente que un avión con migrantes expulsados durante la administración anterior volvió con todos sus pasajeros a nuestro país, debió retractarse y pedir disculpas. Por su parte, el titular de la Secretaría General de la Presidencia también ha recibido cuestionamientos, luego de dar suma urgencia al proyecto de amnistía a los denominados presos del estallido, lo que generó más de un roce con senadores socialistas.
Todo se ha visto acentuado con una brusca caída en su popularidad, según distintos estudios de opinión pública. En la última entrega de la encuesta Cadem, por ejemplo, se muestra que la aprobación a su gestión bajó un punto respecto de la semana anterior, llegando a 44%; su desaprobación, en cambio, creció seis unidades, con un alza acumulada de 21 puntos en los últimos 30 días (41%). Agenda Criteria, en tanto, muestra un respaldo de 42% para el Mandatario, un 4% menos de lo que marcó el expresidente Sebastián Piñera en su primer mes.
Sin periodo de gracia
Pese a este desalentador panorama, la directora y fundadora de la Corporación Latinobarómetro, Marta Lagos, trata de poner estos números en perspectiva. En ese sentido, plantea que en el América Latina la aprobación promedio de los Presidentes ha sufrido una importante caída desde la crisis subprime de 2008, marcando cerca de 30% en 2020. "Por lo mismo, un presidente que tenga sobre el 50% ya es un portento. El único que ha logrado mantener su aprobación ha sido Andrés Manuel López Obrador", afirma.
En la misma línea, la encuestadora sostiene que uno de los principales problemas que han tenido los Mandatarios, dice relación con la alternancia del poder, que se ha visto reflejado en casi todos los procesos eleccionarios recientes en la región y por lo mismo, plantea que "ya no hay luna miel", que es como se conoce al periodo que "otorga" la población a la autoridad entrante para instalarse y comenzar a desarrollar políticas que tengan impacto en sus vidas.
"errores no forzados" del círculo cercano del mandatario, su vínculo indisoluble con la convención y una ciudadanía más empoderada han marcado la sostenida baja de boric en encuestas.
Nicolás Reyes Acevedo
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