(viene de la página anterior)
"Eso se acabó", dice Lagos sobre este periodo de gracia, agregando que "nos encontramos ante la inmediatez, donde la gente quiere ver lo que sucedió en el instante en que ocurre y no 5 minutos después y eso, sumado a la profunda desconfianza en Chile, que si las cosas no suceden inmediatamente, entonces te mintieron. Este gobierno dijo en los primeros días 'vamos lento, porque vamos lejos'. Esa velocidad de avance, parece incompatible con el momento de presión por la inmediatez que requiere la población".
Por lo mismo, plantea que "la pregunta es por qué a Boric no le iba a pasar. A mí me sorprende que haya gente que cree que es lo peor que ha sucedido, pero a ver, este fenómeno le ha pasado a todos los presidentes. Ahora, tendremos que ver cuál es la mediana de Boric. Me parece que 44% está bastante bien, dada la situación de América Latina y de Chile. Aquí hay una presión por resultados que ves en el quinto retiro: la gente quiere sus cosas para ayer".
Baja base de apoyo
"La afinidad que en general tienen los presidentes con la ciudadanía son romances bastante cortos", asevera el académico y analista político de la Universidad Andrés Bello (UNAB), Felipe Vergara, quien en una línea similar a Lagos, estima que casi de entrada se produce una "desilusión" producto de la ansiedad porque se materialicen en el corto tiempo las propuestas que se plantearon en tiempos de campaña, algo que a todas luces parece imposible".
"Por otro lado, hay que considerar que la base fuerte del Presidente Boric es un 25%, que es lo que obtuvo en primera vuelta; el resto, es mucha gente que votó, posiblemente, por el mal menor o por el candidato que no lo representara totalmente, pero era lo contrario a una propuesta distinta, que era la que ofrecía Kast", agrega el periodista experto en marketing político, quien señala que sería un error considerar que el respaldo real del frenteamplista es cercano al casi 56% que alcanzó en el balotaje.
Ante este escenario, señala que si bien en comparación su aprobación actual es mejor que lo obtenido en noviembre de 2021 "él partió bastante bajo, no comenzó muy alto, como le ha tocado a otros Presidentes, que parten con una aprobación bastante mejor. Acá no porque además, su corriente genera anticuerpos inmediatamente: hay un sector importante del país que no se siente ni cercanamente afín a esa tendencia".
Entre los motivos que acentúan esta especie de distanciamiento, una de las principales agravantes que sacar a relucir Vergara, tiene que ver con la crisis económica, ya que al margen de que lleve poco tiempo en el cargo "inmediatamente se le atribuye a quien es el gobernante. Si lo comparamos con la administración anterior, hoy el Gobierno de Boric tiene casi el triple de aprobación. Entonces, uno diría que está mejor que su precedente, pero no mucho mejor a cómo él mismo llegó".
Amarrado a la convención
Pero ciertamente el magro escenario económico no basta para explicar la caída de Boric en las encuestas. En ese sentido, el académico de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), Fernando Wilson, suma otro aspecto relevante a considerar, como es la imagen y propuesta de gobierno que presentó el otrora parlamentario en su campaña de segunda vuelta, "que fue más emocional que razonable o basada en un programa de gobierno concreto".
"Si revisabas el programa, era básicamente una expresión de intenciones, pero no había una bajada concreta, cómo ejecutarlo, cómo desarrollarlo. Eso significa que cuando se llega a ejecutar el gobierno, se espera resultados, en cierto sentido, mágicos, porque en un esquema de transición de poder de esas características, evidentemente se esperan unas características que no son posibles de cumplir", complementa el doctor en Historia.
A lo anterior, Wilson suma algunos escándalos recientes, como los nombramientos de algunos familiares de otras autoridades en cargos de relevancia, como ocurrió con la hermana de la diputada Claudia Mix -Patricia-, quien asumió recientemente en la Seremi de Cultura de la Región de Valparaíso. "Todo ello comienza a romper la blancura prístina con la que llegaron al gobierno. Son perfectamente razonables estos nombramientos, pero se suponía que ellos no hacían eso, por lo tanto, naturalmente les son exigidos", advierte.
Por último, pone el acento en el vínculo que existe entre el actual gobierno y la Convención Constitucional, de la cual el mismo Boric fue artífice en el acuerdo del 15 de noviembre. Al respecto, subraya que "el riesgo que corre ante una Convención completamente aislada y con una postura más de activismo de que gestión política concreta, es de terminar salpicado por un proyecto maximalista, que incluso de ganar, va a resultar difícil de aplicar y en segundo lugar, en una guerrilla desatada por parte, no solo de la oposición, sino también partidos de izquierda que van luchar por sus propios intereses partidarios, que pueden provocar una enorme cantidad de reformas, antes que esta siquiera esté entrando en ejecución de manera completa".
Este vínculo que se da casi por hecho entre Boric y el órgano constituyente es respaldado por el cientista político y académico de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), Nicolás Freire, quien indica que "quiéralo o no el Presidente tiene una relación con la Convención, que está muy mal catalogada. Parte de la mala valoración que está teniendo le repercute al Presidente. Mal que mal, es uno de los grandes impulsores de la Convención y su sector está muy bien representado. Hay algo de eso que rápidamente le perjudica y que en otro gobierno no estaba".
APORTE NEGATIVO DE LA CONVENCIÓN
Esta mala imagen a la que apunta el doctor en Estudios Americanos se evidencia en prácticamente todas las mediciones públicas. En la entrega más reciente de Data Influye, por ejemplo, un 58% de los encuestados señaló que el trabajo del órgano ha estado por debajo de sus expectativas y solo un 15% dice que las ha superado.
"Desde las percepciones, son dos procesos que corren por vías paralelas -independientemente que en determinados momentos se toquen o no-, pero si le va bien a uno, es muy probable que la percepción del otro mejore. En ese sentido, son dos eventos que son paralelos, pero que están amarrados", puntualiza Freire, quien además afirma que al gobierno "le conviene" que termine lo antes posible el nexo con la Convención.
En ese sentido, algunas acciones como fijar desde ya la fecha para el plebiscito de salida "responde más a una voluntad del gobierno, que este proceso termine, porque podría haberle sumado, pero en las condiciones coyunturales que estamos viendo, aparentemente no. Y en esa ecuación, está el hecho de que es mayor lo negativo que la Convención podría aportarle a Boric, que lo positivo que un eventual cambio de Constitución pueda impactarle".
Este diagnóstico es compartido por el director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central (UCEN), Marco Moreno, quien también vislumbra un impacto en la misma hoja de ruta que se ha fijado la actual administración del país. "La agenda del gobierno ha terminado constitucionalizándose, es decir, se ha contaminado con el proceso constituyente y eso está llevando a que, de alguna manera, la propia suerte del Ejecutivo esté unida al resultado del plebiscito de salida", postula.
Asimismo, el doctor en Ciencia Política dice que todo lo que pasa por la Convención, termina siendo tema de conversación para los personeros de gobierno, quienes "tienen que salir a plantear sus posiciones y eso, evidentemente, cuando aumenta la desaprobación del órgano, se traspasa a la gestión de gobierno. Por eso es que no va a ser extraño que el plebiscito de salida sea la oportunidad en que los ciudadanos evalúen la gestión de gobierno". 2
La corriente de Boric genera anticuerpos inmediatamente: hay un sector importante que no se siente ni cercanamente afín a esa tendencia".
No va a ser extraño que el
plebiscito de salida sea
la oportunidad en que los
ciudadanos evalúen
la gestión de gobierno".
Aquí hay una presión por resultados que ves en el quinto retiro: la gente quiere sus cosas para ayer".
Parte de la mala valoración que está teniendo (la Convención) le repercute al Presidente. Mal que mal, es uno de sus impulsores".
"
"
"
"