V21: el potencial del nuevo barrio El Salto
Con amplia visión de futuro, un grupo de empresarios busca convertir el tradicional sector en un lugar de innovación y tecnología. El V21 es el tipo de apuestas arriesgadas que pueden tener un doble efecto: recuperar un barrio histórico de Viña del Mar y revalorizar la mirada que los propios habitantes tienen de la ciudad en que viven.
Inspirado en los casos exitosos de Medellín, Berlín, Londres, Miami y Barcelona, un grupo de empresarios que pertenece a la Corporación para el Adelanto del Barrio El Salto impulsa la idea de transformar esa tradicional zona industrial viñamarina en un trozo de ciudad inteligente, capaz de atraer a los mejores profesionales de la innovación tecnológica. Bajo el concepto de V21 -o distrito de la innovación-, el plan maestro de desarrollo contempla infraestructura específica para la llegada de empresas dedicadas a prosperar en un siglo XXI lleno de negocios digitales. El esfuerzo es encomiable, porque avanza con decisión pese a las turbulencias que envuelven el devenir de la economía nacional y a las incertidumbres que abre el proceso constituyente, escenarios que están en pleno desarrollo y con final abierto. El proceso de convertir un área que históricamente ha sido nicho de desarrollo empresarial en un territorio de nuevos negocios puede transformarse, perfectamente, en un símbolo del camino que debe seguir Viña del Mar si quiere mejorar la calidad de vida de sus habitantes: atraer inversión y fomentar el crecimiento en áreas que vayan más allá del turismo y los servicios educacionales. Los gestores de V21 apuestan a que, además, será un incentivo para aquellos santiaguinos que verán con buenos ojos radicarse en la Ciudad Jardín. También puede frenar el éxodo de estudiantes que egresan de planteles locales, pero deben buscar horizontes profesionales en Santiago por la falta de oportunidades en la Región. Aunque la idea inicial tiene cerca de una década y existe un plan maestro, así como un equipo a cargo y profesionales dedicados desde hace un tiempo, la consolidación del distrito de innovación en Viña del Mar demorará aún varios años. Será un periodo de desafíos, donde el empuje puesto por empresarios como Fernando Reitz, Gonzalo Ugarte y Andrés Lagomarsino, deberá obtener el apoyo adecuado de los organismos públicos involucrados en los proyectos de este alcance y envergadura. Para el municipio de Viña del Mar será la oportunidad de demostrar que tiene claridad sobre el horizonte de bienestar que busca la mayoría de los vecinos, quienes aún recuerdan que la ciudad fue un lugar privilegiado para la instalación de nuevas empresas e ideas de negocios. La visión de los empresarios viñamarinos detrás del V21 usa como modelo principal la experiencia de Barcelona (Distrito @22), que consiste en la implementación de una ciudad compacta, donde coexisten empresas, universidades, centros de investigación, de formación y de transferencia de tecnología, así como viviendas, equipamientos y zonas verdes. En resumen, el V21 es el tipo de apuestas arriesgadas que pueden tener un doble efecto positivo: recuperar un barrio histórico de Viña del Mar y revalorizar la mirada que los propios habitantes tienen sobre la ciudad en que viven.