Claudio Ramírez

Tras dos años de cierre debido a la pandemia, la situación económica de Rapa Nui parece insostenible. Con su principal actividad económica paralizada en el periodo como es el turismo, los gremios urgen a que pronto se inicie el proceso de apertura junto con un paquete de medidas que permita al ecosistema productivo local, prepararse para una reactivación que esperan con ansias. Y aunque se especula que a partir de julio esto podría comenzar a concretarse, aún en territorio insular se espera una confirmación oficial.

El presidente de la Cámara de Turismo, Edgard Hereveri, comentó que muchos socios están en quiebra y otros tantos endeudados porque no han podido enfrentar sus compromisos debido a la nula llegada de visitantes. "Muchos están haciendo los trámites para cambiar de giro y poder mantenerse, porque no vemos una pronta apertura, además que cuando ésta comience seguramente van a pasar seis o siete meses para ver el comportamiento del coronavirus en la isla", dijo el representante gremial.

"Para poder prepararse ante una apertura se necesita inyectar fondos y en ese sentido no visualizo una política del Gobierno por lo menos de apoyar", agregó Hereveri quien detalla que los hoteles y los distintos servicios turísticos requieren estar en condiciones de funcionar tanto en materia de protocolos sanitarios que se requiere implementar como en garantizar su funcionamiento desde el punto de vista operacional.

"Hay un tema que no es menor que tiene que ver con la mano de obra porque en estos dos años todo el personal que trabajaba en los servicios turísticos regresó al continente. Estamos hablando casi de 3 mil personas que se fueron de la isla y para nosotros es un gran problema", alertó el líder gremial.

También sumó otros temas como mejorar el hospital, implementar la UCI en caso que hubiese un brote en la isla, y también mejorar la infraestructura del aeropuerto que se encuentra en condiciones precarias.

"Necesitamos un plan de apertura urgente, pero también integral no solo pensando en los protocolos sanitarios, sino que en un rescate al sector del turismo que permitan complementar los servicios asociados para el momento en que empiecen a llegar los visitantes a la isla. El sector está muy dañado, en crisis económica y endeudado", dijo Hereveri, añadiendo que se necesitan medidas. "Estamos pidiendo que ojalá el ministerio de Economía pueda asignar un fondo especial de rescate a las pymes".

Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio de Rapa Nui, Torea Laroche, advierte que si bien en un principio el sector pudo sostenerse, a partir de 2021 y sobre todo tras el término de los bonos y retiros de las AFP el escenario empezó a cambiar.

"La baja de las ventas comenzó a sentirse de manera muy fuerte a partir de diciembre del año pasado cuando se acabaron los bonos, los retiros, y en general los aportes del Estado. Por lo menos entre 20% y 40% de disminución en las ventas mensuales", recalcó, subrayando que la merma en la población, por la nula presencia de turistas y la consecuente partida de los trabajadores asociados a esa actividad también mermaron los ingresos, a lo que se suma la inflación.

"Creo que es importantísimo volver a abrir lo antes posible la isla y pienso que vivir en una condición de burbuja sanitaria tampoco es sano. Hoy entendemos que las vacunas salvan vidas, se ha comprobado y considero que no hay más excusas para mantener la isla cerrada. Al principio todo era nuevo, todos estábamos asustados, pero creo que hoy afecta la salud mental y económica de la población", mencionó Laroche.

En esa línea también reparó en la necesidad de contar con un paquete de apoyo a las empresas. "El Gobierno va a tener que estudiar un tipo de apoyo a las pymes locales para que puedan reactivarse al momento de la apertura, activar los créditos bancarios porque hay muchas personas que han dejado de pagar pues al no tener apertura no tienen movimiento", cerró.

"Necesitamos un plan de apertura urgente, pero también integral, no solo pensando en los protocolos sanitarios, sino que en un rescate al turismo".

Edgard Hereveri, Presidente. Cámara de Turismo

"El Gobierno va a tener que estudiar un tipo de apoyo a las pymes locales para que puedan reactivarse al momento de la apertura".

Torea Laroche, Presidente Cámara de Comercio

Un reporte elaborado por el Observatorio del Envejecimiento para un Chile con futuro, proyecto que surge de la alianza entre la Universidad Católica y Compañía de Seguros Confuturo, arrojó que, en las zonas rurales, que suelen tener índices de pobreza más elevados y un mayor porcentaje de habitantes con al menos 60 años, existe también una cantidad más grande de personas mayores dependientes.

En ese contexto, Ñuble, que es la región con el nivel más alto de población rural (30,6%) y de población envejecida (22,6%), es la que tiene la tasa más elevada de personas mayores de 60 años dependientes, alcanzando un 20%. Le siguen la Región del Maule y después Valparaíso con un 17%. Más atrás se ubican La Araucanía y Los Lagos con un 16% y 15%, respectivamente.

Todos estos territorios superan el 20% de habitantes mayores de 60 años y el 26% de población rural, con excepción de Valparaíso (9%). No obstante, esta región es la que presenta la proporción más elevada de población de este segmento etario en el país con un 23,3%.

El estudio indica que, aunque la dependencia se vincula comúnmente con una condición física o de salud, es necesario comprender que es en mayor medida una problemática de carácter social, pues existen factores de este tipo que facilitan o dificultan el desempeño y desarrollo de personas dependientes.

También se consigna que con la llegada de la pandemia, se acentuaron las desigualdades, perjudicando la calidad de vida de estos grupos e incrementando además los pronósticos de dependencia a futuro.

Asimismo, el informe revela que mientras solo el 5% de las personas mayores de 60 años con estudios universitarios son dependientes, el 32% sin educación formal se encuentra en esta situación. En lo que respecta a género, el 17% de las mujeres de este segmento presenta algún grado de dependencia y solo un 11% de hombres.