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ENTREVISTA. Esteban Valenzuela, ministro de Agricultura:

"En caso de estrechez hídrica extrema de una cuenca, todos los derechos de agua son una fantasía"

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Por Mauricio Ávila C.

Sin buscarlo, dice Esteban Valenzuela, desde niño le tocó ir todas las semanas a la feria. Como miembro de una megafamilia de 16 integrantes, iba en un carretón al mercado de Rancagua a comprar vegetales y en la casa era el "huertero" de su abuela Isolina. En el pensionado Cardenal Caro de Santiago, cuando entró a la universidad a estudiar Periodismo, también iba todas las semanas a La Vega Central a comprar las verduras y frutas para la semana.

Los productos del campo lo persiguen. Hoy es ministro de Agricultura y dice que este sector de la economía chilena debiera ser motivo de gratitud para la ciudadanía. "En los dos años de pandemia y en este año terrible de alza mundial de la energía y los alimentos, los insumos y el cierre de las exportaciones de aceite de Rusia y Ucrania, y el cierre de la exportación de fertilizantes de China, ¿qué alimentos han faltado en Chile durante la pandemia? Que alguien me lo diga seriamente", desafía.

-No ha faltado, pero los precios se han disparado.

-Lo que ha habido es carestía de ciertos productos, pero es increíble, hay que estar agradecidos, así como le agradecimos al sector salud, de la vitalidad, dinamismo, eficacia, eficiencia, aumento de la productividad de nuestra agricultura diversa. Es cierto que en cereales hemos perdido terreno, pero igual en el centro-sur y Loa, Malleco, Biobío, seguimos produciendo el 45% de nuestro trigo. Los mismo lo logramos con la leche. Somos autosostenibles con la industria lechera. Pero, además, nuestros clústeres de hortalizas son muy significativos, aquí en Lampa, Tiltil y todo el país y también los pueblos de naciones originarias. En el caso de Arica, los valles de Azapa y Lluta son ejemplares en eficiencia hídrica. Son regiones en que la agricultura ha sido más dinámica en los últimos cinco años, aunque en el total agrícola del país suenen menos. Entonces, no nos ha faltado alimentación. Por eso creo que hay que estar optimistas.

-¿Esto significa que no debiéramos ver más alzas tan grandes en los productos agrícolas como las que se han visto hasta ahora?

-La única hipótesis negativa para los cultivos ya de primavera es que esta guerra de Ucrania con Rusia se prolongue y que se sumen problemas de logística de puerto que pudiesen empantanar los costos de traslado, y que signifique un alza en los productos en que somos más dependientes de las importaciones. Estamos hablando de legumbres, trigo y aceite de maravilla. En el resto, tenemos mucha capacidad de suficiencia. Si crece el precio de la carne, también van a ver los exportadores que el mercado local es competitivo. Entonces, tengo la visión más optimista, sin negar los problemas. Hemos estado en reunión con los directivos de Cotrisa (poder comprador de trigo) y también el ministerio está haciendo consultas con distintos países en el tema de fertilizantes, y si vemos que el sector privado no reacciona a la altura de asegurar su disposición, el Estado va a ser proactivo.

-La última encuesta Criteria mostró que mucha gente piensa que los empresarios suben artificialmente los precios. Incluso usted dijo que la Fiscalía Nacional Económica debiera actuar. ¿A dónde apuntaba?

-Yo estaba pensando fundamentalmente en el aceite, porque los sustitutos al aceite de maravilla también subieron bastante, pero hay una demanda en todo el mundo de más aceite. Entonces, si hubiese colusión, ahí debe funcionar la institucionalidad.

-Su ministerio lanzó el MAT (Mejores Alimentos de Temporada), comparando precios de alimentos frescos en ferias con los supermercados. ¿La idea es motivar a la población a ir a los centros de abasto?

-Es una tendencia mundial de acercar la compra con menos intermediarios a los productores. Hay un boom en las redes de comunidades o cooperativas de compra, como se les dice. Además, varias municipalidades están techando las ferias. Eso se ha ido expandiendo y además hay ferias nocturnas. Existe una cultura de cercanía con el producto. Hay ahí una cadena virtuosa que hay que fortalecer. Uno de los programas del ministerio es recuperar después de tres años las ferias campesinas y la Expoagro Nacional y también apoyar a los mercados campesinos. Todos los municipios tienen que ponerse las pilas para favorecer a los productores locales, territoriales. El Presidente Boric hablaba en su programa de soberanía y seguridad alimentaria. Chile es el gran exportador, por tamaño, de frutas frescas del Cono Sur a Europa, EE.UU. y el mercado chino, japonés y taiwanés, y eso hay que valorarlo, pero tenemos que ponernos más las pilas en los circuitos cortos. Eso a propósito de Chiloé, Llanquihue y La Araucanía, que son bien ejemplares en diversidad, con leche, carnes, papas, productos del mar, también mucha miel de calidad, huevos diversos… Por algo Chiloé es una zona Sipam (Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial). Lo agroecológico no es algo secundario, hay muchas prácticas tanto de los mapuche, huilliche, lafkencue, como de sectores de nuevos agricultores que optaron por la agroecología; también de industrias top, como la ganadera, que ha estado trabajando seriamente en certificarse en prácticas verdes. Vamos a hacer una gran cumbre de agricultura verde y ganadería sustentable a fin de año en la ciudad de Puerto Varas.

-¿Cómo ha soportado la sequía el sector agrícola?

-Claramente hay una zona con serios problemas: la región de Coquimbo y la zona de Petorca y Aconcagua. Ahí se han focalizado. El resto también los tiene, pero ha resistido gracias al aporte histórico que han hecho las Juntas de Vigilancia, que son un gran ejemplo de capital social construido por muchas décadas, dos siglos. El canal del Maipo viene desde el inicio de la Independencia y la Junta de Vigilancia del Cachapoal tiene todo un historial de canales, de mantenimiento, de trabajo y del Estado desde los gobiernos populares, que inició los 40 canales de regadío a gran escala. Esos canales han generado algunos embalses, seguridad hídrica. Los embalses el último tiempo han tenido más fracasos. Ya vemos cómo está Peñuelas, que no queda nada, lo mismo embalses históricos de la región de Coquimbo, completamente secos. Hay pequeños embalses que se proyectaron en la cuenca del río Petorca, pero que no tienen agua, entonces hay un problema serio.

-¿Qué se ha estado haciendo al respecto?

-Tres cosas muy concretas por petición del Presidente Boric. Una, sesionamos acá el Comité de Embalses, que dirige este ministerio, para destrabar y apurar la licitación y aprobar varios embalses pequeños. Dos, darles una segunda oportunidad este año a 30 proyectos que no pudo ejecutar la Comisión Nacional de Riego (CNR) por dificultades con los insumos y la mano de obra en tiempo de pandemia. Estamos buscando que la nueva ley de riego permita con acuerdo de los actores tecnificar por área. Y también levantar barreras a los pequeños que a veces tienen problemas de herencia, de no acceso a los derechos de agua, y esperamos que en todo eso haya voluntad de los actores y así lo hemos auscultado en el Parlamento. Hay muy buena voluntad transversal de colaborar y de avanzar estos procesos. Un tercer elemento, aquí no hay ortodoxia, las desaladoras también pueden ser opciones, desaladoras multipropósito. Hay varias que están en construcción.

-¿Qué se ha hecho mal?

-La cuarta pata de la mesa son los Consejos de Cuenca y en eso somos una vergüenza. Acá hemos hecho gárgaras, pura retórica. Hay algunos avances en Copiapó, algunas mesas en Santiago, en Aconcagua, en Petorca, pero es el colmo, no tenemos en una web abierta cuánto está consumiendo cada actor. La Dirección General de Aguas (DGA) no ha dado el ancho, tampoco los privados, que con transparencia se sepa cuánto consumen. Tenemos que ir hacia la transparencia y eficiencia y evitar el despilfarro, y también lo que no es sostenible. Hay casos extremos como Petorca donde habrá que generar negociaciones para que esté asegurada el agua potable y tendrá que moderarse una agricultura que se ha encaramado en monocultivo y que concentra muchos derechos de agua.

-¿No se está incubando una "guerra del agua"? Hace mucho tiempo que la gente está reclamando.

-Hay desconfianza fundada. Cuando ves que se seca todo un valle, no hay agua potable y hay gente en la punta de cerro, literalmente, con un oasis de monocultivo, molesta eso. Pero ahí ha fallado el Estado y también los privados por omisión de generar los acuerdos y la transparencia y el manejo responsable de las cuencas. Tampoco hay que ponerse provisionista, pero puede haber condiciones, normas que a través de una planificación territorial permitan que las cuencas tengan ciertos soportes hídricos. Estamos también en una crisis hídrica no conocida. Felizmente ha estado lloviendo

"Este monstruito que inventó la dictadura de los especuladores del agua que no tenían tierra y acumularon derechos de agua fue un extremismo; quien no lo quiera reconocer a estas alturas, se equivoca".

"En los Consejos de Cuenca somos una vergüenza. Acá hemos hecho gárgaras, pura retórica. Hay avances (...), pero es el colmo, no tenemos en una web abierta cuánto está consumiendo cada actor".