Aplicar y reformar la Constitución: desafíos del actual Parlamento
POLÍTICA. Analistas del CEP y la UDP desmenuzan al Congreso que recibiría la nueva Carta Magna y ejes clave de articulación.
Mientras se discute el tipo de transición que habrá hacia el proyecto de nueva Constitución ofrecido por la Convención, y en medio de las críticas al limitado quórum de dos tercios para que el actual Poder Legislativo pueda modificar el texto, vale la pena reflexionar en torno al Parlamento - tanto en su estructura como en las correlaciones de fuerzas- que podrían llegar a hacerse cargo de las reformas, así como de la aplicación de la nueva Carta Magna.
Para la experta en comportamiento legislativo e investigadora del Centro de Estudios Públicos (CEP), Carmen le Foulon, un punto que merece ser mencionado es que si algunos convencionales quieren imponer una regla diferente a la que regirá para el Parlamento que asuma desde 2026 en adelante, pensando en hacer cambios constitucionales, es porque conocen la composición del Congreso sobre la cual operará.
Si se mira la actual composición política del Legislativo, las posibilidades de alcanzar grandes acuerdos son diferentes entre las cámaras. A su juicio, "mientras en el Senado hay una menor fragmentación, hay menos independientes y los partidos de Chile Vamos más los de la exConcertación superan los dos tercios, hay una Cámara de Diputados que está sumamente fragmentada, con veintiún partidos diferentes, con muchos independientes, de la mano de partidos pequeños que pueden buscar jugar el rol de bisagra. Todo esto hace aún más difícil la coordinación".
Otra pregunta central que se hace Le Foulon es de alcanzarse los 2/3 requeridos, cuál sería su contracara. Es decir, qué grupos podrían constituirse como el tercio con poder de veto sobre las reformas constitucionales.
Por ahora, su análisis es que hay varias formas de que se alcancen los dos tercios para concretar reformas constitucionales, aun cuando para todos ellos se requerirá el apoyo de partidos de los extremos del espectro político, ya sea de derecha o de izquierda, según la conformación. Esto último, cree, "dificultará enormemente la posibilidad de cambios, ya que no solo deben estar de acuerdo en reformar, sino en el contenido de la reforma".
Aplicar la constitución
Otro punto importante que se debe tener en cuenta, desde la perspectiva de Carmen le Foulon, es el enorme desafío legislativo que enfrentará el actual Congreso, sobre todo, a partir de lo visto en la discusión de normas transitorias. "Los plazos que se proponen son estrechos para la gran cantidad de leyes que se deberán dictar y si a eso le sumamos la tramitación de proyectos propios del gobierno, el tiempo requerido para generar diálogos y consensos se verá muy acotado", reflexiona.
Lo mismo cree María Cosette Godoy quien, como directora de la Escuela de Ciencia Política Universidad Diego Portales, considera que el peso del desafío que tiene por delante el Parlamento es tan grande que se contradice con lo complicada que está la distribución de poderes en la Cámara de Diputados.
En medio de esa fragmentación y polarización, Cosette reconoce a ocho diputados de la Democracia Cristiana y otros siete del Partido de la Gente que, está convencida, serán clave pensando en su comportamiento político y si darán apoyo o no a ciertas leyes. "La nueva Constitución se podría implementar en una Cámara de Diputados que no tiene mayorías y con un Senado que está absolutamente empatado", agrega.
Presión al parlamento
Todo lo planteado anteriormente se debe condimentar con las diferentes cargas y presiones que tendrá el Parlamento, desde el tiempo hasta su imagen, pensando en legislar con urgencia la nueva Constitución.
Por ejemplo, se podría utilizar la herramienta de los Decretos con Fuerza de Ley en caso de que el Congreso no avance con fluidez en determinadas materias. A eso, Cosette le suma la posibilidad de una sanción electoral, de cara a nuevas votaciones, ante aquellos comportamientos obstaculizadores de algunos de los parlamentarios frente a la implementación de las nuevas leyes que se requieren.
De cómo sortear esas presiones dependerá de un discurso en que el Congreso se presente más como un colaborador antes que un obstaculizador, plantea esta analista: "Todos sabemos que hay una relación un poco tensa entre los convencionales y el Senado, a raíz del reemplazo del Senado por una Cámara de las regiones. Sin embargo, un discurso convocante a la hora de implementar los cambios será clave".
Estrategia de partidos
María Cosette Godoy, además, pone en juego otra variable relacionada al porcentaje de apoyo que reciba la nueva Constitución en el plebiscito, si es que gana el apruebo. En síntesis, piensa que no es lo mismo si esta opción gana por estrecho margen o si la diferencia es mucho más amplia.
"Si el porcentaje de aprobación es relevante cambiaría el escenario político, en tanto modifica la voluntad y la predisposición de algunos sectores a la hora de aplicar la Constitución de una u otra manera", proyecta. En cambio, dice que si el apruebo gana por un porcentaje mínimo, seguramente, habrá más espacio de acuerdos en la gestación de reformas constitucionales.
Dependerá, entonces, de la manera en que gane el apruebo, para que algunos actores, diputados y senadores, se movilicen y definan su estrategia.
Es así como Cosette caracteriza el mapa parlamentario de la siguiente forma: las fuerzas políticas convencionales que, seguramente, se alinearán con una postura más obstaculizadora, como es el caso del Partido Republicano o la UDI. Contrario a esa certeza, está la incertidumbre de lo que pasará con la Democracia Cristiana o el Partido de la Gente.
También ve como un elemento relevante la capacidad para tender puentes de algunos sectores del Socialismo Democrático, como el Partido Socialista. Además, en el caso de implementar la nueva Constitución, Cosette pondera el rol de una Renovación Nacional "mucho menos rígida que otros partidos y con menos disciplina interna que es algo que le hemos visto últimamente".
"Es posible que parlamentarios de Renovación Nacional puedan apoyar ciertas medidas (…) quizás sea un partido relevante que pueda apoyar la implementación de ciertas leyes, sobre todos, las que tienen que ver con derechos sociales", subrayó la académica.
"(La posible composición del Congreso) dificultará enormemente la posibilidad de cambios, ya que no solo deben estar de acuerdo en reformar, sino en el contenido de la reforma".
Carmen le Foulon, Investigadora CEP
"Todos sabemos que hay una relación un poco tensa entre los convencionales y el Senado (...). Sin embargo, un discurso convocante a la hora de implementar los cambios será clave".
María Cosette Godoy, Dir. Escuela de Ciencia Política UDP