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PDI detiene en base naval a dos marinos vinculados a crimen de mapuche

TALCAHUANO. Hoy será control de detención por el asesinato de Yordan Llempi en el estado de excepción de 2021.
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Redacción

Cerca de 23 horas después de que se emitió la orden de detención, la PDI capturó a los dos marinos que estarían vinculados con la muerte de un joven mapuche durante el estado de excepción de 2021 en la Provincia de Arauco.

La demora, según Radio Bío-Bío, fue porque el exjefe de la defensa del estado de excepción en el Biobío, Jorge Parga, destituido por Gabriel Boric hace solo unos días, habría solicitado que la diligencia la realizara la Policía Marítima y que los marinos sean juzgados por la justicia naval.

El procedimiento comenzó cerca de las 16 horas del lunes, cuando el Juzgado de Garantía de Cañete acogió la solicitud del fiscal Nelson Vigueras, a cargo de indagar la muerte del comunero Yordan Llempi. La policía civil intentó concretar la orden de detención contra el teniente Luis Videla y el cabo Ricardo Seguel San Martín esa noche, pero no lo hicieron, y la Brigada de Homicidios habría llegado a un acuerdo con la Armada para que entregaran a los funcionarios ayer.

Una vez capturados, se programó la audiencia de control de detención y formalización de cargos para la tarde, pero el juez de Garantía de Cañete, Cristián Rosenberg, acogió el requerimiento de la defensa de los dos funcionarios para aplazar la cita debido a que no contaban con todos los antecedentes.

El abogado dijo que no recibió la copia de la orden de detención previo a la audiencia ni tuvo acceso al informe policial o evidencia del Ministerio Público.

Por eso, hoy, desde el mediodía, se realizará la audiencia.

La ministra del Interior, Izkia Siches, dijo sobre la detención que esperan que las "investigaciones en curso permitan establecer a los responsables como se ha señalado por parte del Ministerio Público".

"Hemos tenido la mejor relación con nuestras Fuerzas Armadas, entendemos el rol que desempeñan. Por eso, esperamos que esto en nada empañe el trabajo que se realiza en la zona", agregó.

Llempi recibió un impacto de arma de fuego mientras estaba en el patio de su casa del sector de San Miguel, luego de que marinos fueron atacados con armas de fuego tras ingresar a un predio donde incautaron armamento de grueso calibre, pero según las indagatorias el joven no tenía relación con los incidentes, los militares habrían percutado más de 170 veces y existen videos y audios que incriminarían a los dos detenidos, indicó Radio Bío-Bío.

Carlos Peña

Contar lo que no ha ocurrido

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¿Cómo se rinde cuenta de algo que aún no comienza del todo, de algo que está en sus primeros balbuceos?

Esa es la pregunta que hubo de rondar al Presidente Gabriel Boric mientras preparaba la cuenta que ha de leer hoy.

En realidad, no se trata propiamente de una cuenta, puesto que si fuera eso sería magra y escueta por el breve tiempo transcurrido; aunque puede considerarse una cuenta si se llama así no al registro de lo que se ha hecho o dejado de hacer, sino al relato de lo que se espera hacer o no hacer.

Y es esta segunda alternativa, no hay otra, a la que el Presidente debe aferrarse: dar cuenta de lo que piensa y espera de su propio quehacer.

Ante todo, el Presidente debiera explicitar lo que él mismo ha llamado, una y otra vez, explícita e implícitamente, el propósito transformador del Gobierno que preside. Si hay algo que caracteriza a Gabriel Boric es la inmensidad de su propósito. No se trata de administrar lo que hay, de hacerlo más eficiente, de corregir defectos flagrantes, ni nada parecido. Lo que él se ha propuesto -si se atiende a su trayectoria y lo que durante ella ha dicho- es transformar. ¿En qué consistiría esto de transformar? El Presidente debiera comenzar por explicar eso.

En la literatura de ciencias sociales se puede encontrar la distinción entre políticas afirmativas y políticas transformadoras. Una política afirmativa se orienta a corregir los resultados inequitativos de los acuerdos sociales, sin afectar el marco general que los origina. Un ejemplo de ese tipo de política sería el multiculturalismo que repara la falta de respeto simbólica pero que deja intacta la diferencia que la origina. O, en el ámbito económico, el estado de bienestar que mediante un sistema de servicios o subsidios repara las desigualdades sin evitar que se sigan produciendo. Las soluciones transformadoras serían, en cambio, aquellas soluciones dirigidas a corregir los resultados inequitativos, precisamente mediante la reestructuración del marco general o la estructura que los origina.

Como es fácil advertir, un propósito transformador exige un diagnóstico a la altura. Si usted no identifica aquello que produce los resultados -la desigualdad, la discriminación étnica o de género, etcétera- que usted quiere evitar, su propósito transformador se quedaría en una mera frase.

Así, entonces, el Presidente tiene el gravamen -si mantiene su propósito transformador- de elaborar y transmitir un cierto diagnóstico de la situación del Chile contemporáneo, única forma que su propósito sea plausible.

Por lo dicho, la cuenta -una cuenta que no es tal por lo breve del quehacer gubernamental- debiera proclamar un propósito transformador y un diagnóstico en el que ese propósito se funde.

Pero, por supuesto, eso no es del todo suficiente.

Como acá se trata de política y no de ciencia social, el Presidente debe todavía identificar los factores y las fuerzas que necesita para llevar adelante su propósito transformador y los obstáculos que deberá remover.

Para eso deberá invitar a las fuerzas de izquierda -sí, a las mismas de los treinta años- a sumarse formalmente a la coalición de Gobierno. Esta es la única forma de construir, tal cual están las cosas, una mayoría que le permita ejecutar sus propósitos. Ampliar su base formal de apoyo para contar con la voluntad parlamentaria, o con una parte relevante de ella, es un objetivo a estas alturas indispensable. El dibujo de una coalición o al menos un esbozo de ella, un leve trazo, incluso, aparece como inevitable.

Propósitos transformadores, diagnóstico del Chile contemporáneo, invitación a una amplia coalición de izquierda.

No sería poco para una cuenta de lo que no ha ocurrido.

Cuando la gente ha hecho poco, cuando ha vivido poco, tiene poco que contar, tiene más por delante suyo que lo que ha dejado atrás. Y eso que les ocurre a los individuos les ocurre también a los gobiernos. Y para qué decir al de Boric. Si tiene poco que contar de lo acaecido, tiene mucho que relatar de lo que se espera. Pero al hacerlo ha de tener en cuenta que los trazos de ese relato no son impunes: configuran la vara con la que, más temprano que tarde, se le juzgará.