"En la práctica, el Gobierno dilata todo su accionar hasta el plebiscito"
Lejos del ruido constante y polémico que se encuentra muchas veces en la política, el senador independiente con cupo de Renovación Nacional, Kenneth Pugh, cree representar "la verdadera y gran política, que solo se encuentra en el Senado". Esta última es la que, según dice, le permite a los países avanzar, mediante acuerdos, instalando política pública de calidad que mejore, a su vez, la calidad de vida de las personas.
Desde ese punto de partida, que a su juicio "es más reflexivo y menos inmediato que la politiquería populista", Pugh recorre los principales acontecimientos de la agenda. A su juicio, los grandes temas son de Estado y deben mirarse más allá de la dualidad Gobierno-Oposición.
- Comencemos hablando del plebiscito que se hará en los próximos meses. ¿Cuál es su posición con respecto a la propuesta de nueva Constitución?
- Creo que estamos en un momento en el que las personas están conociendo los efectos reales que tendrá el nuevo texto constitucional, donde desaparecen muchas de las entidades que conocemos y aparecen muchísimas otras nuevas. Para mí, lo fundamental es que con la nueva Constitución desparece la integridad del territorio nacional y el que seamos todos iguales ante la ley, que son dos principios esenciales para una democracia.
- ¿Está convencido que la nueva Constitución dividirá al país, que es uno de los grandes argumentos del Rechazo?
- Hoy día Chile es uno solo donde la ley se aplica para todos por igual. Sin embargo, cuando se habla de autonomías y de nuevos sistemas de justicia aparecen, también, enclaves territoriales y justicias distintas. Es muy importante que las personas entiendan que, en el fondo, el texto propuesto desarma el Chile que conocemos y que se construyó con más de 210 años de historia, instalando algo para lo que no estamos preparados.
- ¿Cómo ve la posibilidad de reformar la Constitución de 1980, en caso de que gane el Rechazo?
- Ese es un debate real que nos habla de la necesidad de estar previendo y buscando una salida ante el Rechazo. Como creo que la incertidumbre llevará a los chilenos a votar Rechazo, aparece la necesidad de hallar instrumentos que permitan articular. Creo yo que lo que hay que entender es que una carta de derechos no es la solución, sino que los problemas se resuelven con una mejor legislación.
- ¿La crisis ambiental de Quintero-Puchuncaví se resuelve con legislación o con una nueva Constitución?
- La crisis ambiental de Quintero-Puchuncaví se resuelve con leyes, no garantizando en la Constitución el derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación, que es algo que existe de 1980 y que nunca se ha cumplido.
- Usted ha planteado como una de las soluciones el perseguir a los responsables de delitos medioambientales. ¿Sirve?
- Los delitos medioambientales existen y están tipificados. Hay varios lugares del mundo que los reconocen y los persiguen. Obviamente, se requiere tener policías especializadas. Acá tenemos la Brigada de Delitos Medioambientales de la PDI y, si es preciso, deberíamos financiarle el edificio y el lugar que tienen previsto para poder operar. Darles el equipamiento para levantar la evidencia necesaria y así poder comprobar y perseguir eficazmente estos delitos. Como no tenemos un sistema especializado de ese tipo ¿qué ocurre? que todos se echan la culpa unos con otros y eso no sirve para nada.
- ¿Responsabiliza al Gobierno de los nuevos episodios de la crisis?
- Igual que en los temas de seguridad, estos son temas de Estado que no tienen que ver con el gobierno de turno solamente. Este es un problema de larga data. De a poco hemos avanzado en la consciencia de lo que es el daño medioambiental. Daño referido no solo a la salud de las personas que es lo primero, sino a la contaminación que existe en el agua y en la tierra. Las empresas tienen que ser capaces de actuar generando los mínimos impactos, midiendo sus riesgos y con planes de mitigación para enfrentarlos. No se puede instalar alguien que no cumpla con todo eso.
- Llegamos a los primeros cien días del nuevo Gobierno. ¿Qué balance hace?
- Improvisación es la palabra precisa para describir estos cien días. Este es un Gobierno que se instaló sin tener el conocimiento ni las personas experimentadas. Está aprendiendo y eso tiene costos: pocos proyectos de ley, escasa conducción política y la desarticulación que se puede observar, con situaciones que llegan a sus límites. Al contrario, necesitamos un Gobierno que tenga conducción política, ordenado y que sea capaz de avanzar. Es más, hasta ahora se ha supeditado todo el accionar legislativo al plebiscito de septiembre, es decir, en la práctica el Gobierno está dilatando su accionar hasta el plebiscito.
- ¿Cómo ve la acusación constitucional presentada por el Partido Republicano en contra de la ministra del Interior?
- Creo que se han precipitado un poco, en el sentido de que la ministra está comenzando su gestión y las personas cuando comienzan tienen que aprender a entender cómo funciona el Estado, especialmente en los partidos que son más jóvenes y que no han tenido formación de cuadros ni toda la capacidad para poder operar. Aun así, como yo soy jurado en caso de que esto prospere, no me puedo pronunciar. Por eso existen dos cámaras.
- ¿Es un error la propuesta de bicameralismo asimétrico de la Convención?
- No me gustan las defensas corporativas, pero es un riesgo eliminar una de las cámaras, que es la que actúa de balance y de contrapeso y es la que tiene que interpretar con una mirada de largo plazo. En un escenario con un Congreso unicameral, a la ministra se la acusaría y se le echaría, probablemente. Mientras que en el Senado se reflexiona, se analiza el mérito y después, como jurado, cada senador elige.
- Como marino en retiro, ¿qué le pareció el polémico discurso pronunciado por el ex comandante en jefe de la Armada, Miguel Ángel Vergara, donde habló abiertamente de estar preparados ante amenazas internas?
- Fue un discurso sacado de contexto. Es importante recalcar que aquí no hay problemas entre las FF.AA. y el Gobierno porque éstas son obedientes y cumplen con todo lo que se les pide. El propio Presidente así lo manifestó. Y más que escalar, esta situación permitió que tanto el Presidente Boric como el comandante en jefe de la Armada se conocieran mejor y se evaluaran mutuamente.
"La propuesta de Constitución desarma el Chile que conocemos y que se construyó con más de 210 años de historia".
"En la crisis medioambiental de Quintero-Puchuncaví todos se echan la culpa unos con otros y eso no sirve para nada".