La protesta social se convierte fácilmente en delincuencia. Es lo ocurrido el fin de semana pasado, en la Ruta Las Palmas de Viña del Mar, cuando pobladores de las tomas situadas en el eje de esa vía cortaron la calzada con barricadas, apedrearon vehículos y robaron mercadería desde algunos camiones. Además, en una amenazante acción extorsiva, procedieron a "cobrar peaje" a los conductores para permitirles seguir su marcha. Estas acciones provocaron grave congestión, considerando el alto flujo de vehículos propio de un fin de semana extendido debido al feriado legal de ayer lunes. La única reacción conocida de pobladores del sector provino de la toma "Comunidad Árbol Grande", responsable de cortes recientes. En un comunicado afirmaron no ser responsables de esos hechos, señalaron como autores a los ocupantes de la "Toma Las Palmas" y expresaron que mantienen una mesa de trabajo con autoridades buscando resolver su problema habitacional.
Hay en esa declaración una acusación que las autoridades deben tomar en cuenta ya que existen dos denuncias ante el Ministerio Público, pues se han configurado los delitos de desórdenes públicos graves además de hurtos y agresiones a Carabineros atacados con bombas incendiarias.
El jefe de la Subcomisaría de Forestal, capitán Marcial Barrera, afirmó que "el nivel de resistencia que se ha presentado por parte de los manifestantes ha sido bastante alto". Ello evidencia que existe organización y líderes que promueven las acciones que sobrepasan el daño material y exponen a las personas, ocupantes de la ruta, al riesgo de lesiones por el apedreamiento de vehículos y el lanzamiento de elementos combustibles.
Carabineros ha dispuesto servicios preventivos para evitar nuevos cortes. Es necesario, además, un sistema de alerta ante manifestaciones para usuarios de la vía con el objeto que no tomen esa ruta y prefieran Agua Santa o bien Santos Ossa, acceso por Valparaíso. El corte de la Ruta Las Palmas afecta no solo la entrada a Viña del Mar, sino que también todo el movimiento del Camino Internacional y el tráfico hacia y desde Concón. No se pueden pasar por alto las demandas habitacionales, pero menos se pueden pasar por alto estos hechos de violencia donde hay anonimato y cobardía en acciones contra personas que quedan aprisionadas en una ruta sin alternativas y expuestas a todo tipo de ataques.
Es necesario prevenir y mantener sistemas de alerta que minimicen el riesgo de los usuarios de las vías, pero hay que avanzar en una investigación para establecer responsabilidades en hechos que afectan el movimiento y la seguridad, de un modo o de otro, a todo el Gran Valparaíso.
No es aceptable ante estas y otras manifestaciones, una posición de comprensión y simpatía que alienta nuevos hechos violentos que son, simplemente, delincuencia.