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Codelco reanudó ayer sus operaciones en la fundición de Ventanas

INDUSTRIA. Empresa estatal anunció que el Ministerio de Medio Ambiente aprobó su Plan Operacional. Vecinos recordaron que tras el cierre hubo más episodios críticos.
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Cristián Rojas M.

Codelco Ventanas informó ayer que este viernes 1 de julio el Ministerio de Medio Ambiente aprobó la actualización del Plan Operacional presentado por la estatal, por lo que la Fundición reanudó sus operaciones a las 16 horas de ayer, bajo previa fiscalización de la Superintendencia del Medio Ambiente.

"El reinicio de la operación se realizará resguardando todas las medidas y normativas ambientales. Simultáneamente, seguiremos avanzando en las mesas de trabajo para la preparación del proceso de cese de la fundición comprometido por Codelco con los trabajadores, a la espera del proyecto que modifique la Ley 19.993, que permita enviar los minerales de Enami a otras fundiciones", cerró el comunicado.

Al respecto, Víctor Azócar, miembro de la directiva del Consejo para la Recuperación Ambiental y Social (CRAS) de Quintero y Puchuncaví, recordó que "nos alegramos cuando se anunció el cierre de la fundición, pero sabemos que no puede ser una decisión inmediata, de hecho, en un principio se hablaba a cinco años y ahora se está hablando de entre cinco y diez años".

Sobre la reanudación, recordó que "las empresas tuvieron que hacer un nuevo plan operacional, por lo tanto, se supone que bajaron nuevamente los contaminantes o la producción y están asegurándose de que la comunidad no sufra ningún evento a futuro, pero está en duda si es Codelco o no, porque ha contaminado por años con SO2 (dióxido de azufre), pero los últimos eventos no corresponden a gente que esté intoxicada con SO2, no son los síntomas".

En ese sentido, Azócar advirtió que "hay empresas particulares que no se han considerado, como por ejemplo, Oxiquim".

Episodios tras el cierre

Una visión similar tiene el presidente de Centro de Padres y Apoderados del Colegio Alonso de Quintero, Carlos Muñoz, quien hizo notar que "lo curioso es que desde el día 6 de junio Codelco dejó de funcionar, y nosotros tuvimos episodios sucesivos prácticamente todos los días y hasta los últimos días de la semana recién pasada".

A su juicio, "el cierre de la Fundición Codelco Ventanas es una decisión cobarde e irresponsable. Cobarde porque no soluciona en lo absoluto la situación de contaminación de la península de Quintero y Puchuncaví, por el contrario, yo creo que genera -y aquí viene lo de irresponsable- un fenómeno económico difícil".

Asimismo, Muñoz planteó que "esto no se trata, como muchos han dicho, de poner el dinero por sobre la salud, pero lo cierto es que Codelco no estaba funcionando y tuvimos estas situaciones que se han venido repitiendo, por lo tanto, que vuelva a funcionar, que vuelva a su operatividad, la verdad es que en el escenario en el que estamos, de tanta ambigüedad, yo no tengo certeza de que sea lo suficientemente malo o lo suficientemente bueno".

Sobre ese punto, explicó que "en la actualidad ninguno de los sistemas de monitoreo de los que el Estado dispone son capaces de registrar la totalidad de los gases que hoy día están generando lo que han generado, entonces difícilmente uno podría decir si la reactivación nos afecta más o menos de lo que nos había afectado antes de lo que comenzó a suceder, porque no tenemos cómo determinarlo".

En tal sentido, recalcó que "instrumentos como el cromatógrafo son una necesidad y una obligación del Gobierno central de otorgarlo a las comunas que hoy día estamos afectadas por este tipo de situaciones, para poder hacer las mediciones adecuadas. Como no existe, es muy probable que siga sucediendo exactamente lo mismo y que no podamos determinar quién es el responsable, porque lo que ha ocurrido en el último tiempo es producto de la suma de todas las empresas".

Una visión más crítica planteó la diputada Chiara Barchiesi (P. Rep.), quien sostuvo que "el anuncio del regreso de operaciones de Codelco Ventanas, en contraposición al acelerado anuncio de su cierre definitivo, demuestran un tropiezo más de este gobierno".

Calificó la medida como "tardía pero necesaria" para los trabajadores y aseguró que como bancada Republicana harán todos los esfuerzos "por hacer una norma que haga que las estaciones de monitoreo sean capaces de medir también todos los otros tóxicos que generan las demás industrias del sector y que hasta ahora están pasando inadvertidas por la autoridad".

"Los últimos eventos no corresponden a gente que esté intoxicada con SO2, no son los síntomas".

Víctor Azócar, Miembro de la directiva del CRAS

27 días estuvo cerrada la fundición de Codelco Ventanas, desde el 6 de junio hasta las 16 horas de ayer.

348 trabajadores de planta son los que operan en la fundición Ventanas. El resto son subcontratados.

Hace 60 años, expedición hizo importantes descubrimientos

MARCHILE II. Emblemática campaña oceanográfica permitió hallar megabacteria y comprobar existencia de corriente.
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En todo un hito para el conocimiento del océano, por lo cual es frecuentemente citada en distintas publicaciones, se convirtió la expedición oceanográfica Marchile II, que un puñado de científicos y técnicos desarrolló entre el 5 de julio y el 4 de agosto de 1962, a bordo del buque Yelcho de la Armada, entre Arica, Punta Patache, Isla San Félix y Juan Fernández.

Al cumplirse sesenta años del viaje, dos de sus participantes recuerdan algunos de sus detalles y logros. Ellos son el jefe de la campaña, oceanógrafo Hellmuth Sievers Czischke, exdirector del Instituto de Oceanología de la Universidad de Valparaíso, y su colega Víctor Ariel Gallardo, doctorado en Biología en la Universidad de California del Sur y actualmente docente del departamento de Oceanografía en la Universidad de Concepción.

Megabacteria marina

Uno de los hallazgos inesperados y de gran relevancia para la ciencia se produjo en las profundidades del mar, donde casi no hay oxígeno disuelto y la fauna de fondo es muy escasa. Allí, en uno de los descubrimientos más importantes de su carrera, el doctor Gallardo encontró la megabacteria marina Thioploca, una de las más grandes de la naturaleza.

Hasta entonces, expone el científico, las bacterias de este género eran conocidas solo en fondos lacustres. En cambio estas vivían en sedimentos marinos anóxicos (casi carentes de oxígeno) frente a las costas del norte de Chile, y ofrecían la posibilidad de conocer cómo fue la vida en el planeta hace millones de años.

Los impactos del hallazgo de la Thioploca para la ciencia, subraya, recién comienzan a aflorar debido al moderno y creciente desarrollo de la Exobiología o Astrobiología", marco en el cual se están recolectando muestras geológicas con potenciales fósiles en la exploración robótica de Marte.

"Hay muchísimo que investigar sobre este tipo de vida y su ambiente, que había pasado inadvertido hasta la Expedición Marchile II", declara.

Nueva corriente

La expedición logró asimismo comprobar la existencia de una corriente submarina -la Subsuperficial Perú-Chile- que fluye en dirección sur con características tales que "fertilizan" el océano, causa primaria de nuestra gran riqueza pesquera; la abundancia planctónica en las aguas superficiales, y la inexistencia de una cordillera submarina norte-sur entre islas Desventuradas y Juan Fernández, señala Sievers, profesor emérito de la UV.

El jefe de la expedición recuerda que las investigaciones realizadas fueron planificadas por la Comisión de Estudios y Planeamientos de Actividades Técnico-Científicas Oceanográficas y Antárticas sobre la base de áreas sugeridas por el oceanógrafo alemán Wilhelm Brandhorst.

Participaron científicos y técnicos del Departamento de Oceanografía del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada, de las universidades Católica de Valparaíso y de Concepción, del Departamento de Fomento de Pesca y Caza, y de la Corporación de Fomento de la Producción.

El viaje se programó para ser realizado en época de invierno en la zona norte entre Arica y punta Patache, y una adicional desde punta Patache a isla San Félix, con un total de 62 estaciones oceanográficas.

"El objetivo principal fue conocer más sobre las condiciones oceanográficas imperantes en esa zona, con el objeto de relacionar las observaciones disponibles en la costa con la circulación general más alejada como las corrientes de Humboldt y Subsuperficial Perú-Chile, e intentar dilucidar los problemas migratorios de la anchoveta, sobre los cuales casi no se contaba con información en aquellos años", menciona Hellmuth Sievers.

Igualmente, detalla que las investigaciones realizadas abarcaron, entre otras, la medición de la temperatura superficial y de profundidad, y la obtención de muestras de agua para determinar la salinidad y contenido de oxígeno disuelto, pesca de zoo y fitoplancton, así como recolección de especies bentónicas, pesca experimental en isla San Félix y recolección de peces, plantas, insectos y muestras geológicas en esa misma isla, además de permanentes observaciones meteorológicas.

Cordillera submarina

También se realizó un trabajo batimétrico entre las islas Desventuradas y Juan Fernández. "Esto último para verificar la existencia de una posible cordillera submarina que aparecía en las cartas batimétricas del Pacífico Sudoriental", ya que "no había sondajes en esa parte del Pacífico y la lógica de la época sugería que allí se extendería una cordillera paralela a la de Los Andes", cuenta el jefe de Marchile II.

De este primer registro batimétrico, concluye, se pudo verificar que, "por lo menos en el track de navegación seguido por el buque, no había ningún indicio de la presencia de montañas submarinas. Esto fue corroborado luego por numerosos trabajos batimétricos realizados en toda la región".