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Entre la porfía del espíritu porteño y el indolente abandono

Con "Valparaíso histórico y cotidiano", el prolífico autor completa 15 libros dedicados en su mayoría a los temas militares, navales y del Gran Valparaíso, con énfasis en esta ciudad.
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"El germen de mi interés por Valparaíso es la porfía del espíritu porteño. ¿Por qué se ha mantenido, pese a tanto factor en contra? Es lo que sigo tratando de responderme", plantea de entrada el periodista Piero Castagneto Garviso, investigador especializado en historia local del Gran Valparaíso, historia militar y naval, y de la prensa chilena, quien acaba de publicar Valparaíso histórico y cotidiano (RIL Editores), el décimo quinto libro que lleva su firma y el quinto dedicado a este Puerto.

Desde las raíces de Valparaíso hasta las festividades y la vida cotidiana, pasando por la geografía humana y urbana, facetas del patrimonio y la ciudad en guerra, que describe en detalle la increíble contribución de los porteños a la Guerra del Pacífico, son parte de los contenidos de esta obra, con financiamiento del Fondo del Libro y la Lectura del Ministerio de las Culturas.

La diversidad de su temática y la precisión de sus antecedentes lo ubican en condición privilegiada para convertirse en un libro definitivo sobre la ciudad, en especial considerando que el autor también ha publicado Monografía histórica de Valparaíso 1910-2010, Crónicas de los cerros Alegre y Concepción, El Valparaíso de los escritores y Batalla de Valparaíso, interés solo superado por la historia militar y naval de Chile, en que es autor, coautor o editor de otras diez obras.

Gestación, inclusiones y dolorosas exclusiones

Valparaíso histórico y cotidiano tiene un tiempo de gestación largo y otro corto, refiere, aludiendo a que el primero remite a un conjunto de crónicas escritas para la prensa local, incluido este diario, y el segundo a breves investigaciones históricas relacionadas con sus contenidos.

"El tiempo largo tiene aún más años, donde se alternan selección, corrección y actualización, con otros de reposo, propios de la lentitud de los procesos editoriales. Postergaciones y frustraciones varias, incluyendo postulaciones a fondos concursables, una de ellas exitosa, llevan a un resultado, espero que maduro, de una producción de años más mozos", complementa.

También comenta que la selección involucrada en su nuevo libro fue una ardua labor, "pero no tanto como dar coherencia a este conjunto, vertebrado por un índice revisado muchas veces. No fue poco el trabajo de corrección y actualización, considerando los dos tiempos de gestación ya mencionados, lo que implica escribir en un momento histórico de Valparaíso -2000-2005-, muy distinto del periodo de preparación de la versión final, entre 2021-2022.

En libros como este, la exclusión de determinado material puede equivaler casi a una pérdida. En su caso fue la obligada renuncia a una serie de crónicas sobre la década de 1950, "una época en que la ciudad todavía se hallaba 'bien plantada', cuando aún cabían esperanzas en el futuro, previo al declive pronunciado de la década siguiente. Además, para ese entonces Valparaíso ya tenía reconocida su dimensión de inspiración estética. Quizá amerite un libro en sí", reflexiona.

Sacrificio de antiguos negocios y construcciones

De los hechos o situaciones que registra la nueva obra, la mayor carga de emotividad está dada, en su opinión, "por la desaparición de ciertos edificios, ascensores, almacenes u otros establecimientos comerciales, a menudo sacrificados o más bien 'farreados' en aras del supuesto desarrollo urbano".

"La tristeza vuelve cuando, al poco tiempo, surgen en su lugar edificios o centros comerciales que bien podrían estar en Iquique, Concepción, Bogotá o Kansas City: el estilo de la globalización sin raíces. Es cosa de hacer un breve recuento, como aparece en este libro, de algunos de los comercios tradicionales que han desaparecido desde el año 2000 a la fecha", agrega el periodista e investigador.

"También conmueven algunos personajes que han sabido impregnarse de espíritu porteño por su tenacidad. Es el caso del ingeniero Alejandro Bertrand, bastante olvidado por estos lados, que, tras el Terremoto de 1906, planeó la reconstrucción del devastado Almendral y entregó a la ciudad un nuevo trazado. Algo más recordado es el alcalde Lautaro Rosas, que tanto hizo en sólo dos años de gestión, entre 1928 y 1930. Sobran los dedos de una mano para reconocer liderazgos posteriores que siquiera se le acerquen, ¡y han pasado más de 90 años!"

Parte del sello local es el humor negro, remarca. "Recuerdo en particular lo sucedido a los vecinos de calle Condell para el Terremoto de 1906, cuando sufrieron un susto adicional al ver que los ataúdes del Cementerio N° 1 cayeron sobre sus techos y recibieron la inesperada visita de los finados de antaño, que se sumaban a los que acababan de adquirir la condición de tales".

DE OLVIDOS INDOLENTES Y SABOTAJES arteros

A la hora de identificar la mayor injusticia que se ha cometido con la ciudad, Castagneto apunta "al olvido indolente de su condición de Patrimonio de la Humanidad, declarada en 2003. En años posteriores hubo un préstamo internacional, que se gastó en mejoras puntuales, ¿y después? (Casi) nadie dijo nada, como diría Pezoa Véliz". Y era un cuidado comprometido por el Estado, "que, por supuesto, debe ir mucho más allá del interés de un presidente en particular (Ricardo Lagos)".

A la dejadez añade "sabotajes" como la afirmación según la cual "el tema patrimonial sólo interesa a una reducida elite, en circunstancias que hay pocas cosas más democráticas que el recorrer una ciudad hermosa", o bien el argumento "reduccionista y miope" de que todo es un mero negocio.

Mientras aguarda ver qué ocurre con la nueva Corporación Municipal para el Desarrollo del Sitio Patrimonio Mundial, el autor comenta que gran parte de las crónicas que componen este libro "fueron escritas bajo la inspiración del salto cualitativo que iba a significar para Valparaíso obtener su nuevo estatus ante Unesco. Un intento de concientizar quizá demasiado ingenuo. En la labor de corrección, me sentí obligado a rebajar ese entusiasmo patrimonial en varios grados". 2

Rosa Zamora Cabrera

rosa.zamora@mercuriovalpo.cl