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Valparaíso. Histórico y cotidiano

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Mientras más pareciera hundirse en una decadencia económica, social y cultural, más necesidad parece existir de parte de quienes nos sentimos parte de esta ciudad, de reverdecer laureles por medio de su historia".

"Valparaíso. Histórico y cotidiano" es el título de la última obra del prolífico investigador y periodista Piero Castagneto. Lo primero que me provoca este libro, debo confesarlo, es envidia. Envidia ante la posibilidad de realizar un trabajo bien acabado y documentado sobre la historia de nuestro querido puerto.

No tengo una evidencia, pero sí una sensación de que, mientras más pareciera hundirse en una decadencia económica, social y cultural, más necesidad parece existir de parte de quienes nos sentimos parte de esta ciudad, de reverdecer laureles por medio de su historia.

No me refiero solo al libro de Castagneto, pienso en lo que durante muchos años hizo Alfredo Larreta en el rescate del archivo de El Mercurio de Valparaíso, labor que ahora desempeña, bajo algunos seudónimos, Julio Hurtado.

Los nuevos tiempos hacen que esta tarea ya no se limite únicamente a los periódicos; también la visualizamos en las redes sociales. Permítanme citar a otros dos personajes que, como dos caballeros, han hecho del rescate patrimonial una verdadera cruzada. Me refiero a Renzo Vaccarezza (@RenzoVaccarezza) y Mauricio Larco (@EvocandoValpo) quienes, a través de sus cuentas en Twitter y Facebook, día a día, nos recuerdan un pasado glorioso que cada vez se ve más lejano.

Volviendo al texto de Castagneto, en 361 páginas, se reúne una serie de artículos que, durante varios años, los lectores de El Mercurio de Valparaíso y La Estrella tuvieron el gusto de disfrutar a inicios del siglo XX.

El autor tuvo la delicadeza de actualizar algunos contenidos y darles unidad con el fin de que esto no fuera un "refrito" de antiguas publicaciones. Dividido en siete capítulos, el texto se desglosa en diferentes temáticas: Las raíces del "Puerto Principal", festividades y vida cotidiana, la ciudad en guerra, puerto y gentes de mar, las transformaciones de la urbe, geografía humana y urbana y facetas del patrimonio.

No hay espacio para mencionar los múltiples e interesantes temas que se abordan en este libro y la intención de la columna es motivar a que el lector se anime a conocer, a través de esta obra, pasajes de nuestra historia que, seguramente, desconocía.

Tal como hiciera Renzo Pecchenino con sus dibujos, Castagneto en sus páginas nos va describiendo la evolución de una ciudad que hoy, en medio de una crisis, cuesta reconocer, no solo porque le ganó terreno a la playa y al mar, sino además porque los edificios de antaño fueron víctimas de incendios, terremotos y de la modernidad. Por ejemplo, son escasos los vestigios de la red de fuertes que protegían al puerto, de las playas y caletas de pescadores que alguna vez lo caracterizaron, edificios comerciales, ascensores y tranvías. Muelles repletos de barcos, calles llenas de bancos, librerías, boticas y almacenes. También hay un Valparaíso under, calles bajo las cuales yacen sepultados barcos encallados que terminaron transformados en relleno.

Asimismo, aquí hay espacio para lo extraordinario y temas pocos tratados. El sueño de un alemán por construir un submarino que hiciera frente a la armada española y que terminó hundido frente al horror de los espectadores; el Matasiete, un periódico que nació como crítica a este diario y sus funcionarios que defendieron con armas de fuego el edificio en las huelgas de 1903; igualmente hay espacio para otros tópicos menos estudiados como la prostitución o la bohemia porteña y su decadencia post 11 de septiembre de 1973.

Aunque el autor es más amigo de las descripciones y crónicas sobre la ciudad, en algunos pasajes no rehúye la posibilidad de hacer sus propias definiciones sobre su objeto de estudio y su espíritu:

"La ciudad puerto decimonónica era un Valparaíso que, simplemente, se vivía, intensa y nerviosamente, al ritmo de embarques y desembarques de cargas y pasajeros, y de transacciones comerciales y bursátiles. Ya llegaría el otro Valparaíso, que era el mismo, pero visto desde una época futura, una ciudad que se evocaba y cuya vida de esplendores se intentaba reconstruir o, al menos, vivir el presente lo mejor que se pudiera".

Por último, un comentario a editorial RIL. Aunque soy parte comprometida porque he publicado con ellos, eso no me impide destacar el compromiso que ha tenido esta empresa con la ciudad de Valparaíso. No solo manteniendo una oficina, sino además luchando por mantener con vida una producción editorial que, pese a todas las adversidades, sigue en pie como un rasgo distintivo de la producción cultural de un puerto que se niega a morir. 2

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"Izkia-cosas"

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En este escenario, la duda final que queda

es cuánto más estirará el elástico del cambio de gabinete el Presidente Boric, antes de

que este tipo de situaciones siga minando

la credibilidad en su proyecto (considerando

que Siches es la ministra peor evaluada

en las encuestas)".

"Siches suma más polémicas y cambio de gabinete tras el plebiscito podría marcar nuevo equilibrio de poder en el oficialismo", anunciaba esta semana una nota de prensa respecto de los recientes tropiezos de la ministra del Interior y la necesidad de que el Presidente Gabriel Boric comience a pensar en una modificación de sus equipos.

Efectivamente, en estos días Izkia Siches agregó -como se dice en buen chileno- "más pelos a la sopa" que viene cocinando desde que se integró al ministerio. Por una parte, sus palabras respecto de que Carabineros "es una entidad autónoma", causaron escozor. Y también lo hizo su explicación sobre que -si gana el Apruebo- en lo sucesivo se tendría que aplicar el estado de Calamidad y no de Excepción en la Macrozona Sur, pues este último no está contemplado en la propuesta de nueva Constitución.

Las "Izkia-cosas" han sido un continuo desde la llegada de Boric a La Moneda en marzo. Su fallida incursión a Temucuicui -donde intentó dar un golpe de efecto y terminó siendo recibida con balazos y barricadas- fue la primera muestra de que, como he dicho en otras ocasiones, la política no es tan fácil, nadie está inventando la pólvora y el Frente Amplio ciertamente no llegó a salvar a Chile de la estupidez e inmoralidad concertacionista, sino que son de carne y hueso, y están sujetos a los mismos problemas que sufrieron sus antecesores, incluido el conflicto mapuche, donde la solución es mucho más compleja de lo que pensaron.

Otros momentos califican para este "top 5", como cuando denunció vehementemente la devolución de un supuesto avión repleto de migrantes en el gobierno de Sebastián Piñera o cuando acusó a algunos parlamentarios de haberse "pegado en la cabeza" hace algunas semanas.

Ahora, no solo peca de impulsividad al hablar, sino también de franco desconocimiento de temáticas que por su cargo debiera manejar. En primer lugar, porque Carabineros dista mucho de ser un ente autónomo y depende, adivine de quién: del ministerio que ella encabeza. No solo está sujeto al presupuesto de la nación y sus altos mandos son ratificados o removidos por el Presidente de la República, sino que su funcionamiento depende de la jefa de Gabinete, desde que la ley 20.502 lo determinó así en 2011. Aun cuando algunos autores aseguran que legalmente la institución "se manda sola" (Pablo Contreras, Ricardo Montero et al., 2020), lo cierto es que más allá de su libertad en términos de generar estatutos y de algunos "amarres" que dificultan, por ejemplo, su fiscalización, la responsable política de su funcionamiento es Izkia Siches.

Bien lo sabe, por ejemplo, el exministro del gobierno de Piñera, Andrés Chadwick, acusado constitucionalmente precisamente por el actuar de Carabineros en el estallido social. Pero a Siches parece que se le olvidó.

En cuanto al estado de Excepción en la Macrozona Sur, nuevamente la ministra demuestra o una muy mala memoria o desconocimiento de las materias que le son propias en el cargo. Dicha herramienta efectivamente fue cambiada por el estado de Calamidad en la propuesta de nueva Constitución, pero el acuerdo al que llegó el oficialismo en su conjunto para promover la opción Apruebo afirma en el capítulo sobre seguridad que "en relación a los Estados de Excepción, proponemos establecer en la Constitución el Estado de Emergencia por grave alteración de la seguridad pública, autorizando que las Fuerzas Armadas puedan colaborar, a requerimiento de la autoridad civil y en las condiciones calificadas que establezca la ley, en tareas de resguardo del orden constitucional y del Estado de derecho. Todos los Estados de Excepción, como señala el texto, se aplicarán con estricto respeto a los derechos fundamentales".

Pocas horas después, la ministra afirmó que se malinterpretaron sus dichos. Y entonces volvemos sobre el tema de las disculpas, las que para ser efectivas y no perder su valor, deben evitar convertirse en una muletilla y tienen que incluir una decisión concreta de no seguir cometiendo los mismos errores. Ninguno de estos dos elementos está presente ya para la secretaria de Estado.

En este escenario, la duda final que queda es cuánto más estirará el elástico del cambio de gabinete el Presidente Boric, antes de que este tipo de situaciones siga minando la credibilidad en su proyecto (considerando que Siches es la ministra peor evaluada en las encuestas). Hasta ahora se dice que las modificaciones serán después del plebiscito, pero la pausa reflexiva del gobierno con miras a las definiciones constitucionales se está convirtiendo en un pesado chaleco de plomo para el Mandatario y su intención de cambiar Chile. 2

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