Aún sigue siendo un misterio para todos en el municipio qué ha pasado con el -hasta hace unas semanas- hombre fuerte de Viña del Mar, Janna Sakalha Díaz, escudero y mentor político de la alcaldesa Macarena Ripamonti. Algunos dijeron que había renunciado y otros afirmaban que había sido desvinculado.

Lo real es que la alcaldesa le comunicó que ya era insostenible su continuidad en el municipio y ya era momento de removerlo; sin embargo, Sakalha no renunció y presentó licencia médica, lo que ha impedido que se materialice su alejamiento formal de la casa consistorial de calle Arlegui 655.

Janna se había transformado en una suerte de alcalde en las sombras de Viña del Mar. Era él quien diseñó la campaña de Ripamonti, quien propuso a varios nombres para ocupar jefaturas en la municipalidad y quien se encargaba de llevar la relación con los concejales como también con las demás autoridades regionales, especialmente con el gobernador Rodrigo Mundaca.

En el entorno de la alcaldesa le hacían ver que era un error empoderar mucho a Sakalha porque, a pesar de no ser el jefe de gabinete, en la práctica funcionaba de esa manera. Además, muchos lo comparaban con la ex mano derecha de Virginia Reginato, María Angélica Maldonado.

Para evitar aquello, Macarena Ripamonti organizó un comité técnico compuesto por: Natalia Brauchy, jefa de la Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco); Leonardo Rissetti, administrador municipal, quien además estuvo en varias nóminas para ingresar como subsecretario en marzo de este año; la directora de Seguridad Humana, Amal Kdiemati, quien hasta hace pocos días se encontraba de vacaciones en Europa; la directora de Asesoría Jurídica, Hiam Ayllach -abogada y pareja del exconstituyente Jaime Bassa-; la Directora de la Dirección de Planificación Municipal, María Fernanda Olivares; el coordinador de Territorio Digital y Comunicaciones, el periodista Patricio Rojo; Camila Estay, coordinadora cívica; la coordinadora ejecutiva del "Programa de cuidados", Camila Brito -hermana del diputado Jorge Brito-, quien ha tenido una escasa participación en el comité; Franco Díaz, quien cumple una suerte de asesor estratégico, lo más parecido al mítico Germán Pérez; y finalmente el coordinador de Planificación, el mismísimo Janna Sakalha.

Este mismo comité se creó como una suerte de politburó para asesorar a la alcaldesa y desde ahí tomar todas las decisiones importantes. Pero, a medida que pasaba el tiempo, Janna no convocaba al equipo y tomaba decisiones sin consultarlas con los demás miembros. Solo se reunía con sus cercanas y Natalia Brauchy.

Al frente de Sakalha se ubicó Hiam Ayllach, quien se ha acercado bastante a la alcaldesa y se ha convertido en una suerte de consejera personal de la jefa comunal, lo que la ha llevado a ganar influencias, sumado a que el administrador municipal Leonardo Rissetti y Patricio Rojo también han tomado partido por Ayllach.

Hace un mes, la amiga de Janna, Amal Kdiemati (directora de Seguridad Humana) se fue de vacaciones a Europa, en plena ola de asaltos y robos en Viña del Mar, lo que provocó la molestia de gran parte del equipo de la alcaldesa, pero especialmente fue la jefa jurídica, Hiam Ayllach, quien hizo ver el error de la viajera. Todo esto provocó una fuerte molestia en Sakalha, quien dijo que no correspondía criticar a Kdiemati, ya que no se encontraba presente. Pero el conflicto escaló cuando este Diario hizo público el viaje y Janna Sakalha acusó que la filtración había provenido desde el mismo "comité técnico".

A las pocas semanas se sumó un nuevo conflicto, y este era que la Corte Suprema ordenó al municipio de Viña del Mar revocar la decisión de "pedir la renuncia" a la exjefa de Seguridad de la era de Virginia Reginato, Patricia Leiva. Ello podría significar que Leiva volviera a liderar Seguridad Humana, dejando fuera de las funciones a la ya mencionada Amal Kdiemati. Una vez más se enfrentaron Sakalha y Ayllach, ya que el primero acusaba a la segunda de haber perdido el recurso en la Suprema y que nunca la notó convencida de querer ganarlo. Sin embargo, Hiam Ayllach le replicó que el recurso se había ganado en la Corte de Apelaciones porteña, lo que demostraría que el -hasta entonces- hombre fuerte de Viña del Mar actuaba de manera imprudente con el resto de sus compañeros.

La rebelión de parte del equipo de Ripamonti llevó a que Hiam Ayllach le comunicara a la alcaldesa que era insostenible tener que continuar trabajando con Sakalha, ante lo cual Ripamonti tomó la decisión de defenestrar a su fiel escudero.

Pero desde el entorno de Janna Sakalha dicen que la estrategia ocupada por Ayllach siempre contó con el aval de Macarena Ripamonti y lo demás solo fue una puesta en escena.

Finalmente, quien ganó esta partida es Hiam Ayllach, quien ya se había hecho conocida por haber reprendido al concejal DC René Lues de innecesarias visitas a solicitantes de patente de alcoholes, lo que provocó el primer quiebre entre los ediles viñamarinos.

La caída de Sakalha

En su Tratado sobre el gobierno civil el filósofo inglés John Locke (1632-1704) expuso con brillantez su pensamiento político, el cual perdura hasta nuestros días. En el primer Tratado, Locke se encarga de refutar el patriarcalismo y la férrea defensa del derecho divino de los reyes propuesta por su contemporáneo Robert Filmer, proclive a la Corona y funcional a la disputa de esta última con el Parlamento inglés. Sin embargo, es el segundo Tratado el que concederá a Locke la inmortalidad en el mundo de las ideas.

Locke acepta el experimento mental de Hobbes del "Estado de naturaleza" como punto de partida de sus reflexiones políticas, pero en lugar del miedo imaginado por el autor del Leviatán, Locke describe este estado pre político, anterior a la sociedad, como uno en el que los hombres viven en condiciones perfectas de libertad e igualdad. La única ley viene dada por Dios: todos los seres humanos poseen, por naturaleza, el derecho individual e inalienable a la vida, la libertad y la propiedad privada, además de un cuarto que se deriva de los otros tres: el derecho a defender estos derechos, esto es, el derecho a la seguridad.

Sin embargo, Locke reconoce que este estado natural es indeseable por tres motivos: a) Los hombres suelen desconocer la única ley natural; b) Los hombres no son imparciales para juzgar sus conductas y las de los demás; y c) Ningún hombre posee la fuerza suficiente para imponer la ley natural. La paz, frágil y precaria, se ve amenazada por todos lados. Es necesario, entonces, un contrato que originará la sociedad, el Estado y el Derecho.

Tres siglos después, otro pensador liberal -Robert Nozick- publicará Anarquía, Estado y Utopía (1974) escrito como respuesta crítica al ensayo Theory of Justice (1971) de John Rawls. Nozick defiende que toda disputa en la esfera política se reduce, en última instancia, al principio básico de la propiedad privada. La tensión entre los extremos del individuo y el colectivo (anarquía y utopía) es resuelta por Nozick en favor de un Estado mínimo, cuyas funciones se reducen a proteger a las personas contra el robo, el fraude y hacer cumplir los contratos. El deber esencial del Estado, que justifica su existencia, es garantizar el derecho a la seguridad.

Cuando el Estado no cumple su deber básico de proporcionar seguridad a los habitantes de su territorio, los principales perjudicados no son los ricos, sino las personas pobres.

Los ricos pueden adquirir seguridad de muchas maneras, algo que los pobres no pueden hacer por falta de recursos.

De ahí la importancia de garantizar el derecho a la seguridad, porque un derecho humano carece de valor si cualquiera puede pisotearlo sin mayores consecuencias.

La ausencia de seguridad es un peligro para la convivencia democrática, pues alienta la defensa privada, la anarquía y la guerra de todos contra todos.

Curiosa involución al estado de naturaleza imaginado por Hobbes.