Contundente fue la derrota de la propuesta constitucional que se ahogó en las aguas electorales bajo la marea de una votación que sumó el 61,9% de los 13.021.063 votantes que el domingo llegaron a las urnas. El proyecto de la Convención solo logró el 38,1% de los sufragios. Pero más allá de la radicalidad demoledora del texto derrotado, está también una suma de derrotas de quienes trabajaron por imponerlo.

En primera línea, pese a observaciones de la Contraloría y críticas de la oposición, está La Moneda, con el Presidente Gabriel Boric a la cabeza, quien recorrió territorios del país que, de acuerdo a encuestas, aparecían como más desfavorables al abatido proyecto. Y el temporal afecta a su gestión y la de su equipo. ¿Quiénes se salvarán?

Derrotados resultan también 13 gobernadores regionales oficialistas firmantes de un acuerdo de apoyo a la propuesta. Entre esos golpeados aparece Rodrigo Mundaca, elegido en nuestra región en primera vuelta y con alta votación. Su bandera de lucha, la crisis hídrica y el manejo del agua en la Provincia de Petorca, denunciando supuestas actuaciones irregulares de algunos agricultores. Allí, con el problema latente, el Apruebo fue derrotado en La Ligua, Cabildo y Petorca, comunas también con alcaldes oficialistas.

Y hablando de alcaldes oficialistas tenemos con daño a los del Gran Valparaíso. Jorge Sharp, casi en empate técnico al lograr para el Apruebo un 49,66% de los sufragios, contra un 50,34% del Rechazo. Agónico empate, en todo caso. En Viña del Mar, en tanto, mal le fue al oficialismo de Macarena Ripamonti al sumar el Apruebo el 42,72%, superado por un 57,28% del Rechazo. Casi las mismas cifras se anotaron en Villa Alemana, mientras en Quilpué el Rechazo se impuso por un 56,33% contra el 43,67% del Apruebo. En Concón la diferencia fue mayor, marcando 65,07% para la negativa al proyecto, contra 34,93% para la aceptación.

En fin, los jefes comunales y el propio gobernador tendrán que saber leer con realismo los resultados y analizar hasta qué punto esas notas rojas van más allá de la propuesta y alcanzan sus respectivas gestiones y su cercanía con el oficialismo. No les será fácil adoptar la cómoda actitud de Pilatos, lavarse las manos y mirar para otro lado. ¿Tendrán que hacer cambios en sus equipos?

El castigo a la propuesta de la Convención no puede dejar indiferente a las encuestadoras, que si bien daban por triunfador al Rechazo, no midieron la magnitud de los resultados que cubrieron de azul el país de sur a norte.

La tarea de búsqueda de una nueva Carta sigue. Los presidentes de la Cámara y del hasta el domingo amagado Senado, conversaron en La Moneda con el Presidente. Habrá reunión de bancadas para fijar una carta de navegación que debe asumir la experiencia del plebiscito para disipar el paralizante clima de incertidumbre y crispación en que el país viene viviendo desde hace largos meses.

A 80 años de la creación de la educación técnico profesional (TP) y ante la reciente conmemoración del Mes TP, es un buen momento para reflexionar sobre el actual rol del Estado en esta materia.

La Ley 20.910, que creó 15 Centros de Formación Técnica Estatales (CFTE), fue promulgada en el segundo gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, implementada por el gobierno del Presidente Piñera y ahora debería ser potenciada por el gobierno del Presidente Boric, tres gobiernos con énfasis distintos, miradas distintas y con diferencias de estilo muy relevantes. Muchos dirían que esta ley ya es una política pública por haber trascendido a tres gobiernos, sin comprender que una política pública es más que eso. Es el apoyo, el compromiso y el involucramiento del Estado más allá del Gobierno, lo que significa recursos para desarrollar modelos educativos y asegurar la calidad.

Tenemos la convicción que los CFTE estamos cumpliendo el mandato de la Ley 20.910. Hoy, el 75% de los estudiantes de los CFT Estatales estudian con gratuidad, evidencia de que la mayoría de ellos vienen de entornos vulnerables, al tener un Registro Social de Hogares (RSH) bajo el 60%. Esto refuerza que estamos entregándole educación superior a personas que probablemente no la habrían tenido si no fuera por esta política pública. Además, estamos localizados en zonas de baja densidad poblacional, por tanto, ha sido el Estado el que ha llevado esa educación superior técnica a las personas, y no han sido las personas las que han debido trasladarse donde ésta se imparte.

Respecto de las matrículas del presente año, los CFTE aumentaron en un 21,8% en comparación al último año, sumando 8.453 estudiantes.

De los casi 8.500 estudiantes, el 64% estudian vespertino y el 60% son mujeres, con un 45% mayores de 30 años y solo el 12% son menores de 20 años. Es decir, esta política pública está resolviendo una necesidad de formalizar estudios principalmente de mujeres que trabajan en jornada diurna y que no tenían los recursos para financiar sus estudios, lo que, en opinión del Consejo de Rectores de los CFTE de Chile (CFTECH), es una gran noticia.

Esto nos pone el desafío de potenciar la formación de estudiantes mayores de 20 años y avanzar con una matrícula de estudiantes que provengan de educación media, trabajo que implica la unión y fuerza de todos quienes creemos en la formación técnica en un país muy "universitarizado" producto de las presiones del hogar, de familiares, de amistades y de los mismos establecimientos de enseñanza media, que históricamente han insistido en que la única manera de ser "alguien en la vida" es ingresando a la universidad, hecho demostradamente erróneo. Es más, las cifras actuales de matrículas en los CFTE han demostrado ese error, en el sentido de que, quien ya egresó de la enseñanza media, ha trabajado, ha vivido el desafío de insertarse en el mundo laboral y demostrar sus competencias, con independencia y madurez, prefiere estudiar una carrera técnica vespertina. Por tanto, debemos disminuir esas presiones sobre los estudiantes de enseñanza media, entregarles información clara e informar bien a la comunidad los beneficios de estudiar una carrera técnica en nuestro país.