Retraso portuario y las oportunidades perdidas
Otros países, como Perú, están construyendo importantes terminales buscando captar las transferencias a través del Pacífico. La situación mirada en perspectiva es grave. Está el tema de mayores costos derivados de un doble transporte y también aparece la cuestión de la dependencia de otro país y sus políticas.
Chile se está quedando rezagado en infraestructura portuaria mientras en otros puntos del litoral del continente que miran al Pacífico están en desarrollo importantes iniciativas. Conocedor de la materia, el excomandante en jefe de la Armada y presidente de la Liga Marítima de Chile Miguel A. Vergara, advierte sobre la situación en carta a este Diario. Señala que en la agenda proinversión anunciada por el Gobierno "se echa de menos las inversiones en infraestructura portuaria para optimizar la logística de nuestro comercio exterior, que en casi un 95% se desarrolla por vía marítima".
Por su parte Luis Knaak, gerente general de Puerto San Antonio, señala que varios terminales de la costa oeste de nuestro continente, como Callao, Guayaquil, Buenaventura, Manzanillo y ahora Chancay (Perú) "están próximos a crecer o en pleno desarrollo, que les permitirá recibir naves de mayor capacidad".
En Chancay, situado a 80 kilómetros al norte de Lima, se construye un terminal portuario multipropósito, obra a cargo de la empresa china Cosco Shipping Port con una inversión de US$ 3.600 millones. Los frentes de atraque, primero serán cuatro, para llegar a 15, podrán recibir naves que transportan hasta 18 mil contenedores.
La apuesta peruana busca captar la mitad de la transferencia de carga entre nuestro continente y el gigante asiático en continuo crecimiento, que asciende a unos US$ 580.000 millones. El Presidente Pedro Castillo sostiene que el espectacular terminal "colocará al Perú a la altura de las naciones de mayor infraestructura portuaria del Pacífico". En tanto Geine Alvarado, ministro de Transporte, sostiene que el megapuerto será "el primer centro logístico del Pacífico en América Latina".
Para Vergara "ese complejo pasaría ser lo que técnicamente se conoce como un puerto 'hub', lo que limitaría el comercio exterior de Chile a una suerte de cabotaje de ida y vuelta a Chancay-Callao".
Insistiendo en el punto Knaak advierte que "si Chile no se pone al día, existe una posibilidad cierta de que nuestras cargas queden en terminales de otros países y que debamos traerlas con traslado adicional, lo que sumará costos a nuestra logística y finalmente significará precios más altos en varios productos que consumen los chilenos".
La situación mirada en perspectiva es grave. Está el tema de mayores costos derivados de un doble transporte de importaciones y exportaciones, y también aparece la cuestión de la dependencia de otro país y sus políticas.
Pero más delicado aun es que el retraso en inversión desecha las oportunidades de ofrecer servicios portuarios a terceros países. El servicio portuario es un producto, una industria, una fuente de trabajo. Así lo entiende Perú. Nosotros, con un extenso litoral que mira al Pacífico estamos dejando de lado esa oportunidad.