Correo
Mil Tambores
Siempre he pensado que esta actividad es un carnaval que no está conectado a las tradiciones de la ciudad ni representa un modelo de fiesta local y popular. En los Mil Tambores hay una idea de fiesta popular pero vivida como un producto cualquiera, desconectado del escenario local y con el solo propósito de evadirse, sea en la hipnosis del ruido ensordecedor de la percusión o en la ingesta alcohólica o similares, derivando más bien en un espacio de alienación que de liberación.
Se trata de grupos de jóvenes (tal vez no todos, pero sí un número mayoritario) que vienen a Valparaíso buscando la posibilidad de que haya exceso, de que ocurra lo impensable y de poder exceder los límites como algo aceptado. Y por supuesto, la lógica de mercado opera aquí apostando a los sujetos jóvenes, como potenciales consumidores de manifestaciones que se valen del exceso, de la fugacidad y de la transgresión.
Así comienza la rentabilización de esta manifestación, convirtiéndose el proceso en alienante y en el cual los comportamientos, actitudes, apariencias y estilos son vendidos en todo el país como una invitación a venir a una ciudad más receptiva que ninguna otra al carrete sin límites.
Los Mil Tambores me parece, en definitiva, que es menos una experiencia reforzadora de una identidad que se ancla y recrea en la ciudad y mucho más una experiencia de escape, alienación y consumo.
Rodrigo Díaz Yubero
Responsabilidad política
Ante la filtración de los correos electrónicos con información potencialmente sensible del Estado Mayor Conjunto, dependiente del Ministerio de Defensa Nacional, su jefe, el general de división Guillermo Paiva Hernández, presentó su renuncia, asumiendo la responsabilidad de mando. Sin embargo, ¿quién asumirá la responsabilidad política de la gravísima situación acaecida?
Sergio Cabezas Ferrari
Subordinación de FF.AA
A propósito de las declaraciones del Presidente Boric al término de la Parada Militar, me parece impropio hablar de poder civil y poder militar, porque da la impresión de organizaciones en pugna por imponerse una sobre la otra. Lo pertinente es el Poder Nacional conformado por cuatro grandes ámbitos: Interior, Económico, Diplomático y Defensa, que operan coordinadamente bajo la autoridad política, en pos de alcanzar los Objetivos Nacionales democráticamente acordados.
Los militares no están subordinados a ningún genérico poder civil, pues eso supondría asignarles a éstos una inexistente superioridad ética e intelectual, idea que al parecer subyace en el recurrente planteamiento de un mayor "control civil" como mágica solución ante cualquier eventual anormalidad en las FF.AA. En democracia los militares deben estar subordinados a la autoridad política, específicamente al Presidente de la República y ministro de Defensa, en los aspectos definidos por la Constitución y las leyes; tal autoridad perfectamente puede recaer en un militar en servicio activo o en retiro, como ha ocurrido muchas veces en nuestra historia.
Miguel Á. Vergara Villalobos
Narcisismo
En su discurso ante la ONU, el Presidente se refirió al estallido social como la expresión del malestar frente a las desigualdades y abusos del modelo. Apelando a la exageración, dijo que la grave crisis política y social "no fue casualidad, sino la consecuencia de innumerables historias de dolor y postergación". La tesis oficialista establece una relación de causa-efecto entre las injusticias y la violencia desatada; en su favor se citan viejas cantinelas: la violencia es parte del modelo, la delincuencia producto de la desigualdad y de la concentración de la riqueza, hay que alcanzar el orden público con base en la justicia social, etc.
El Presidente tiene razón. El asalto de hordas, los saqueos y vandalismo responden al malestar en contra del supuesto culpable. El estallido permitió a la masa descargar sus diversas frustraciones y resentimientos invocando a la injusticia. Pero otra historia es la de su aprovechamiento político por líderes de izquierda motivados por su narcisismo, los cuales hoy toman decisiones y recitan palabras en la ONU.
Marcelo González Fundación para el Progreso
Víctimas y acciones
Cuando se cita a su casa a una persona, no se le debe cerrar la puerta y no dejarla entrar. Es una norma de educación. Pero ello no ocurrió con el embajador israelí. El hecho recorrió el mundo, pese a que el Gobierno se dio cuenta del error de forma tardía al reprogramar la recepción del embajador para una fecha próxima.
Yo le preguntaría a la primera autoridad del país si esta preocupación personal es la misma que tiene para con todas las víctimas de este país. Él es el responsable de la seguridad de nuestra nación. Y me permito recordarle que la responsabilidad no se delega, la política de gobierno es de quien dirige nuestro querido Chile.
René A. Zapata Valiente
Propiedad intelectual
El resultado del plebiscito dejó varias conclusiones y tareas pendientes al país, pero más allá de la política y el futuro de los sectores económicos más tradicionales, un debate que debe continuar es el de la propiedad intelectual, materia que se instaló durante la Convención Constitucional, sin prosperar en su texto final.
En Chile y el mundo, los mecanismos para el resguardo de la propiedad intelectual han sido clave para que miles de creadores hayan podido desarrollar y explotar sus ideas, al otorgarles un resguardo para poder vivir de ellas, generar negocios y buscar ser parte del patrimonio cultural de cada país. Hoy, la propiedad intelectual no se entiende como un activo inmaterial de Chile, que tiene derechos a proteger y a gestionar en pos de las obras y sus creadores.
En estos tiempos donde tenemos que seguir poniéndonos de acuerdo en cómo seguir avanzando en los cambios que Chile necesita, creemos que la propiedad intelectual tiene que estar en el debate, entenderse como un mecanismo para el desarrollo del país, y contar de forma urgente con una regulación más moderna que se adapte a los tiempos actuales.
Alejandra Ferrari Directora ejecutiva Asociación Chilena de Publicidad (ACHAP)