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El desafío amarillo

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La primera dificultad estará en demostrar

que las figuras que adhieren al movimiento no son parte de 'la cocina' concertacionista

y que realmente son una alternativa a los extremos que ya existen, pero también

a un centro desdibujado y en crisis. Y esta misión no será fácil".

Al finalizar esta semana, cuando muchos resentían todavía la resaca dieciochera y el país se veía inmerso en los tres grandes temas de los últimos días -léase la filtración de correos del Estado Mayor Conjunto, el Presidente Gabriel Boric en la ONU y el inalcanzable acuerdo por la nueva Constitución-, el movimiento "Amarillos por Chile" decidió iniciar la tramitación para convertirse en partido político.

Esta agrupación surgió con bombos y platillos a la luz del trabajo de la Convención Constituyente, liderados por el profesor de literatura y académico universitario, Cristián Warnken, planteándose desde un comienzo a favor de rechazar la propuesta de Carta Fundamental, pues creían en realizar reformas graduales en vez de una "revolución".

Aquello fue parte de la fuerte campaña en contra del texto, que hasta fue mucho más clara y potente que la realizada por la propia derecha. Así, Warnken se convirtió en el rostro quizás más visible del "rechazar para reformar" y también en uno de los blancos favoritos del Frente Amplio, el PC y otras agrupaciones de izquierda más radical. De hecho, fueron tildados de "amarillentos", de haber sido partícipes cotidianos de la "cocina concertacionista" y de querer seguir manteniendo "privilegios" solo "para unos pocos".

Pero pese a todo lo anterior, Warnken fue, ciertamente, una de las sonrisas más enérgicas del 4 de septiembre por la noche, al conocerse el triunfo del Rechazo.

Entre los análisis, efectivamente "Amarillos por Chile" fue capaz de leer los miedos de los chilenos mucho mejor que la izquierda y la derecha actuales. Así, lograron llevar a los medios y a las redes sociales las dudas y temores que representaban a una buena parte de los votantes, que no estaban respondidas en la propuesta constitucional, que los sectores más radicales fallaron en reconocer y procesar, y que se mostraron claramente en el resultado de la consulta.

Esta semana el movimiento dio un paso para convertirse en partido, a partir de la presentación de las primeras cien firmas para iniciar el trámite. Lo hicieron además dando cuenta de los principios que regirán a la colectividad, entre los que destacan un Estado democrático y social de derecho; separación efectiva de los poderes públicos; la necesidad de "avanzar de manera persistente hacia una sociedad más justa, libre, igualitaria y fraterna, propia de una democracia más exigente", pero aquello a partir del "camino" de la "reforma".

Pero en esta senda partidista, la agrupación tendrá que hacerle frente, al menos, a tres desafíos:

#Los Cocineros. La primera dificultad estará en demostrar que las figuras que adhieren al movimiento no son parte de "la cocina" concertacionista y que realmente son una alternativa a los extremos que ya existen, pero también a un centro desdibujado y en crisis. Y esta misión no será fácil. Una rápida mirada a sus primeros firmantes hace recordar los '90 concertacionistas, con sus luces y sus sombras. Los DC Soledad Alvear, José Pablo Arellano, Rene Cortázar, José de Gregorio, Gutenberg Martínez y Jorge Burgos, son la definición misma de establishment, al igual que otros como Fulvio Rossi (exPS), Eugenio Tuma (exPPD) o Isidro Solís (exPR).

#La Marca lo es todo. El nombre de la agrupación es un disparo en los pies, aun cuando sirvió para llamar la atención cuando se lanzó. Pero también permitió que las críticas se centraran en decirles "amarillentos" y demostrar que no eran ni fu ni fa. Sería como crear un partido que se llame "fachos por Chile" o "upelientos por Chile". Autogol innecesario. El problema será cómo instalar una marca que enganche, que no los haga perder su esencia, pero que no sea en sí misma una caricatura.

#Convertirse en más de lo mismo. Cuando los constituyentes llegaron a instalarse en la sede del exCongreso en Santiago, la gran mayoría venía de un mundo alejado de la política tradicional. Pero parte del error de lectura estuvo precisamente en que desde el momento en que asumieron en la Convención, para la ciudadanía se convirtieron en parte central del establishment político que ellos mismos criticaban. Ya no eran outsiders ni alternativos. "Amarillos por Chile", en la medida en que se transforme en partido, tendrá el mismo problema: cómo seguir siendo una agrupación distinta, que no adhiere a la política tradicional, pese a ser parte de ella.

En resumen, el movimiento de Warnken tendrá que sortear el concepto de "más de lo mismo". Si lo logran, ahí radicará una fortaleza que bien puede transformarlos en algo similar a la DC de 1964. Pero si no, el autogol irá mucho más allá de su nombre. 2

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Top secret

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La nueva generación de computadores cuánticos tendrá la capacidad para descifrar en cosa de segundos todas nuestras claves. Si no se toman las precauciones del caso, esto podría ser como un juicio final y, para algunos, incluso peor".

En una semana noticiosa, uno de los temas que ha llamado la atención ha sido el robo y la filtración de cientos de miles de correos electrónicos del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Chile. Aunque el hecho le costó el cargo al general a cargo de esta división, la evidencia indica que se trata de un fenómeno difícil de manejar. Basta recordar a Edward Snowden, que filtró documentos de la CIA, o a Julian Assange que se dedica a este rubro en WikiLeaks. El que esté libre de filtraciones que lance la receta. Esto no excusa al Ejército de haber sido imprudente en el envío y manejo de datos.

Desde el origen del hombre y sus primeras comunicaciones, surgió la necesidad de ocultar aquella información que fuese sensible o pudiese implicar el riesgo de una comunidad. Irene Vallejos, en su libro "El Infinito en un Junco", cuenta la historia de un rey que, para mandar un mensaje a otro, sin que pudiese ser detectado en el camino, hizo pelar al mensajero, tatuar la información en su cabeza y luego esperar a que el cabello creciera. Una vez que el mensaje se ocultó bajo la cabellera, lo envió al otro reino con la instrucción de que cuando llegara se pelara. Solo de esta forma logró que el mensajero pasara todos los controles sin problemas y llegara el mensaje sin que el resto pudiera enterarse y sin que el portador conociera de su contenido.

En el caso de Chile, Manuel Rodríguez pasó a la fama por sus disfraces y hacer uso de todo un sistema de inteligencia para enviar mensajes a través de la cordillera donde se encontraba exiliado gran parte del ejército patriota. En una época cuando la comunicación se hacía solo a través de las cartas y de persona a persona, había que ser muy cauto con todo lo que se decía y escribía.

No lo entendió así Diego Portales, que redactó sus cartas sin imaginar que, a partir de estas, se construiría una parte importante de la historia y de su biografía. Por esta razón, no tenía problemas en amenazar a sus enemigos, a través de sus misivas, con un lenguaje coloquial y deslenguado: "colgaré de un coco a los huevones y a las putas les sacaré la chucha".

Su par boliviano, Andrés de Santa Cruz, en cambio, fue mucho más cauto y enviaba las cartas de manera encriptada, a través de un sistema de claves que, luego de su captura, pudo ser descifrado por la diplomacia chilena. Cuando el boliviano escribía pasear, en realidad, estaba hablando de comprar; viajar era vender; dormir, pedir; estudiar, pagar; leer, abonar y así sucesivamente. Amar, cosa curiosa, era cobrar. Los verbos se complementaban con números que reemplazaban los nombres de los involucrados. Ejemplo: Carlos = 1, EMV = 2. Solo a través de este sistema de claves se podían entender sus cartas e incluso usarlo para enviar sus propios mensajes: "Voy a dormir que estudien mis columnas del 2, llegó la hora de amar a 1".

Cuarenta años después de Portales y Santa Cruz, durante la guerra del Pacífico, el ejército se sirvió del complejo sistema de claves que utilizaban las salitreras a través del telégrafo para el envío de información sensible, sin que pudieran ser detectados por peruanos y bolivianos. Rafael Mellafe, dedicado a la historia de este conflicto, comenta como dato anecdótico que una de las pocas veces en que el ejército chileno se confió de enviar la información sin ser codificada al momento de retirar las tropas de la Sierra, los peruanos se enteraron antes que los chilenos, generando un gran problema.

Durante el siglo XX, los sistemas fueron siendo cada vez más complejos. Desde sistema de códigos, similares a los empleados por Santa Cruz, utilizados en la Gran Guerra; pasando por la máquina Enigma de los alemanes en la segunda, hasta llegar a la creación de Internet en la Guerra Fría.

Finalmente, la nueva generación de computadores cuánticos tendrá la capacidad para descifrar en cosa de segundos todas nuestras claves. En ese momento, nuestra seguridad se desvanecerá como un castillo de naipes y quedaremos expuestos a que se pueda acceder a nuestras cuentas, correos y whatsapp. Si no se toman las precauciones del caso, esto podría ser como un juicio final y, para algunos, incluso peor. La recomendación: no escriba en privado lo que no quiere que se sepa en público. Mejor dígalo, las palabras, a diferencia de lo escrito, se las lleva el viento. 2

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