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ENTREVISTA. tomás lagomarsino, diputado por el Distrito 7 y representante del Partido Radical en las negociaciones constitucionales:

"Las bases constitucionales acordadas garantizan que un órgano 100% electo no va a refundar el país"

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Sebastián Mejías O.

El pasado jueves, al ser consultado el diputado Tomás Lagomarsino (Ind.-Radical) por el estado de las negociaciones constituyentes entre el oficialismo y Chile Vamos, entregó una respuesta bastante pesimista. Según dijo el representante Radical en la mesa de diálogo, el acuerdo esperado estaba en un punto muerto y que la distancia fundamental radicaba en hallar el punto de equilibrio de lo que en política es una vieja discusión: el rol del Estado y de los privados en la consagración de los derechos sociales.

El viernes, sin embargo, al parecer las fuerzas políticas dieron un giro a la materia y determinaron que, más allá de dejar sellado el tema en el propio texto constitucional, hay que permitirle al juego democrático cotidiano, al ánimo social y a las futuras elecciones pronunciarse sobre el asunto y definir los roles.

Sorteado ese importante nudo, lo que viene ahora es hablar del órgano que redactará la nueva Constitución. Por más que a Lagomarsino le entusiasme la idea de un órgano 100% electo, está convencido también que éste deberá respetar las bases acordadas y dar certezas de no repetir errores, en un proceso que tendrá que ser guiado por un comité de expertos, cuyas reglas entrarán ahora al debate.

- Como representante Radical, ¿qué rol ha jugado en las negociaciones? ¿Es una suerte de intermediario entre el Frente Amplio (FA) y Chile Vamos?

- Tengo coincidencias con ambos mundos y no solo me he alineado con el Frente Amplio para defender los derechos sociales, sino que también me tocó hacer lo mismo con el derecho de propiedad. Darle a la ciudadanía la certeza de que sus bienes materiales y fondos de pensiones no van a ser cuestionados durante este segundo proceso constitucional.

- El jueves pasado se dijo que las negociaciones estaban en un punto muerto y, sin embargo, al día siguiente al parecer se destrabaron. ¿Qué fue lo que pasó?

- Que el viernes pudimos avanzar significativamente respecto a una parte del acuerdo final que tiene que ver con las bases institucionales, es decir, con las certezas y tranquilidades que le daremos a la ciudadanía en este segundo proceso constitucional.

- El punto en conflicto tenía que ver con el rol estatal y privado en los derechos sociales. ¿En qué posición está usted?

- Así como hay que dar la certeza de que no se va a refundar nuestro país, creo que tampoco hay que mantener el Estado subsidiario que tanto daño nos ha hecho y en el que depende del tamaño del bolsillo que tengan las personas y de su capacidad económica la calidad de la salud a la que pueden acceder, las pensiones, la vivienda o la educación que pueden tener.

Derechos y libertades

- En el oficialismo criticaron que Chile Vamos no quería ceder en este punto.

- Si el jueves estábamos en un punto casi muerto era por ciertas tranquilidades que pedía Chile Vamos para las bases constitucionales. En la práctica, las exigencias de Chile Vamos implicaban mantener el modelo subsidiario que, por nuestro lado, era una de las líneas rojas intransables. Todos coincidimos en que es necesario dar certezas a la ciudadanía en una serie de áreas, pero no por eso vamos a perpetuar el modelo subsidiario que, como mencioné antes, tanto daño nos hizo.

- Chile Vamos buscó cerrar la brecha entre el rol del Estado y los privados acuñando el concepto de "Estado social de derechos y libertades". El diputado Diego Ibáñez (CS) lo cuestionó por ser un "invento inexistente en el derecho comparado". ¿Era una buena tercera vía?

- Creo que a pesar de no existir en el derecho comparado el "Estado social de derechos y libertades", era un intento legítimo por llegar a un punto de acuerdo. No fue un concepto inventado porque sí, al contrario, se generó para acercar posiciones. Finalmente, se fue modificando con el paso de las discusiones para dejar a las distintas partes conformes sobre la participación de prestadores tanto estatales como privados en la provisión de derechos fundamentales.

- ¿Cómo se selló finalmente el acuerdo para garantizarle al Estado y al mercado roles relevantes en la gestión de los derechos sociales?

- Acordamos que al final van a ser las bases constitucionales las que van a permitir la participación del Estado y de privados en la provisión de derechos sociales, dejando un amplio margen al juego democrático. Finalmente, el Congreso Nacional será el que determine el grado de participación de cada uno de estos actores, sin menospreciar que en los procesos eleccionarios se determina la correlación de fuerzas políticas que puede existir en un momento dado, llevando esta participación del Estado y de los privados para uno u otro lado.

Desarrollo democrático

- Al final, la nueva Constitución será una garantía para el que acumule más fuerza política de que podrá desarrollar su proyecto de sociedad y, así, desequilibrar la balanza Estado-mercado en base a sus ideas.

- Uno de los grandes problemas de la Constitución de 1980 es que declara inconstitucionales las ideas de otros, impidiendo que se pueda implementar nuevos mecanismos para resolver derechos sociales u otro tipo de problemáticas. Las bases constitucionales, en las que ya hay amplio acuerdo, eliminan de base la posibilidad de que sean declaradas inconstitucionales las ideas de otros. Así como la Constitución del 80 declara inconstitucionales las ideas progresistas, el temor en Chile Vamos con la propuesta que fue rechazada el 4 de septiembre era que declaraba inconstitucionales sus propias ideas.

- ¿El objetivo de este nuevo proceso será terminar con esas exclusiones?

- El objetivo de este nuevo proceso es permitir el desarrollo democrático de nuestro país y que todas las fuerzas políticas legítimamente puedan desarrollar su visión de la sociedad en la medida que ganen elecciones.

- ¿Nadie será inconstitucional con este nuevo proceso, ni los extremos políticos?

- Lo fundamental para evitar los extremos de ahora en adelante pasa por los mecanismos electorales que se definan. Creo que el voto obligatorio es una cuestión fundamental, porque hace que el centro político tome mucha más fuerza y obliga a los sectores políticos, tanto de derecha como de izquierda, a moderar sus ideas.

Discusiones que vienen

- ¿Qué discusiones se vienen ahora?

- Diría que hemos despejado todos los nudos que hasta ahora surgieron. Ahora lo queda es continuar con los mecanismos y determinar cuál será el órgano que va a escribir el texto respetando las bases constitucionales que dejaremos establecidas.

- ¿Cómo debe ser ese órgano?

- Debe tener dos características: un órgano 100% electo que vaya acompañado de un comité de expertos y expertas, cuyas atribuciones, composición y elección habrá que determinar en las futuras conversaciones. Además, habrá una serie de otros nudos en torno al número de escaños del nuevo órgano, la participación de pueblos originarios o la paridad. Son incógnitas bastante importantes, aun cuando creo que serán discusiones más fáciles y que avanzarán rápidamente. Espero que antes de que termine octubre tengamos un acuerdo firmado por todas las fuerzas políticas.

- ¿Es garantía de éxito y certezas de no cometer los errores del pasado la elección de un órgano 100% electo?

- Las bases constitucionales acordadas garantizan que el nuevo órgano 100% electo no va a refundar el país, sino más bien se encargará de redactar el nuevo pacto social. Probablemente, la nueva Constitución que tendremos será mínima, pero dará un amplio margen al juego democrático para la construcción y el desarrollo de nuestra sociedad. El nuevo proceso devendrá en una Constitución maximalista ni partisana.

"Creo que el voto obligatorio es una cuestión fundamental, porque hace que el centro político tome mucha más fuerza y obliga a los sectores políticos (...) a moderar sus ideas". "Probablemente, la nueva Constitución que tendremos será mínima, pero dará un amplio margen al juego democrático para la construcción y el desarrollo de nuestra sociedad".

Andrés Celis, diputado (RN): "El acuerdo debe ser rápido"

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Al igual que el diputado Tomás Lagomarsino, que espera que antes de que termine octubre se concrete un acuerdo firmado por todas las fuerzas políticas, el presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Soto (PPD), también concuerda con ese plazo y, de hecho, hizo un llamado a intensificar las conversaciones porque "el plazo fatal es octubre".

En Chile Vamos, en tanto, el diputado Andrés Celis (RN) aseguró que "mientras más rápido se dé el acuerdo es mejor, pues la incertidumbre aumenta con su demora". Además, planteó que "el acuerdo debe ser rápido, porque si no los grandes ganadores serán el Partido de la Gente (PDG) y el Partido Republicano".

Otro tema que le preocupa es "la economía del país". A su juicio, "mientras más rápido sepamos cuándo será el plebiscito de salida y la elección de convencionales, vamos a tener las reglas claras". "Para mí, sería ideal un acuerdo antes del 18 de octubre".