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LA TRIBUNA DEL LECTOR La economía del crecimiento a largo plazo en Chile

POR ALEJANDRO CORVALÁN QUIROZ, ACADÉMICO ESCUELA DE ECONOMÍA Y NEGOCIOS UVM POR ALEJANDRO CORVALÁN QUIROZ, ACADÉMICO ESCUELA DE ECONOMÍA Y NEGOCIOS UVM
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Los tres últimos años hemos enfrentado un escenario interno y externo con una serie de shocks y de magnitud más alta de lo deseado, lo cual ha configurado un cuadro muy complejo. Las recientes cifras entregadas por las autoridades nacionales y entidades globales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), nos reafirman que el escenario global sigue deteriorándose y, particularmente, ello no es auspicioso para nuestra economía nacional en términos de precios y volúmenes de exportaciones.

Sólo dos ejemplos de ello: el FMI anuncio que Chile tendrá una inflación de 12,2% para este año y para el 2023 será el único país de la región que tendrá una caída del -1,0%; y las proyecciones del Ministerio de Hacienda estiman un crecimiento del Producto Interno Bruto, PIB, de un 2,2%, una caída del 0,5% para el 2023 y una media de crecimiento para el todo el período de la actual administración de un 2,0%, es decir, un crecimiento per capita de un 1,2%.

Ambas fuentes nos anticipan un escenario muy complejo para todos los chilenos en 2023 y más que una recesión, que la tendremos con certeza, el riesgo más relevante es que sea larga y profunda. Sin embargo, todos los datos duros enunciados sinópticamente no dicen mucho que hay un elemento macroeconómico ausente aún en el debate nacional, que es la conducta a largo plazo de la economía que pertenece al campo de la economía del crecimiento.

En primer lugar, es relevante recordar que el crecimiento económico a largo plazo es el determinante más importante del bienestar económico de los ciudadanos de un país. El modelo de crecimiento de Solow, Premio Nobel de Economía en 1987, y los modelos más recientes de crecimiento endógeno muestran que el ahorro, el crecimiento de la población y el progreso tecnológico determinan conjuntamente el nivel y el crecimiento del nivel de vida de un país.

En segundo término, es muy relevante reconocer y diagnosticar en el caso de Chile un bajo crecimiento desde hace 10 años, que ya se ha transformado en un problema estructural. Ya en el año 2017 el expresidente Ricardo Lagos nos advertía que "la tarea número uno de Chile es crecer, todo lo demás es música".

En la perspectiva anterior, la mirada de construcción de un futuro común es indispensable renovar el paradigma que ha orientado el desarrollo del país y vaya superando la vieja dicotomía entre mercado y Estado, lo que requiere ir superando los diagnósticos inspirados en enfoques ideológicos, que permitan ir perfilando desde una estrategia productivista hacia una economía del conocimiento. Lo anterior implica ir buscando, con competencia y cooperación, mejores mercados y un mejor Estado.

En la mirada larga, siempre es útil apreciar cómo están evolucionando variables centrales en el crecimiento futuro. Dos de ellas son ahorro e inversión. La Corporación de Bienes de Capital (CBC) nos anticipaba ya el segundo trimestre de este año que al 2023 la inversión privada caería en un 38% y la información reciente registra que la inversión inmobiliaria caería un 45% y la inversión minera en un 39% durante el 2023, respectivamente. No hay que olvidar que la inversión proyectada de la región de Valparaíso para los años 2022-2026 sólo alcanzaría a 1.989 millones de dólares, equivalente al 3,7% del total nacional, casi la mitad de nuestro aporte como región a la economía nacional el 2021. Otro dato duro muy importante es la caída interanual del ahorro en un 0,2% del PIB al segundo trimestre del año, según las cuentas nacionales del Banco Central.

El stock de capital es un determinante de la producción de la economía, pero el stock de capital puede variar con el paso del tiempo y esas variaciones pueden generar crecimiento económico o una pérdida del dinamismo económico. En particular, hay dos fuerzas que influyen en el stock de capital: la inversión, que es el gasto en nueva planta y equipo, que hace que aumente el stock de capital, y la depreciación, que es el desgaste del viejo capital y que hace que el stock de capital disminuya. El deterioro de la inversión proyectada es una señal muy compleja, pues nos anticipa tasas de crecimiento menores en los próximos años, debilitando aún más nuestra trayectoria reciente del crecimiento.

Finalmente, en el análisis de los datos del crecimiento económico es muy central conocer la evolución de los PIB per capita. Al 2021, sólo 6 regiones de Chile tenían un PIB por habitante igual o superior al nacional y las restantes 10 regiones, un PIB inferior al del país. Para el caso de nuestra región de Valparaíso, el PIB per capit normalizado alcanzó el 2021 un nivel equivalente al 71% del país, es decir, 29 puntos bajo la media del país y, por último, el PIB por habitante de la región de Valparaíso al 2021 fue inferior al del 2013, es decir, al de hace nueve años atrás.