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LA PELOTA NO SE MANCHA Cortados

POR WINSTON POR WINSTON
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Ad portas del mundial de Qatar y faltando poco para que la pelota comience a rodar, la emoción se trasladó a las nominaciones de los jugadores que serán parte de la cita mundialera.

Las formas han cambiado y el antiguo comunicado de prensa que se transmitía por radio y se publicaba en los diarios al día siguiente, se ha transformado en verdaderos shows que empiezan a calentar motores previo al inicio de este torneo.

La moda de los futbolistas ahora es grabarse junto a un grupo de familiares y amigos esperando la nominación. Una apuesta arriesgada, que puede terminar saliendo mal si el jugador queda fuera de la lista. Pero el ego y la vanidad son más fuertes, por lo que vale la pena jugársela con tal de conseguir más likes y seguidores.

Luis Enrique, director técnico de España, ha sido parte de este espectáculo y nominó a los jugadores casi como si se tratara de una entrega de premios Oscar. En esta oportunidad, el mítico defensa del Real Madrid, Sergio Ramos, quedó fuera de la fiesta, en la que serán figura sus otros compañeros del PSG: Lionel Messi, Neymar y Kylian Mbappé.

Hay otros casos de jugadores importantes que han ido quedando fuera de esta cita. Razones hay varias. Algunas veces los futbolistas son marginados por no estar en su mejor forma o, bien, por no tener buenas relaciones con el resto del plantel. La Francia campeona de 1998 marginó a David Ginola, Jean-Pierre Papin y Eric Cantona de los mejores jugadores que tenía en ese momento por la necesidad de renovar el plantel. La otra cara de la moneda fue la de Raymond Domenech. El DT francés quiso revalidar el título del 98 en el mundial de Alemania 2006, nominando jugadores según los signos del Zodiaco. No quería escorpiones, porque se terminaban matando entre ellos, lo que dejó fuera a Robert Pires, estrella del Arsenal. Johan Micoud, además, acusó al entrenador de excluirlo por ser Leo, porque ya había muchos de ellos en el cuadro galo. La apuesta estuvo cerca. En esa cita, Francia cayó por penales, después del bochornoso y triste cabezazo de Zinedine Zidane (típico de Cáncer).

Aunque ha pasado mucho tiempo, cada vez que entramos en esta etapa, recuerdo la nominación que hizo Nelson Acosta para el Mundial de Francia en 1998 y en torno al cual se había despertado mucha expectativa, después de tanto tiempo sin estar en este torneo. La imagen que tengo grabada es la de Esteban "Huevito" Valencia, que terminó rápido el entrenamiento en Universidad de Chile y salió llorando. "Me cortaron", alcanzó a musitar, mientras los periodistas intentaban abordarlo. También quedó fuera el "Candonga" Carreño, surgiendo una serie de teorías sobre las razones de fondo.

La pregunta fundamental que surge a propósito de esta discusión es cómo quiere que le vaya a su selección el futbolista que quedó fuera del Mundial. La respuesta de manual es decir que quiere que le vaya bien, por el país y por sus compañeros, pero sabemos que el fútbol es un mundo de egos.

Hace muchos años, cuando jugaba por la selección de mi colegio -más bien participaba-, recuerdo el caso de un compañero a quien el profesor cambió en el segundo tiempo. Fue tal su indignación que no encontró nada más inteligente que pasarse al otro lado de la cancha y comenzar a alentar al equipo contrario. Obviamente, no lo volvieron a convocar más. Asumo que este fue el caso extremo de un adolescente frustrado, no obstante, más de alguna vez las cámaras han evidenciado a jugadores que, marginados en la banca, esbozan una sonrisa cuando ven a su equipo caer.

Cuando el resultado es negativo, el que no se subió al avión siempre tendrá la ilusión de imaginar que con él en cancha, el resultado habría sido otro. El éxito, por el contrario, es la reafirmación de que el técnico tenía razón y de que el futbolista, en realidad, no era necesario.

Falta poco para ver qué director técnico acertó y quién se equivocó en sus decisiones. Las cartas, en este caso del Tarot, están echadas.