Correo
Fuegos artificiales
La alcaldesa de Viña del Mar señala que está a la espera de ciertos trámites administrativos en la Dirección General de Movilización Nacional para poder contar con los fuegos artificiales para la celebración del Año Nuevo en el Mar. Me pregunto, ¿qué acto administrativo se podría disponer cuando el hacerlo significaría ir en contra de la ley?
Jorge Vidal Stuardo
Fiesta de tres días
Me parece realmente inconcebible que nuestras autoridades comunales hayan decretado y promovido una megafiesta callejera de tres días en las calles de Valparaíso.
Serán tres días de incivilidades incontrolables, con venta clandestina callejera de alcohol, con aún más venta de droga de la que ya tenemos en la ciudad, con desmanes, destrucción, delincuencia y vandalismo.
Llamo a la delegada presidencial y al gobernador regional (a estas alturas ya no tengo muy claras las atribuciones de cada quien) a detener este delirio de nuestro pequeño emperador.
Valparaíso tiene vocación turística, de eso no hay duda alguna, pero ello implica atraer un turismo responsable, que entregue recursos a la ciudad (e impuestos para el país), los que difícilmente se podrán obtener de esta "megajuerga", cuyas externalidades negativas son de amplio conocimiento público (detalladas en repetidas oportunidades por los espectadores de primera línea Enzo Gagliardo y Rodrigo Díaz Yubero).
Por último, me resulta por decir lo menos curioso que se asigne un presupuesto directo de 90 millones de pesos para la productora. Si no hay tiempo para licitar, entonces claramente esta idea es resultado de la improvisación.
Mauricio Díaz Fernández
Temores en Navidad
"Tanta amabilidad es raro, me da desconfianza, hay que estar ojo". "Esos de allá son los que suben a las micros llenas para sacar celulares". "Mamita, por favor, no saques plata del cajero del supermercado, espérame a mí".
Esas son las frases que más se oyen en la calle, en las micros, en las salas de espera en este fin de año. Es triste que el espíritu de la Navidad se haya convertido en el espíritu del miedo, de la desconfianza y de la preocupación.
¡Feliz Navidad (para el que pueda)!
Eduardo Godoy Faúndez
Combate a la delincuencia
Los derechos humanos son los derechos que tenemos básicamente por existir como seres humanos. Estos derechos universales son inherentes a todos nosotros, con independencia de la nacionalidad, género, origen étnico o nacional, color, religión, idioma o cualquier otra condición.
Sin embargo, debemos considerar que la violencia, la delincuencia o el narcotráfico, aunque son inherentes al ser humano, no son precisamente un derecho humano. Y aquí es donde le cabe al Estado la responsabilidad de sancionar a sus hijos descarriados y devolver la paz a la gran familia.
¿Por qué no vemos que esto ocurra? La verdad es que no hay ninguna traba para que se aplique la ley y se cumpla el mandato constitucional que el Gobierno sí tiene. Debe responder ante todos nosotros, ante la sociedad que quiere vivir en paz. No tiene ningún impedimento para hacerlo y, claramente, no le tiene que rendir cuentas a ningún organismo nacional ni internacional por cumplir con su deber.
La libertad, que sí es un derecho, se pierde cuando uno rompe las reglas y se recupera cuando vuelve la cordura o la razón para convivir en sociedad.
John Arentsen Rodríguez
Prioridad
En este último tiempo he leído muchas cartas enviadas a nuestras autoridades y parlamentarios, en las que se piden soluciones a nivel local y nacional para todos los problemas que hoy nos aquejan.
La primera y más importante preocupación es la delincuencia. Cada día tenemos miedo de salir a la calle (ni pensar en horario nocturno) y ser víctima de una agresión. ¿Las autoridades y los señores parlamentarios harán lectura de esta inquietud y procederán a "hacer su pega"? Llamo a reflexionar y a retomar nuestro camino para que sigamos siendo lo que siempre fuimos, un país grande y ejemplo de Latinoamérica.
Gabriel Fuentealba Recabarren
Acuerdo constitucional
Hemos conocido el proyecto de reforma constitucional que habilita a un nuevo proceso constituyente. Si bien hay cosas positivas, como la consideración de bordes mucho más sustantivos en atención a nuestra historia constitucional, llama la atención que dentro del articulado no se considere la posibilidad de que el nuevo texto fuese rechazado. Es necesario cerrar los cabos sueltos, ya que no podemos estar eternamente discutiendo sobre nuestras normas fundamentales, puesto que aquello trae incertidumbre que daña al país. Debe ser un tema en la discusión que se dé en el Congreso.
Pablo Aldunate Allegro Fundación para el Progreso
Participación ciudadana
"Solo cuando construimos el futuro tenemos derecho a juzgar el pasado" (Friedrich Nietzsche). El actual juego político por una nueva Constitución, que aún parece continuar con discusiones insulsas, debe terminar. Al respecto, sería aconsejable aprender de países serios, compasivos y con políticos proactivos -como Islandia- e incorporar tecnología al proceso, donde los ciudadanos puedan participar en la construcción de dicha Constitución.
La tríada derechos humanos, democracia e imperio de la ley, común a todas las constituciones, es conocida por los ciudadanos. Entonces, no sería difícil formular un algoritmo inteligente i.e., "construyendo nuestra Constitución del futuro" con preguntas y criterios objetivos, fáciles de responder acerca de lo que cada chileno espera. Con toda seguridad y utilizando internet como un posible medio de interacción, podríamos enriquecer el proceso inicial con ideas positivas y también negativas que hoy ni siquiera imaginamos.
Manejado por alguna empresa de alta tecnología informática, ajena a la política contingente (que las hay) facilitaría y encauzaría la labor posterior de los constituyentes y expertos, además de proveer una sólida racionalidad a lo que el país finalmente decida para su Carta Magna. ¿Que esto tomaría tiempo? Por cierto que sí. No obstante, nadie puede garantizar que con el modesto proyecto actual se llegará a un feliz término.
Gustavo M. Astorquiza