Los ajustados plazos del tren a Qta. Normal
El anuncio hecho por el Gobierno deberá acelerar su tranco si quiere cumplir con el itinerario previsto por el Ministerio de Obras Públicas. Para cumplir en tiempo y forma, el trabajo del MOP deberá contar con el apoyo permanente de las autoridades locales y los vecinos que estén cerca de la vía férrea.
A casi 48 horas del anuncio hecho por el Presidente Gabriel Boric sobre la nueva conexión ferroviaria entre las comunas de Quinta Normal y Viña del Mar, comienzan a moderarse las opiniones a favor y en contra. La sorpresa por el cambio de trazado dio paso al realismo económico y las definiciones iniciales del proyecto aterrizaron las ambiciosas expectativas levantadas en los últimos años en una imagen más modesta y sencilla del servicio que movilizará a los vecinos de Viña, Limache, La Calera, Llay Llay, Tiltil, Batuco y Quinta Normal, lugares donde el tren contará con estaciones. Ya no se tratará de un tren rápido entre Santiago y Valparaíso, sino que de un transporte suburbano que permitirá mejorar los tiempos y la experiencia de viajes en algunas comunas de vocación rural que se encuentran alejadas de los grandes centros urbanos.
El ingeniero Louis de Grange, expresidente del Metro de Santiago, lo describió como "un buen tren de cercanías" y Franco Baso, académico de la Escuela Ingeniería Industrial de la PUCV, doctor en Transportes, lo evaluó como un medio ferroviario "competitivo para viajes de comunas interiores, pero malo para viajes directos Santiago-Valparaíso".
Ya no es ni será el tren prometido antaño.
Vale la pena advertir, sí, que pese a los puntos favorables que presenta -ocupará vía férrea existente, se asienta en proyectos ya en curso y reduce el volumen de expropiaciones necesarias-, el itinerario dado por el ministro de Obras Públicas, Juan Carlos García, contiene plazos acotados difíciles de cumplir para los técnicos a cargo del proceso. García plantea que la licitación internacional del proyecto se realizará en 2025, un año electoral, con toda la carga política de presiones que ello significa, pero además pone como meta que el servicio esté operando en algún mes de 2030, es decir, la empresa que se adjudique las obras tendrá cinco años para resolver la tramitación ambiental, obtener la propiedad de los terrenos que necesita y completar las obras de la inversión más relevante del transporte público regional, como fue presentada esta semana.
Para cumplir en tiempo y forma, el trabajo del MOP deberá contar con el apoyo permanente de las autoridades locales y los vecinos que estén cerca de la vía férrea -la difícil tramitación ambiental del proyecto T2 en Valparaíso es un ejemplo de los obstáculos que pueden encontrar estas iniciativas-, y exigirá la supervisión de procesos paralelos que no dependen del ministerio. Mención especial en este punto debe tener la estación multimodal de El Salto, ubicada en una zona bien conectada a distintas carreteras y en un barrio que pugna por abandonar su origen industrial para transformarse en un moderno distrito con servicios financieros, educativos y gastronómicos. El crecimiento del sector dependerá del próximo Plan Regulador de Viña del Mar, en plena etapa de diagnóstico. ¿Qué dirá el PRC viñamarino sobre el tren?