Correo
Institucionalidad ambiental
Se ha convertido en casi una tradición que cada Presidente se salte, de un modo u otro, la institucionalidad ambiental. Lo hizo Lagos con Alumysa, Bachelet con Hidroaysén, Piñera con Barrancones y ahora lo hace Boric con Dominga. Los casos no son iguales, pero todos tienen en común que no se dejó a las instituciones funcionar libremente, sino que fueron objeto de una orden política desde más arriba.
Este gustito es caro. Y no me refiero a la inversión que deja de entrar al país, sino al deterioro progresivo a las instituciones. Mucho caudal se ha hecho acerca de tecnificar la institucionalidad ambiental, pero la señal que se da con este tipo de situaciones es justamente la contraria. Para despolitizarla lo primero que se debe hacer es no intervenir en sus procedimientos, reglados por lo demás. El perfeccionamiento del SEIA como un todo -que actualmente se discute- pierde relevancia cuando esto ocurre.
Si aspiramos a un desarrollo sustentable, debemos cuidar las instituciones y dejar que realmente funcionen, sin intervención alguna. ¿Será esto posible?
Alejandro Ruiz Fabres Abogado y Máster en Gestión Ambiental, expresidente del Tribunal Ambiental de Santiago
Compensación
El ministro de Economía, Nicolás Grau, estaba preparado. Rechazado Dominga, abrió raudo su billetera y sacó $580 mil millones para compensar a los habitantes de La Higuera. Es normal que la izquierda gaste lo que no produce, lo anormal es que los contribuyentes sepamos cuánto nos costó un gustito ideológico del Presidente y sus subalternos. Ahí está la cifra. Como los recursos del Estado no son infinitos, alguien puede entretenerse calculando cuántos consultorios, escuelas, desayunos infantiles, etc., ya no serán realidad.
José Luis Hernández Vidal
Inversiones
Fue rechazado el proyecto minero Dominga. La duda inmediata es qué pasará con otros proyectos mineros si consideramos que Chile es un país minero. Nuestro perfil, entonces, debería cambiar por ser un jardín del Edén, como dice la canción.
Me parece que dentro del alma nacional la confusión es grande al desconocer nuestra propia esencia territorial. Se debe recordar que el Presidente invita a invertir en Chile cada vez que puede. Quizás debería reunirse primero con el consejo de ministros antes de invitar y no atraer a una trampa ideológica.
Se argumenta que se invertirán muchos millones, $580 mil millones, en proyectos para la comuna de La Higuera y otras de la Región de Coquimbo como compensación por la negativa ministerial. Supongo que más de alguno de esos proyectos involucrados deberá pasar por una evaluación ambiental, ¿o el consejo de ministros ya los aprobó y no tendrán problemas? Sin embargo, como ese dinero a invertir nace de un fondo nacional, ¿qué pasará con las otras comunas de Chile que seguramente también tienen proyectos mineros o de otro orden con afectación ambiental? Queda la incógnita.
Esta decisión, más que una defensa del medioambiente, es un retroceso enorme, porque mañana otro gobierno, con otro signo, puede aprobar bajo la misma lógica un proyecto de verdad nocivo y destructivo para todos con el solo hecho de levantar o bajar el pulgar.
Octavio Quiroz
Riesgos y beneficios
Antes de iniciar un negocio, el inversionista observa dos cosas: el riesgo y su posible beneficio. En Chile, luego del estancamiento provocado por la pandemia y una posterior inflación que llegó al 12,8% el año 2022, hoy es más importante que nunca incentivar la llegada de nuevas empresas. En el momento de crisis que atravesamos es fundamental aumentar la oferta de empleo y los ingresos a la cartera fiscal de la nación, y para esto no hay nada mejor que promover la entrada de nuevos capitales a nuestra economía.
El problema es que actualmente cruzamos por un momento de intensa inestabilidad. Este año se presentará, por segunda vez desde el 2019, una propuesta para reconfigurar el marco jurídico que nos rige. Al mismo tiempo, en el Congreso se conversa la reforma al sistema de pensiones y se espera una al sistema de salud. Si a esto le sumamos la crisis educativa, migratoria y de seguridad, ¿es coherente una reforma tributaria en el contexto chileno? ¿Los impuestos que cobramos son acordes al riesgo que significa instalarse en nuestro país? Cada vez que una empresa decide invertir en Uruguay en vez de hacerlo en Chile o decide cancelar su inversión de infraestructura en nuestro territorio, nos da a entender que la respuesta a estas dos preguntas es no.
Gabriel Mora Fundación para el Progreso
Senda de inseguridad
¿Está tomando Chile el camino de México? Si se consultan los medios de información alternativos de internet, queda la sensación que el país ha iniciado la senda de una nación insegura. A contracorriente, el desarrollo de la democracia a partir de los inicios del siglo XXI es escrutada constantemente y su transparencia se acota en el concepto de democracia monitorizada, puesto que todas las esferas del poder se observan y critican permanentemente. Fue por esto que Ulrich Beck calificó al tiempo de la globalización como una sociedad en peligro, ya que las instituciones políticas y su marco legal son débiles frente al cambio feroz que se encarna en el delito y sus penalidades.
En su último libro, Francis Fukuyama señaló que el transcurso histórico de la política y su fase actual se dirigen hacia la decadencia. ¿Qué nos espera entonces? ¿O es que simplemente nuestro país toma la senda de la modernidad y del origen y decadencia de Roma (Edward Gibbon)?
Germán Soto Droguett
Fondos generacionales
Una buena idea de la reforma previsional es la propuesta de fondos generacionales, los cuales reemplazarían a los cinco multifondos de las AFP (A, B, C, D y E). Los fondos generacionales consisten en 10 fondos, donde la asignación del fondo dependerá de la edad del afiliado, según el tiempo faltante para pensionarse.
La principal diferencia de los fondos generacionales con los multifondos es que el afiliado no tiene la facultad de cambiarse entre ellos, pero tiene la ventaja de una administración de sus ahorros previsionales a largo plazo y que efectivamente la persona tenga un mayor riesgo cuando joven y que el riesgo de inversión vaya disminuyendo a medida que se acerca a la edad de pensión. En otras palabras, se elimina el riesgo que un afiliado no esté en el fondo correcto para su edad, por ejemplo, que una persona joven esté en el fondo E o que un afiliado en edad de pensión esté en el fondo B.
Eduardo Jerez Sanhueza