Fragilidad en sistema de suministro eléctrico
El corte del jueves pasado afectó a miles de clientes en Viña del Mar y alteró la atención que entregan los locales de atención turística. Dirigente del Comercio afirma que "habrá que demandar colectivamente a las personas o empresa que tuvo la responsabilidad directa, porque el daño que se hace no es menor".
Muy justificada es la amplia queja del comercio del Barrio Poniente, en Viña del Mar, tras el corte de energía eléctrica que la noche del jueves pasado afectó a varias cuadras de este sector turístico. De acuerdo a la propia empresa de suministro eléctrico, CGE, el corte alcanzó a 4.341 clientes de la firma, varios de ellos negocios gastronómicos que a la hora del incidente se encontraban llenos de turistas. En este caso, el daño es doble. Por una parte, los establecimientos no pudieron atender al público y, por otra, la suspensión del servicio eléctrico afectó también los sistemas de refrigeración que son indispensables para la conservación de los productos que se ofrecen a los clientes. En ese aspecto hay un punto que se debe tener en cuenta y es el referido a locales que expenden productos congelados, rubro que ha tenido gran desarrollo. Esos locales en su mayoría no disponen de generadores de respaldo, con lo cual interrupciones a cualquier hora del día, incluso anunciados, significan riesgo en la conservación de su mercadería.
En el caso de la noche del jueves, el comercio afectado tampoco tenía respaldo propio, por lo cual se produjo un grave daño que también castigó, en palabras del dirigente del comercio Rodrigo Rozas, al personal de restaurantes cuyos ingresos en gran medida son las propinas, y a los sistemas digitales en que se basan las operaciones de reserva, ventas a distancia y financieras. "Las pérdidas son millonarias, hubo más de 100 locales que no pudieron operar y no lograron atender y queremos buscar responsabilidades porque no es la primera vez que sucede", dijo el dirigente. Agregó que "habrá que demandar colectivamente a las personas o empresa que tuvo la responsabilidad directa, porque el daño que se hace a la ciudad no es menor".
La empresa CGE atribuye el corte a "una situación ajena a la Compañía, producto de un ave en la Red de Media Tensión, la cual debió ser atendida por nuestros equipos especializados". La explicación, que podría ser hasta pintoresca, corresponde a una situación que no es nueva y que incluso ha provocado incendios forestales. Un ave, con sus alas abiertas, a veces húmedas, hace contacto entre cables conductores aéreos y provoca un cortocircuito que hace saltar los fusibles del sistema de media tensión que alimenta los transformadores, que finalmente entregan los 220 volts a los servicios comerciales o domésticos.
El caso, siendo excepcional, revela la fragilidad del sistema que no cuenta con alternativas de respaldo rápidos y a la vez, revive el tema de las líneas aéreas de diversos servicios que recargan los postes y afean el panorama de la ciudad. Este caso, que se podría repetir, exige insistir en canalizaciones de redes de energía subterráneas que aseguren, razonablemente, la mantención de los servicios.