LA TRIBUNA DEL LECTOR Praga resiste en Cerro Castillo
POR GRACIELA IBÀÑEZ, PERIODISTA Y VECINA DE CERRO CASTILLO EN VIÑA DEL MAR
El destino de la iglesia ortodoxa de los santos Cirilo y Metodio en Praga cambió el 18 de junio de 1942. Ese día las tropas nazis atacaron la construcción donde se escondían miembros de la resistencia checoslovaca que habían asesinado el 27 de mayo a Reinhard Heydrich, gobernador del Protectorado de Bohemia y Moravia. Los alemanes habían comenzado a ocupar partes de la entonces Checoslovaquia en 1938. Un año después, Adolf Hitler había establecido el protectorado.
En la iglesia, los paracaidistas Jozef Gabcík y Jan Kubiš, responsables del asesinato de Heydrich, y otros cinco miembros de la resistencia checoslovaca se enfrentaron con 750 soldados nazis. Kubiš y otros dos murieron después de la batalla. Gabcík y los hombres restantes se suicidaron en la cripta. Tras la muerte de los paracaidistas, los nazis persiguieron al obispo Gorazd y a otros sacerdotes que habían dado asilo a los miembros de la resistencia checoslovaca. Todos fueron ejecutados en los días siguientes.
En la cripta de la iglesia, donde ocurrió el ataque, los turistas pueden visitar una exposición que relata los detalles de la Operación Antropoide, nombre que recibió el plan de asesinato de Heydrich. El memorial cuenta con fotografías, objetos y documentos. La admisión es gratis. El personal da la bienvenida a los visitantes a quienes les cuentan los detalles de los eventos que sucedieron hace ocho décadas. "Es algo de lo que estamos muy orgullosos", dice Raila Hlavsova, una historiadora que trabaja en el sótano de la iglesia, que es administrado por el Instituto Militar de Historia, en una visita en julio.
"Es una historia de nunca acabar. Incluso hoy aprendí algo", agrega, y explica que los descendientes de quienes fueron asesinados por estar asociados con la Operación Antropoide vienen a visitar el memorial y le cuentan al personal detalles de sus familiares. "Somos el memorial más importante de la Segunda Guerra Mundial en Praga", dice.
Tres años después de que terminara la guerra, el comunismo llegó a Checoslovaquia. Era 1948. En ese momento, "pocas personas sabían lo que había sucedido aquí", dice Hlavsova. Los sacerdotes ortodoxos se preocuparon de mantener viva la historia. En 1987, el obispo Gorazd, cuyo nombre civil era Matej Pavlík, fue proclamado santo por la Iglesia ortodoxa. Otros cercanos a la iglesia de los santos Cirilo y Metodio que dieron asilo a los paracaidistas fueron proclamados mártires. "Se convirtieron en héroes para todas las personas, no solo para los ortodoxos", dice.
En la búsqueda de los paracaidistas, los nazis aniquilaron el 10 de junio de 1942 un pueblo de Bohemia llamado Lídice, ubicado 20 km al oeste de Praga. Alguien le había dicho a la Gestapo que ahí se podía encontrar información de los paracaidistas. De acuerdo al sitio de Internet del memorial de Lídice, 173 hombres fueron asesinados a tiros, mientras las mujeres y la mayoría de los niños fueron transportados a campos de concentración. El pueblo tenía 503 habitantes.
La noticia de la masacre cruzó las fronteras de Checoslovaquia. La intención de Hitler de borrar el pueblo del mapa del mundo fracasó. Su nombre apareció en calles y plazas de ciudades de todo el mundo, como Viña del Mar. En honor a Lídice fue bautizada la principal plaza del Cerro Castillo. Hoy lleva el nombre de Paseo Mirador Jorge Alessandri. El edificio y el pasaje aledaño mantienen el nombre de Lídice. También se convirtió en nombre de niña, como un recordatorio de que Lídice existe. En cuanto a la iglesia de los santos Cirilo y Metodio, esta se convirtió en la principal catedral para los ortodoxos checos y eslovacos. "Le dio fuerza a la gente de la Iglesia ortodoxa", dice Hlavsova. Ubicada en el centro de Praga, hoy esta construcción barroca de la primera mitad del siglo XVIII recibe a turistas de todo el mundo, los que pueden conocer uno de los hechos que causaron conmoción durante la Segunda Guerra Mundial.