LA PELOTA NO SE MANCHA El tenis, a sol y a sombra
POR WINSTON POR WINSTON
Con todo esto del paleteo del gobernador Mundaca y la alcaldesa Ripamonti en Forestal Alto ante la atenta mirada de Hans Gildemeister para el anuncio del challenger del Club Unión del Sporting, entre el 11 y el 19 de marzo, me bajó toda la nostalgia.
Ya el Abierto de Chile hizo su debut en Viña del Mar en 1981, con el paraguayo Víctor Pecci, finalista de Roland Garros en 1979, como su primer campeón. Pedrito Rebolledo lo ganó en 1982 en un tie break de infarto en el tercer set frente al mexicano Raúl Ramírez, y el propio Pecci recuperó la corona en 1983. Si no me equivoco, a contar de ese año el evento bajó a la categoría de challenger (antes era parte del circuito Grand Prix de la ATP) y comenzó a llamarse Viceroy Tennis Cup por su principal auspiciador, una conocida marca de cigarrillos.
Álvaro Fillol le ganó a Gildemeister la final del 84 (¡uhh, qué duelo sería ese hoy día cuando ni se hablan!); Hans a Rebolledo en 1985; Hans a Lawson Duncan 6/1 y 6/0 en 1986; el alemán Peter Moraing en 1987; el futuro número uno del mundo Jim Courier en 1988 (diez años después, cuando vino al ATP de San Carlos de Apoquindo, alegaría en una entrevista para Las Últimas Noticias con el actual director de El Mercurio de Valparaíso que jamás le pagaron el premio por ese título, que consiguió vapuleando al mismo Lawson Duncan que había humillado Hans dos años antes).
El peruano Carlos di Laura le ganó a Rebolledo la versión del 89. Eran los tiempos de cuando en el cuadro asomaban los entrañables tenistas chilenos Gerardo Vacarezza, cuñado del Rafa Araneda, Juan Pablo Queirolo, el fallecido Cristián Araya, José Antonio Fernández (sparring de Steffi Graf), Sergio Cortés o Ricardo Acuña y Belus Prajoux, cuando estos dos últimos aún se las ingeniaban para echar mano a su reserva de combustible.
Después de más de una década el torneo regresó en gloria y majestad como parte del World Series y, posteriormente ATP World Tour 250, en 2001 al Club Naval de Campo de Las Salinas, con Guillermo Coria (futuro finalista de Roland Garros) campeón en 2001; Fernando González (2002); el español David Sánchez sobre Marcelo Ríos (2003); Mano de Piedra al brasileño Gustavo "Guga" Kuerten, tricampeón del grand slam parisino (2004); Gastón Gaudio (campeón de RG el año anterior) a González en 2005; José Acasuso a Nicolás Massú (2006); el peruano Luis Horna al mismo Nico (2007); González al argentino Juan Mónaco por walk over en 2008; y otra vez González a Acasuso en 2009.
El torneo volvería a Santiago para retornar a Viña en 2012, con Mónaco campeón (2012); el recordado paso de Rafa Nadal, quien perdió la final de 2013 con el trasandino Horacio Zeballos; y el triunfo del italiano Fabio Fognini sobre Leo Maier en la última edición de 2014.
Raya para la suma: Nico Massú no consiguió ganar nunca en Viña, tampoco el "Chino" Ríos.
Es cierto, el challenger de Mundaca en el Club Unión del Sporting es más humilde, suerte de ATP 80, pero así y todo es la primera semilla para comenzar a crecer y soñar, por qué no, con el regreso de un 250 a Viña del Mar.
El Club Unión, hoy convertido en un señor de 102 años de edad, vio pasar por sus canchas a los mejores: Guillermo Vilas y José Luis Clerc, el ecuatoriano Eduardo Zuleta, todos los chilenos incluidos los hermanos Pabst, e incluso ha albergado Copa Davis.
Ya era hora de que Viña volviera a tener su fiesta del deporte blanco.