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LA PELOTA NO SE MANCHA La tristísima historia de Joel "Huevo" Soto

POR WINSTON POR WINSTON
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Corría el año 2001 y Reinaldo Sánchez, aburrido de campañas mediocres, decidió apostar por un equipo que le permitiera competir de igual a igual con los tradicionales campeones. Se metió la mano al bolsillo y se trajo a Jaime Riveros, que estaba aburrido de hacer goles de tiro libre por Cobreloa. Al "Liebre" se sumó, entre otros, el uruguayo Silvio Fernández de Osorno, Emiliano Romay de Boca Juniors y Rodrigo Valenzuela de Unión Española. Estas figuras reforzaban la base de un equipo que Jorge "Peineta" Garcés había armado un año antes.

Luego de un inicio promisorio, el equipo se desinfló en la mitad del torneo para retomar una racha de 10 partidos, que fueron ganados en forma consecutiva. 30 puntos que le dieron el título. Aunque no figuraba como una alternativa importante, al inicio, uno de los jugadores clave de esa última parte fue Joel Soto.

El "Huevo", como era conocido, nació en 1982 en Valparaíso. No pasó mucho tiempo, para que, en las canchas del Cerro Toro impresionara a todos con sus regates y, sobre todo, con su velocidad, virtudes que lo llevaron a Santiago Wanderers. Aunque la mayoría cree que Soto debutó ese mismo 2001, lo hizo antes, el '98, pero sin pena ni gloria. En los años siguientes, no había sido más que una alternativa para los últimos minutos.

El inicio del 2001 fue de dulce y agraz. Lo nominaron para el seleccionado Sub 20. Junto al "Huevo" destacaba su versión más evolucionada, "El Pájaro" Valdés. También figuraban Rodrigo Millar y Hugo Droguett como elementos destacados. Los jugadores fueron noticia después de ser detenidos al haber sido descubiertos en una "casa de huifas" poco antes de partir al mundial de Argentina. La explicación aparece en un lugar destacado del libro de Chilean Premier League: "Vimos unas luces rojas y a una señora, y creíamos que pasaba algo malo. Por eso entramos…"

Aunque igual viajaron, "Peineta" lo suspendió, pese al costo que eso tenía para el equipo. Cuando pudo volver a jugar, lo hizo a lo grande y cambió la historia. Esa temporada, Joel Soto jugó 8 partidos, disputó 704 minutos y marcó 8 goles. Pero hay uno que fue clave e inolvidable para todos y ocurrió en Coquimbo. Quedaban 5 partidos y las universidades esperaban que los caturros se cayeran en el puerto vecino. Así parecía, hasta que en el minuto 90 el "Huevo" rompió el arco de Carlos Tejas. Sin esos puntos, no había copa.

Un amigo recuerda que luego del título, lo invitaron a un programa de Wanderers en Quintavisión. Hubo que ir a buscarlo al Cerro Toro, Soto no manejaba y la verdad es que apenas hablaba. Terminado el programa, pidió que lo dejaran en el mall, no tenía terno para la cena de celebración. No quiso que lo esperaran, él se podía devolver en colectivo. Humilde, la fama y sus trascendentales goles no le habían subido los humos a la cabeza.

Después vino su debut en Copa Libertadores y su destacada actuación contra Boca Juniors en la Bombonera y Sausalito. En Internet se puede ver la jugada del gol del triunfo contra los xeneizes que marcó Silvio Fernández de "chiripa", pero el verdadero mérito fue un carrerón impresionante de Soto. Era un huevo endiablado.

Siguiendo la senda del "Diablo" Núñez y el "Choro" Navia, el "Huevo" partió a México, donde tuvo un paso regular por los Jaguares de Chiapas. Volvió a Chile y estuvo en Colo Colo y Universidad de Chile, tuvo dos regresos al puerto, pero sin la explosividad ni trascendencia que tenía antes. Luego, como huevo revuelto, se paseó por varios clubes hasta retirarse en Unión La Calera el año 2013 a los 31 años.

Después del fútbol, Soto buscó invertir en unas canchas de fútbol y trabajó como asesor deportivo en la Municipalidad del alcalde Jorge Sharp. Sin mayor suerte, comenzó a involucrarse en malos negocios y peores amistades.

Diez años después de su retiro, Joel Soto vuelve a ser noticia, pero ya no en las páginas de deporte, sino en las crónicas policiales. La fiscalía determinó que era culpable de tráfico de drogas, porte ilegal de armas y municiones y solicitó 22 años de presidio. Si todo resulta como esperan, el ex jugador podría estar en la cárcel hasta el 2045. El "Huevo" está frito.

Los wanderinos lo lloran y lamentan el trágico destino de uno de sus ídolos del 2001. Como decía un antiguo proverbio latino: "No llames a nadie dichoso, hasta no haya cruzado el umbral de muerte".