LA TRIBUNA DEL LECTOR Participación temprana
POR GONZALO COWLEY, DIRECTOR LABORATORIO DE INNOVACIÓN, CROWD.CL
No cabe duda que hay reflexiones que hacer acerca del fenómeno de la participación ciudadana y sus implicancias en toda la línea de decisiones del proceso de desarrollo. Aquello es atingente a los diversos sectores de la sociedad y a la multiplicidad de ámbitos en que la voz de las personas pide ser escuchada o bien es saludable hacerlo.
El contexto de cambio global está resultando determinante para enfrentar los nuevos paradigmas que traen, entre otros, aspectos como la revolución digital, el cambio climático, la revolución biológica o los sistemas de gobernanza, partiendo por el propio sistema democrático.
Y en efecto, la constante hoy es el cambio y es una realidad a la que todos nos enfrentamos. No podemos controlarlo, pero sí podemos adaptarnos y aprender a vivir con él. La clave está en reconocer las mutaciones que se están produciendo y luego buscar formas de afrontarlas de la mejor manera posible. Aquella es una tarea fundamental en el relacionamiento de las instituciones y organizaciones con las comunidades y las personas.
Hay muchas maneras de hacer frente al cambio de paradigma, pero una de las más efectivas es la participación temprana, pues nos refiere a un involucramiento activo en los propósitos de inclusión… y cuando decimos temprana, lo que decimos es que es desde el principio. Esto significa estar atentos a los signos del cambio, a la identificación de las oportunidades que se presentan y cómo se puede aprender de ellas y a nunca menospreciar el vox populi. Implica, entre otras cosas, estar dispuestos a experimentar y probar nuevas formas de hacer las cosas, incluso si eso significa salirse de la zona de confort y "arriesgar derrotas parciales", por ese efecto natural que produce la opinión de terceros.
Y esto que señalamos, incluye a los gobiernos y a las empresas, a las comunidades y a las organizaciones, al sistema de educación superior y al ecosistema educativo, a las entidades de base y a los gremios y grupos de interés. Porque el cambio siempre procura incomodidades a alguien en la línea de relación, lo cual no necesariamente significa que el titular de la iniciativa deba renunciar a sus ideas originales. Por el contrario, siempre debe tratar de convencer, pero nunca de vencer, pues esa sutil diferencia que no garantiza confrontar opiniones, puede terminar en el error habitual de no salvar la opinión del otro, lo cual -naturaleza humana mediante- despierta las oposiciones y los prejuicios, y nada peor que intentar avanzar con estos encima de la mesa.
Utilizar metodologías inclusivas. Consultar, testear, probar, escuchar, tomar nota, calibrar el sentido común y, con conocimiento técnico incluido, puesto encima de la mesa frente a una u otra situación, contrastar abiertamente, en todas las escalas, pues aquello termina siendo en la gran mayoría de los casos, la resulta de relaciones de confianza e integración.
Estamos hablando que frente a cualquier desafío, uno de carácter nacional, regional o local, sectorial, económico o político, recomendado será involucrar a la ciudadanía o a la contraparte eventual en el proceso de toma de decisiones, pues esa inclusión inicial abriga mayores garantías de ver una línea de tiempo con hitos de avance y romper cualquier estancamiento que impida el despliegue de las buenas ideas e iniciativas que puedan resultar necesarias de implementar.
La participación temprana, entonces, es una estrategia clave para garantizar la adhesión a un programa o iniciativa. Implica a los interesados y afectados desde el principio, en el diseño y las decisiones, para que se sientan responsables y comprometidos. La participación temprana, al mismo tiempo, también ayuda a identificar problemas y soluciones potenciales de antemano, lo que puede evitar retrasos, costos innecesarios, e incluso malos entendidos tan propios del debate público.
Todo lo anterior puede resultar útil para una política pública, para la ejecución de un proyecto de inversión, para un nuevo paradigma urbano frente a alguna intervención en el territorio, para la modificación de ciertas prácticas en una institución gremial o educativa, en prospectos empresariales, o en pequeños cambios organizacionales. Se trata de utilizar la innovación abierta a favor del desarrollo, a favor de las personas o a favor de las comunidades mediante sistemas bidireccionales de persuasión y diálogo razonado.