El misterio de las 30 comunas
Tras varios días de hermetismo, el Gobierno dio a conocer las ciudades, diez inicialmente, donde habrá fuerte reforzamiento policial.
Por casi cinco días, el Gobierno mantuvo en estricto hermetismo el listado de las 30 comunas incluidas en el plan especial de intervención que la ministra del Interior, Carolina Tohá, venía preparando hace meses y que fue adelantado debido a la muerte del cabo Daniel Palma, ocurrida en Santiago apenas diez días después que la sargento Rita Olivares fuera asesinada por delincuentes en el sector de El Belloto, Quilpué.
Dos mártires de Carabineros, ambos por disparos en la cabeza, eran un peso demasiado grande para un Ejecutivo que hasta ese minuto se veía vacilante ante los consecutivos episodios de delincuencia: robos a gran escala, homicidios entre bandas de narcotraficantes o funerales de alto riesgo. El fracaso del gran acuerdo político sobre seguridad debido a los indultos y las dudas sobre el respaldo real de las figuras del Gobierno a Carabineros por sus dichos pasados, cuando no tenían las responsabilidades que implica La Moneda, apuraron el anuncio de "Calles sin violencia", un plan de acción que tiene buenas intenciones, con una estrategia pensada para convencer a la ciudadanía y reducir la sensación de inseguridad, pero con una pésima gestión comunicacional, al punto de transformar el listado definitivo de comunas involucradas en un confuso misterio oficial.
Tras reunirse en La Moneda con el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, varios alcaldes informaron ayer el listado de las primeras 10 ciudades beneficiadas, entre ellas Valparaíso. Minutos después, la propia delegada presidencial, Sofía González, confirmaba el dato, la capital regional está dentro de las elegidas, a lo que siguió una cascada de reacciones parlamentarias, principalmente oficialistas. Pero todo eso duró sólo algunas horas, porque en la tarde, desde el Congreso, la ministra del Interior, Carolina Tohá, le quitó el piso a cualquier listado de comunas y afirmó que se trataba de rumorología, en un intento por evitar que el develado del misterio sobre el plan de intervención policial opacara el principal logro del gobierno ayer, la aprobación del proyecto de 40 horas laborales. El problema es evidente y tiene dos ámbitos. Uno es el temor a que el gazapo comunicacional se transforme en uno de gestión. Luego, por más que el Gobierno afirme que la elección de cada comuna se basa en estadística imparcial, la crispación del ambiente político invita a las suspicacias y las dobles lecturas, más aún con una elección municipal en el futuro cercano.