Confuso mensaje de plan antidelincuencia
Los US$ 1.500 millones anuales en régimen para el refuerzo a las policías y el Ministerio Público no han sido bien explicados. La poca claridad del mensaje sobre las comunas a intervenir en el Plan Calle sin Violencia, junto a la escasa precisión de la ministra Tohá y la desaparición de escena del Presidente, tienden a confundir.
A cuentagotas, con varios desmentidos y gazapos comunicacionales de por medio, llegamos al fin de semana con la noticia de que Valparaíso, Viña del Mar, Quilpué y Cartagena serían las cuatro comunas elegidas por el Gobierno para iniciar el Plan Calle sin Violencia, suerte de intervención en seguridad -con su consecuente inversión económica- cuyos detalles tampoco han sido revelados.
Al respecto caben dos alcances. El primero, la poca claridad del mensaje (en un principio eran tales comunas, después no era ninguna, más tarde serían otras, finalmente la prensa y la población tuvieron que enterarse por mensajes desparramados en redes sociales de Interior, la delegada o los propios alcaldes) atenta contra la convicción gubernamental de su propio plan y la futura efectividad del mismo. En segundo lugar, la poca precisión (extraño en ella) de la ministra del Interior y Seguridad Pública, Carolina Tohá, la desaparición de escena del Presidente Gabriel Boric (quien se trasladó al norte del país), y la ausencia de la delegada Sofía González, posibilitó una suerte de levantamiento de alcaldes locales, quien sin la presencia de los titulares de las dos primeras comunas (Macarena Ripamonti, de Viña del Mar, por estar fuera del país; y Jorge Sharp, de Valparaíso, porque no va a ninguna parte donde él no sea el primus inter pares) han conformado de la mano de los jefes comunales de Concón, Freddy Ramírez, y Casablanca, Francisco Riquelme, una llamativa asociación de comunas regionales, que incluye a figuras como de Javiera Toledo (Villa Alemana), Valeria Melipillán (Quilpué) o Daniel Morales (Limache), la cual ha dado en el clavo con sus críticas de que la delincuencia no respeta las fronteras comunales y que un plan que espante a los antisociales de Viña, Valparaíso y Quilpué redundará en que las comunas pequeñas (como las mencionadas junto a sus respectivos alcaldes) sean las que terminen pagando los platos rotos.
Así, la delegada Sofía González pareciera más sola que nunca ante decisiones tan centralizadas, las cuales obviamente tampoco son compartidas por el gobernador regional, Rodrigo Mundaca, el Consejo Regional y los citados alcaldes. ¿Y la población regional? Bueno, hace un buen rato que eso pareciera no preocuparle a nadie.