Salud mental en Gendarmería
El suicidio de un joven uniformado durante el fin de semana en el Complejo Penitenciario porteño es una señal de alerta. Gendarmería trabaja con aquellos que la sociedad ha optado por esconder debajo de la alfombra, exponiéndose a violencia, riñas, peleas, violaciones y hasta asesinatos.
Una ruidosa manifestación con barricadas en las puertas del Complejo Penitenciario de Valparaíso protagonizaron este lunes gendarmes para llamar la atención por el descuido en la salud mental de los guardianes, situación exacerbada tras el suicidio de un joven gendarme de 20 años, oriundo de Victoria, con su arma de servicio durante la madrugada del sábado, mientras hacía guardia en una torre de vigilancia del citado recinto. En septiembre de 2016, el mismo camino lo había tomado otro gendarme de 19 años, en la cárcel de Quillota.
De acuerdo con la institución, "el director regional de Gendarmería de Valparaíso, José Luis Meza, ordenó una investigación interna, mientras que la dupla psicosocial de la institución se comunicó con la familia y los compañeros". ¿Es suficiente? Por supuesto que no. Así lo entienden Pablo Araya, dirigente provincial Valparaíso de la Asociación Nacional de Funcionarios Pentenciarios (Anfup) y el presidente nacional de la misma, Roberto Escobar, quienes se dicen "desesperados" y acusan turnos de diez días seguidos y diez horas diarias en garitas de dos por dos, los cuales son asumidos generalmente por los más novatos.
Entrevistado por este Diario, el sacerdote jesuita Luis Roblero, histórico capellán de Gendarmería, diagnosticó que "todo lo que se pone detrás de un muro queda en el olvido en la sociedad chilena, es un ejemplo de cómo en Chile nos vamos deshaciendo de ciertas vidas, con cárceles al borde del colapso por su abandono".
Lo cierto es que Gendarmería trabaja con aquellos que la sociedad ha optado por esconder debajo de la alfombra, exponiendo a los jóvenes uniformados a violencia, riñas, peleas, violaciones y hasta asesinatos, sin una verdadera política de salud mental y evaluación. Tanto que habla el Presidente de cautelar la salud mental y en esta región hay dos psicólogos y dos trabajadores sociales para 1.400 funcionarios.