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Ataque explosivo dejó inhabilitado un puente ferroviario en Itata

VIOLENCIA. El Gobierno anunció querella por este atentado, mientras parlamentarios de la Región de Ñuble piden mayores resguardos para la zona.
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Una serie de atentados se produjo ayer en las regiones del Biobío y Ñuble, el más importante de ellos contra el puente ferroviario ubicado en la localidad de Confluencia, en la comuna de Ñipas, que pasa sobre el río Itata: una explosión lo dejó fuera de funcionamiento, ya que los rieles están partidos y la estructura dañada.

A esto se sumó el socavamiento de otro puente, de madera, ubicado en Villa Cayucupil de Cañete: desconocidos intentaron derribarlo con una motosierra y quemaron neumáticos en su superficie, lo que lo dejó inutilizado y afecta el desplazamiento a las comunidades que habitan en el sector Piedra del Águila, en el manto de la Cordillera de Nahuelbuta. Y también hubo un ataque incendiario contra camiones en la comuna de Tirúa.

Todo esto ocurrió días después del ataque a torres de alta tensión en Cañete el viernes en la noche y cuando se habla de una nueva visita del Presidente Gabriel Boric a La Araucanía.

En el caso del puente ferroviario, vecinos señalaron que despertaron durante la madrugada con un fuerte estruendo y al amanecer, se percataron que dicho viaducto estaba destruido, por lo que informaron a las autoridades de la situación y, tras acudir al lugar, iniciaron una investigación al respecto.

Según contó a radio Cooperativa Juan Gatica, presidente de la Junta de Vecinos del sector, cerca de las 3:00 horas "se escuchó un ruido terrible. Yo tengo un hermano que trabaja en el Colegio Confluencia, vive en Nueva Aldea, cruza todos los días por el puente del tren y resulta que él venía para acá, me llama en la mañana y me dice: 'Esta cuestión es un atentado, porque están los rieles cortados'".

El mayor de Carabineros Juan Beltrán informó que "durante la noche, se recibieron llamados por fuerte estruendo, un ruido que generó alarma en la comunidad. Y por las condiciones climáticas que se encontraban en el momento, no se logró establecer. Hoy a primera hora ya se recibió un llamado señalando que la vía férrea se encuentra con daños".

Piden medidas

El delegado presidencial regional de Ñuble, Gabriel Pradenas, sostuvo que "la Fiscalía Metropolitana va a tomar acción y curso en a todos los hechos que se han suscitado en torno a estos eventos. Destacar además que el llamado que se le hace a la comunidad es no acercarse al sitio donde ocurrió esta explosión dado a que el GOPE definió un área en la cual se amplifica la distancia para que las personas no se expongan a riesgo".

La diputada por la región Loreto Carvajal (PPD) planteó que "si la red (de ataques) se está ampliando con estos hechos concretos, es evidente que vamos a pedir todos los resguardos y recursos, y todo lo que sea necesario a propósito de evitar que Ñuble se convierta en un punto donde se extienda la violencia de la Macrozona Sur".

Su par de la UDI Cristóbal Martínez remarcó que "esta es una región tranquila, no estamos acostumbrados a estos ataques terroristas", y añadió que la planta de celulosa cercana a la estructura afectada "es la principal fuente laboral que tenemos en la Provincia del Itata".

Ante la grave situación, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, puntualizó que "los artefactos explosivos buscan producir un daño grave. Cuando además son instalados en lugares públicos, pueden afectar gravemente la vida de las personas, por lo tanto, calificamos los delitos como graves. Siempre en materia de artefactos explosivos nos hemos querellado como Gobierno, siempre hemos usado la Ley de Control de Armas y Artefactos Explosivos porque es la que permite sancionar de manera más severa este tipo de hechos".

Carlos Peña

La inútil rebeldía

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¿Hay alguna relación entre la salida del subsecretario Araos y la intervención del Presidente Boric en el aniversario de su partido, Convergencia Social?

Sí.

En el evento de su partido realizado el fin de semana, el Presidente Boric, inflamado de entusiasmo y haciendo de adolescente, arengó a los militantes expresando que la rebeldía puede ser parte del Gobierno y que ser rebelde es constitutivo de la militancia de izquierda.

Se ha reparado poco en esas palabras viendo en ellas, quizá, un mero desliz retórico; pero en ellas radica uno de los rasgos problemáticos del Gobierno.

Con esa frase -que pronunció sin duda convencido- el Presidente develó sin querer, de manera involuntaria, el problema central que lo aqueja. No la existencia de dos almas, como se ha dicho, sino la existencia de dos modos incompatibles de concebir la tarea pública.

El manejo del Estado y de sus deberes, en que consiste esencialmente la tarea pública, no tiene nada que ver con la rebeldía que el Presidente pide a sus partidarios, presentándola como una virtud digna de encomio. Los deberes públicos exigen sujeción a las normas, conocimiento de la institucionalidad, apego a los protocolos y racionalidad técnica. La rebeldía, en cambio, desatiende las normas, desconoce la institucionalidad, desprecia los protocolos y en vez de la racionalidad técnica (conocer los medios para alcanzar los fines de la manera más eficiente) prefiere y reclama la racionalidad sustantiva (el apego a los fines sin consideración a la eficacia de los medios). Mientras la rebeldía está atenta a la subjetividad de quien la siente, los deberes públicos suponen la disposición a apartarse de ella.

Lo anterior se comprende fácilmente cuando se atiende a la etimología de rebelde. Viene del latín rebellis, el que por su parte viene de su raíz bellum, que significa guerra, y el prefijo re. La palabra deber, por su parte, viene del latín debere y esta de habere (tener) y de "de" (privación), de ahí que tener un deber es lo mismo que adeudar algo que nos ha sido prestado. Como se ve, no hay dos cosas más opuestas que tener sentido del deber o estar en deuda hacia algo (en este caso las instituciones), por una parte, y ser rebelde, oponerse a ellas, estar en una actitud de guerra (bellum), por la otra.

¿Qué es lo que se debe esperar de la autoridad del Estado? ¿Una actitud rebelde o más bien una disposición a cumplir con esmero el deber que surge de las instituciones?

En el caso de incidente que ha significado la salida del subsecretario Araos lo que faltó, con las consecuencias desgraciadas que todos conocen, no fue rebeldía, sino eficiencia; no convicciones encendidas, sino la sobriedad del trabajo bien hecho; no poemas (en el discurso del Presidente le correspondió esta vez una cita de Cecilia Vicuña), sino instrucciones y rutinas protocolarias.

Quizá el problema del Gobierno esté allí. No en la existencia de dos almas, sino en la idea que se puede estar a la altura de los deberes que han sido confiados a quien maneja el Estado, y a la vez, estar fuera de él resistiéndolo y tomando distancia frente a las servidumbres que demanda.

Lo que los ciudadanos esperan de quienes manejan el Estado y tienen en sus manos los servicios públicos, especialmente en tiempos de crisis, no son desplantes de rebeldía, sino eficiencia; no discursos plagados de esfuerzos poéticos, sino acciones eficaces.

Cuando eso no se comprende, se llega al drama y al bochorno de estos días. El drama de una niña prematuramente muerta y el bochorno de un subsecretario que después de explicaciones cantinflescas y de mentiras, acaba renunciando.