Preocupaciones que surgen del Simce
Los resultados muestran una evidente caída por la pandemia, pero también un puntaje que está bajo el promedio del país. Se debe aprovechar a las universidades regionales que tienen una amplia especialización en el tema educativo y poner en marcha proyectos que atiendan la realidad local.
El sabor amargo que dejan los resultados del Simce abre múltiples interpretaciones sobre el momento que vive la educación chilena pospandemia, pero tanto los especialistas como las autoridades educativas deben reconocer que esta malas cifras, que muestran una sistemática caída en los puntajes a lo largo del país, no importa el lugar en el que habite el alumno, su sexo -aunque con clara desventaja de mujeres en Matemáticas- o grupo socioeconómico, son una debacle anunciada.
A nivel regional, la caída en Matemáticas sólo puede describirse como catastrófica. Los 248 puntos promedio obtenidos por los 19.738 alumnos de segundo medio que rindieron el test es 14 puntos menor a la obtenida en 2018 y su representación en detalle revela unos estándares de aprendizaje preocupantes: un 56% de los jóvenes a nivel regional tuvo un rendimiento insuficiente, un 30% exhibió un resultado apenas elemental y sólo el 13% demostró que tenía los conocimientos adecuados para el test.
Somos testigos del efecto de tener cerradas las escuelas y liceos más allá de lo racionalmente recomendable durante el periodo de pandemia, pero esta conclusión no puede ocultar otro fenómeno que resulta evidente al observar la presentación hecha ayer por el Ministerio de Educación. Sistemáticamente, la Región de Valparaíso saca puntajes bajo el promedio nacional, tanto en Lectura como en Matemáticas, cuando se trata de la evaluación de aprendizajes en cuarto básico.
¿Qué significa esto? Que la preocupación de largo plazo de las autoridades debe estar en cómo levantar a los estudiantes en su primer tercio educativo, identificando aquellos elementos que en nuestra Región afectan de forma particular a los párvulos y alumnos de ciclo básico inicial. Se debe aprovechar a las universidades regionales que tienen una amplia especialización en el tema y poner en marcha, con urgencia, proyectos específicos que atiendan la deficiente realidad local.