RECUERDOS DE UN FUNCIONARIO Chile en 1970
POR DEMETRIO INFANTE FIGUEROA, ABOGADO Y EXDIPLOMÁTICO POR DEMETRIO INFANTE FIGUEROA, ABOGADO Y EXDIPLOMÁTICO
Antes de entrar a analizar lo que fue el gobierno de Salvador Allende, pienso que es útil hacer un pequeño resumen del Chile que aquél recibió cuando entró a La Moneda. Si se parte por lo internacional, se puede decir que nunca Chile había tenido el nivel de trascendencia que en ese momento tenía en el mundo. Había dado pasos sustantivos, como ser el primer país latinoamericano que había aprobado en Naciones Unidos el procedimiento que podría llevar a que China fuera miembro de la Organización y tuviera un asiento permanente en el Consejo de Seguridad.
El Presidente Frei había dejado las vinculaciones con Europa, en general, en la cúspide. Su visita oficial a ese continente hizo historia. Chile pasó a ser conocido allí como nunca lo había sido antes. Por otra parte, con Estados Unidos había un gran entendimiento y el país había sido capaz de chilenizar la industria del cobre sin dañar su entendimiento con Washington. Al mismo tiempo, en plena Guerra Fría se le dio trascendencia a las vinculaciones con la URSS, enviando a Moscú a un embajador excepcional como fue Máximo Pacheco. En el nivel latinoamericano se había impulsado el acercamiento con todos los países del Hemisferio y Chile había sido el mayor promotor de la integración económica por medio de instrumentos como el Acuerdo de la Alalc y el Pacto Andino, el que llevaba implícito las áreas de educación a través del convenio Andrés Bello y de salud por medio del Convenio Hipólito Unanue.
En lo social se habían dado pasos gigantes. Cuando llegó al gobierno el Presidente Frei, en noviembre de1964, el nivel de analfabetismo era dramático, especialmente entre los adultos. Se creó de inmediato un plan que buscaba crear una cobertura de alfabetización en todo el país, la que debía estar concluida en abril de 1965. Ningún adulto sin escuela fue el lema. Se había creado una red social entre los más humildes, a través de la Promoción Popular, dando así la posibilidad a millones de chilenos pobres de tener acceso a niveles de vida que desconocían. Por medio de la Corvi y de las Asociaciones de Ahorro y Préstamo se había dado solución a millones de chilenos que no tenían vivienda propia. Se aprobó la ley de reforma agraria, que dio un nuevo impulso al campo y creó la posibilidad de que miles de campesinos tuvieran acceso a extensiones de tierra que podían trabajar por sí mismos o por medio de asentamientos.
En lo económico, se habían tomado medidas radicales para mejorar el sistema que el país tenía. Si bien el Banco Central no poseía por ley la independencia que hoy posee, se estableció una coordinación con el Ministerio de Hacienda en que la opinión de aquel era base en la formulación de la política económica. Se terminó con los sobregiros, antiguo método que hacía crecer artificialmente el circulante. Se puso fin al precio fijo del dólar, que tantas dificultades había producido por años. Se estableció un sistema similar al de hoy día. El precio del dólar dejó de ser noticia de primera página en los diarios y el temor a las repentinas devaluaciones desapareció. Se puso fin a la corruptela de dictar cada cierto tiempo una condonación de intereses y multas a los deudores de impuestos, por lo cual el país se vio obligado a cumplir en tiempo y forma sus obligaciones tributarias. Se creó en el Banco Central el departamento de fomento a las exportaciones, con lo que se pudo asistir a quienes siendo empresarios, grandes o medianos, deseaban intentar hacer negocios con el exterior. Se cuidaron las reservas internacionales, lo que permitió que al instante en que la administración de Allende entró al gobierno tuviera a su disposición 400 millones de dólares, que de acuerdo a la tabla del FED equivalen a más de 3 mil millones de dólares de hoy. La inflación fue controlada dentro de los estándares que en ese momento había en América Latina. Si bien hoy nos parece muy alta, en ese instante se situaba dentro de los márgenes que se manejaban en el hemisferio.
En lo que respecta a la tranquilidad del país y al orden público, Chile era un país pacífico. Se había calentado el ambiente con motivo de las elecciones de 1970, pero no había pasado más allá de ser una consecuencia lógica de unos comicios muy disputados. Al final, el punto negro fue el asesinato del general Schneider, pero en ese instante Allende ya era Presidente electo y ese condenable hecho había sido realizado por un muy pequeño grupo de cabezas calientes plenamente identificados y controlados. La excepción era el MIR, movimiento de ultraizquierada cercano a Allende, que por medio de las denominadas "expropiaciones del pueblo para hacer la revolución" se había dedicado a asaltar bancos y otros establecimientos. Este minúsculo pero activo grupo, decía que no cometía delito, pues el fin que buscaba con sus actos era proporcionar recursos para la revolución popular. Dicha peregrina teoría es defendida hasta el día de hoy por algunos personeros cercanos al MIR. Esta interpretación de la actividad delictual es tan absurda que a la larga deja la calificación de un acto como delito no a la ley, sino que a la intención de quien ejecuta aquel. Con esa línea de pensamiento, los horrorosos crímenes cometidos por Hitler estarían plenamente justificados, pues su intención no fue delinquir, sino que el engrandecimiento de su patria y por ello estarían plenamente justificados. Insisto, tan peregrina y absurda interpretación todavía tiene defensores en Chile.
Como resumen se puede decir que Salvador Allende recibió un país ordenado y con bases firmes para progresar con seguridad. Todo dependería de él.