Los resultados de la Encuesta Casen
La Caracterización Socioeconómica de la Región muestra cómo la pobreza ha caído en los últimos 17 años desde un 30,4% a un 6,6% El trabajo ha sido titánico, no cabe duda, y aún quedan muchos temas pendientes, como dejan en evidencia los 118 mil pobres de nuestra Región.
El Ministerio de Desarrollo Social dio a conocer ayer los resultados de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen), que mide los índices de pobreza en diversos ámbitos, al establecer una comparación entre los niveles de ingreso y la posesión de bienes materiales. El principal objetivo de este ejercicio es orientar las políticas públicas y estimar las necesidades de cobertura, focalización y distribución del gasto fiscal. El trabajo en terreno, realizado entre fines de 2022 y principios de este año, pudo superar los obstáculos que impuso la pandemia a la Casen del año 2020 y por esos los resultados del nuevo informe son más completos y equivalentes a sus predecesores. En términos regionales, Valparaíso alcanzó su menor nivel de pobreza, con un 6,6% de la población bajo la línea que mide la cobertura de necesidades básicas. Esto representa un avance importante respecto del 7,1% identificado en la Casen de 2017, y una mejora indiscutible respecto del 30,4% de pobres catastrados en la encuesta del año 2006.
Esto significa que, según los antecedentes proporcionados por el Mideso, los pobres de la Región se han reducido en un 24% en los últimos 17 años, con una caída sostenida que ha sorteado crisis económicas e incertidumbres políticas.
Vistos con perspectiva histórica, estos resultados muestran la capacidad del sistema actual para avanzar en políticas públicas adecuadas para la superación de la pobreza. El trabajo ha sido titánico, no cabe duda, y aún quedan muchos temas pendientes, como dejan en evidencia los 118 mil pobres de nuestra Región, pero, en términos generales, el camino trazado en los últimos 30 años ha sido el correcto. Por ello, cualquier intento por aplicar cambios drásticos a la matriz económica que ha permitido estos avances debería mostrar argumentos sólidos y evidencia empírica que rivalicen con los logros de un sistema que carga con una mala fama, en parte, inmerecida.