Ley de cabotaje y el auge de los cruceros
En el marco de un proyecto sobre transporte de carga, la Corporación de Puertos del Cono Sur plantea aumentar las cotas para pasajeros.
De forma algo inesperada, la apertura del tránsito marítimo nacional a mayor competencia, como lo proponen las indicaciones del Gobierno a la Ley de Fomento a la Marina Mercante y la Ley de Navegación, puede transformarse en un incentivo crucial para el futuro de la industria de cruceros en el país. La iniciativa del Ejecutivo plantea abrir el transporte de carga a empresas extranjeras, bajo ciertas condiciones y con un límite de transferencia, en cualquier curso fluvial o marítimo donde sea necesario. Una medida de este tipo, según los argumentos del Gobierno, ayudaría a diversificar la oferta de transporte, serviría como moderadora de los precios y permitiría robustecer las líneas de abastecimientos en aquellos puntos remotos del territorio nacional donde no hay buena conexión terrestre.
Para que la idea sea extensiva a la industria de cruceros, la Corporación de Puertos del Cono Sur planteó la posibilidad de incorporar al proyecto de ley un artículo que elimine la restricción mínima de 400 pasajeros para que los cruceros puedan realizar transporte de personas dentro del país, sumando así una demanda que hoy es inexistente en el territorio nacional. Una medida de estas características serviría para revitalizar la industria de cruceros a nivel nacional, eso es indudable, pero su impacto tiene una proyección particularmente positiva para puertos como Valparaíso y San Antonio, donde el turismo receptivo para naves de lujo tiene oportunidades aún sin explorar y proyectos en carpeta que dependen de que aumente considerablemente la demanda de los cruceros -grandes o pequeños- por sitios de atraque.
Por supuesto, el gremio del transporte terrestre no está para nada de acuerdo con la idea de abrir a firmas extranjeras el negocio de transferencias en aguas nacionales. La Confederación Nacional del Transporte de Carga (CNTC) ya calificó la iniciativa como un "grave error" y "un atentado a la soberanía del país", en lo que bien puede ser la antesala de una movilización que transforme la tramitación de esta iniciativa legal en un mar de aguas agitadas. ¿Cómo salvar del naufragio la buena idea de la Corporación de Puertos del Cono Sur? Ese es el dilema que deberán enfrentar los parlamentarios del Distrito 7, si les interesa el futuro de Valparaíso.