"Es paradójico, pero el éxito de Republicanos pasa por reivindicar lo que en el texto no es republicano".
Académico de la Universidad de Valparaíso y la Universidad Diego Portales, Hugo Herrera es uno de los intelectuales que continuamente está reflexionando sobre los diferentes proyectos políticos de la derecha chilena, en un contexto que tiene al Partido Republicano y Chile Vamos como referentes del proceso constitucional.
Cercano a la derecha centrista de Mario Desbordes en RN, eso no impide a este abogado considerar que la propuesta constitucional tiene, entre algunas "normas partisanas del Partido Republicano", elementos de sensatez dados por la flexibilidad y moderación que vio en Chile Vamos. Aún así, sigue creyendo que la derecha tradicional carece de una idea de país, pero que eso precisamente fue lo que le jugó a favor a la hora de diferenciarse de los republicanos en el Consejo Constitucional.
-Los sectores oficialistas plantean la idea de que Chile Vamos fue un engranaje más de la maquinaria republicana en el Consejo. ¿Logró diferenciarse claramente del Partido Republicano e imprimir su sello en el texto?
-Creo que Chile Vamos logró articular cierta postura dialogante, pero en lo principal no logró diferenciarse claramente de los Republicanos. El problema está en que, desde hace tiempo, la derecha tradicional no ha logrado levantar un pensamiento político propio. Más allá de que en términos de estilo puedan ser un poco más flexibles que los Republicanos, el problema está en que carecen de un pensamiento político nuevo, una visión del país.
-¿Es conveniente que se desarrollen al menos dos campañas para el A Favor?
-No sé si convenga una campaña única si el objetivo es que se apruebe el texto. El Partido Republicano, te diría, que es la UDI de los 90, es decir, junta gente que es partidaria del neoliberalismo económico más un pensamiento moral conservador. Y no creo que esa combinación sea capaz, por sí sola, de generar una mayoría constitucional que debe ser, siempre, más que una mayoría circunstancial. El A favor debería estar sobre el 55% idealmente y para eso el texto debe convencer, al menos, al centro político, y no solo a la derecha.
-¿Cree que la campaña de Chile Vamos debe diferenciarse de la de Republicanos?
-Así es, pero en eso surge el problema que mencioné antes, de que a Chile Vamos le falta un pensamiento político propio. De hecho, uno podría preguntarse si hay una diferencia de contenidos en la propuesta, respecto a lo que hizo el Partido Republicano. Una pregunta relevante no solo para el plebiscito y la campaña, sino para los años que vienen, ya que si la existencia de Chile Vamos tiene alguna justificación, deberían tener un pensamiento político propio.
-¿Fue la falta de pensamiento político lo que influyó en el avasallador triunfo republicano en la última elección?
-Creo que esa es una manifestación crítica de la falta de discurso en Chile Vamos. Aparecen los Republicanos irrumpiendo con una mayoría insólita y, claro, con tal de no perder votos, en la centroderecha trataron de tirarse un poco a la derecha para competir con este nuevo partido del que, en el fondo, terminaron siendo comparsa. Eso no es crear política y si siguen así, corren el riesgo de volverse irrelevantes. Si no logras plantear tus posiciones, ni una visión propia del país, mientras compites por parecerte más a otros, entonces desapareciste como una potencia significativa en el ámbito político.
Texto centrado
-¿Y eso le pasó en el Consejo a Chile Vamos?
-En el Consejo Constitucional creo que cambiaron un poco y se dieron cuenta de que tenían que moderar y mediar con la centroizquierda, sobre todo. En ese sentido, claro, se moderaron, pero como digo, fue solo la moderación, pero no la construcción de una identidad política definida.
-¿Qué valoración haría de la propuesta constitucional?
-En términos generales me parece que estamos frente a un texto bien centrado, solo que tiene algunas disposiciones que son demasiado partisanas. Se puede decir que es centrado, sobre todo porque establece esto del Estado Social de Derecho, que es un concepto muy orientador. Todos saben que un Estado Social no es un Estado neoliberal y, por ende, no es un Estado subsidiario en el significado negativo que le daba a la subsidiariedad la UDI de los 90.
-¿Lo considera un texto reformable?
-Creo que ese aspecto también lo vuelve un texto centrado. La posibilidad de reforma es más o menos flexible en el texto. Si se aprueba, no tendremos una Constitución pétrea, ni demasiado rígida, sino que la posibilidad de reforma será fácil.
-¿Los aspectos partisanos que mencionó antes, dónde están?
-Son evidentes y están, por ejemplo, en el tema del aborto. Uno se pregunta porqué levantar de nuevo esa discusión, cuando lo mejor que le puede pasar a los Republicanos es, si se vuelve a discutir sobre el aborto, que se admitan más causales. La mayoría del país no está con la posición rígida del Partido Republicano en ese aspecto. Después está el tema de las contribuciones que, independiente de lo que uno piense, no es susceptible de estar en la Constitución.
-Si el texto, bajo su lógica, puede considerarse centrado, ¿de quién es mérito?
-Contribuyeron mucho las actitudes más moderadas de la centroderecha y de fuerzas que, si bien no estaban en el Consejo, son parte del debate público, como los Amarillos, Demócratas y la DC, que tuvo un rol importante en la Comisión Experta.
-¿Cómo un bloque como Chile Vamos, que a su juicio no tiene programa, pudo lograr plasmar su visión en el texto constitucional?
-Es que un texto constitucional para poder ser exitoso tiene que, en lo posible, no identificar a un sector en particular. Cuando se habla de programas políticos, claro, Chile Vamos está en déficit, porque no tiene un proyecto político propio. No obstante, cuando hablamos de la Constitución, creo que la actitud flexible de Chile Vamos contribuyó precisamente a que sea un texto constitucional y no un programa. Es decir, un texto con el que ningún bando pueda abanderizarse, sino que sea reconocible por todos.
-Es probable que la campaña del En Contra instale la idea de que esta es la Constitución del Partido Republicano y que los propios republicanos intenten apropiarse del texto...
-Es verdad que el Partido Republicano tiene la posibilidad de apropiarse de la propuesta, sin embargo, el éxito de ese discurso va a depender de que se identifiquen con los aspectos más transversales del texto y no solo con los más partisanos. El plebiscito será un fracaso si es que Republicanos hace campaña exaltando los aspectos más partisanos de la Constitución.
-¿Pueden llegar a desconocer los aspectos más transversales del texto?
-Es que si no se identifican con los aspectos más transversales los haría perder su posición de autores. Si no reivindicaran esa parte, se instalaría que los aspectos más centrados del texto no se consiguieron gracias a Republicanos y que su rol se limitó a los detalles partisanos como la exención de contribuciones o la limitación del aborto. Es paradójico pero el éxito de Republicanos pasa por reivindicar lo que no es republicano en el texto.
-De aprobarse la propuesta, ¿Qué sectores de la política se sentirán cómodos bajo la Constitución?
-Bajo la premisa de que el texto será aprobado, creo que será una Constitución que favorecerá más la práctica política de los sectores de centro que de los sectores extremos. Significará el cierre del período más álgido de la crisis del bicentenario, que estalla de la manera más fuerte en 2019 y, por eso, este texto viene a ser el correlato del Acuerdo del 15 de noviembre.
" En el Consejo Constitucional creo que Chile Vamos se dio cuenta que tenía que mediar con la centroizquierda, sobre todo. En ese sentido, claro, se moderaron, pero como digo, fue solo la moderación, no la construcción de una identidad política definida".
"En términos generales me parece que estamos frente a un texto bien centrado, solo que tiene algunas disposiciones que son demasiado partisanas".