El último round del gobernador Mundaca
Los dimes y diretes entre el jefe del gobierno regional y el exalcalde sólo dan cuenta de la abismante soledad que vive el primero. Empero, el error de Mundaca es buscar proteger su flanco izquierdo, con defensas de dudosa efectividad como llamar a Viñambres "neoliberal", dejando un pasadizo por su derecha
El revoltoso fin de año del gobernador regional, Rodrigo Mundaca, no parece condecirse con la estatura de su cargo, al cual -como gusta de repetir- accedió en primera vuelta con casi 300 mil votos, y en cuya defensa se ha jugado buena parte de su capital político para ampliar el escaso grado de acción que éste tiene.
El exlíder de Modatima, lamentablemente, es de chispa corta. Demasiado. Tal como se lo dijo alguna vez la ministra del Interior, Carolina Tohá, cuando él encabezó una protesta de más de 30 alcaldes de la zona en el mismísimo Palacio de La Moneda.
Así, pisó el palito con tremenda facilidad ante el desatado lobby del exalcalde socialista de Quilpué, Mauricio Viñambres, en busca de apoyo y pactos con los jefes comunales de la zona para pensar en ir como retador en las próximas elecciones para gobernador regional del 27 de octubre.
Viñambres, exseminarista y conocedor de todas las mañas posibles desde incluso antes del retorno a la democracia o después, como intrigante secretario del primer presidente de la Cámara de Diputados, José Antonio Viera-Gallo, sabe sacar de quicio a quien se le ponga por delante.
Hace varios meses lo hizo con la alcaldesa de Quilpué, Valeria Melipillán, tan preocupada de buscar pifias en su gestión antes de reparar en los errores de la propia, esbozando una candidatura fantasma que sólo perseguía hacer daño. Nadie puede asegurar que hoy no suceda lo mismo, con un toreo gratuito a Mundaca, avalado por la presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, y las insondables realidades que da el voto obligatorio.
Empero, el error de Mundaca es buscar proteger su flanco izquierdo, con defensas de dudosa efectividad como llamar a Viñambres "neoliberal", dejando un pasadizo demasiado grande por su derecha, el cual de existir una oposición regional con algo de cerebro, podría ser la clave del éxito para un candidato de la centroderecha.
Pero eso ya es hilar demasiado fino. Lo cierto es que el único activo hoy del gobernador es también su defecto: la lejanía con el actual y mediocre Gobierno del Presidente Gabriel Boric marca un punto de soledad que no le hace nada bien a sus propios intereses.