Reducción del riesgo y preparación frente a incendios pueden salvar vidas y bienes
Programas de Caritas y Conaf ya han llegado a cientos de comunidades en distintas regiones, incluida Villa Botania de Canal Chacao, que no es la única que ha resistido el paso del fuego.
Mientras los municipios de las tres comunas más golpeadas por el mega incendio preparan los antecedentes para informar a la Contraloría General sobre sus planes de reducción del riesgo ante desastres, entre otros programas y acciones, centenares de comunidades están más adelantadas en esta materia en distinas regiones, al estilo de la emblemática Villa Botania de Canal Chacao, donde no se perdió ni una vida ni una casa, a pesar de haber estado rodeada por el fuego.
Desde 2012 a la fecha, con fondos de la organización en Alemania y recursos propios, Caritas Chile ha implementado su iniciativa para la reducción del riesgo de incendios forestales en 40 comunidades y 12 comunas de nueve regiones del territorio nacional.
A su proyecto denominado "Prevención comunitaria de incendios forestales en la interfaz urbano forestal de Chile", que es financiado por el Buró de Asistencia Humanitaria de la Oficina para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID-BHA), se sumó en el año 2016 la Corporación Nacional Forestal, Conaf.
A partir de esa experiencia surgió el programa "Gestión territorial y participativa de la reducción del riesgo de incendios forestales" en la mencionada interfaz, que Caritas Chile ha llevado desde entonces a 23 comunidades y 12 comunas de cinco regiones, entre ellas a Villa Botania de Canal Chacao.
Nueva estrategia
Por su parte, Conaf, a partir del devastador incendio de 2014 en Valparaíso, dio un vuelco en la estrategia basada principalmente en la promoción de toma de conciencia, consejos y recomendaciones -en la cual Forestín cimentó su protagonismo-, y comenzó a implementar desde el año siguiente el programa "Comunidades preparadas frente a incendios forestales", aplicado ya en 239 sectores de todo el país.
EN EL GRAN VALPARAíSO
Actualmente la iniciativa "Gestión territorial y participativa de la reducción del riesgo de incendios forestales en la interfaz urbano forestal" se desarrolla en 14 comunidades de las regiones de Valparaíso y Ñuble, alcanza una población estimada de 12.400 personas que habitan en zonas de riesgo y cuenta hasta hoy con la participación de más de 650 personas a lo largo del proceso.
"Sin embargo, con otras fuentes de financiamiento hemos estado en otras regiones, como el Maule, La Araucanía, Biobío y Metropolitana, entre otras", detalla Catherine Mella, encargada del Programa Medio Ambiente, Gestión del Riesgo y Emergencias (MAGRE) de Caritas Chile, del cual forma parte la iniciativa en aplicación.
En la Región de Valparaíso ésta incluye a las comunidades de Los Boldos -ubicada entre Los Pinos y Teniente Serrano- y Canal Chaco, en Quilpué; Peñuelas y Fonasa 5, junto al camino a Laguna Verde, en Valparaíso; poblaciones Wilson y Los Profesores -cerca del sector Monte Carmelo- en Villa Alemana, así como Villa Cumbres de Chile, en Forestal Alto, y el sector de Forestal Bajo, en Viña del Mar.
En cada lugar se desarrolla un trabajo de colaboración con los gobiernos locales y comunidades, en que se promueven medidas de reducción del riesgo de incendios forestales con una metodología de trabajo comunitario y participativo que demanda el involucramiento activo de los vecinos.
PASO A PASO
El proceso de intervención considera la conformación de un Comité Local para la Reducción del Riesgo elegido por los habitantes; formación comunitaria en gestión del riesgo para la comprensión del fenómeno y conceptos centrales, causas y consecuencias, rol de la comunidad y preparación para la primera respuesta, así como análisis participativo, que incluye antecedentes y memoria de desastres, y elaboración de un mapa del riesgo.
Igualmente se realiza planificación comunitaria para la reducción del riesgo y se elabora un proyecto local que considera medidas preventivas y sistemas de alerta temprana, a través de mecanismos de adopción conjunta de decisiones.
Asimismo, el programa consulta acciones locales co-gestionadas con otros actores presentes en el territorio, como limpiezas de material combustible, mantención de cortafuegos, jornadas/campañas de sensibilización, y compra de radios o megáfonos como sistema de alerta.
Las acciones clave del proyecto se organizan en tres ejes: sensibilización y movilización de la comunidad, creación de capacidad y capacitación, política y planificación para la reducción del riesgo.
"Cuando las comunidades están organizadas y comprenden el riesgo, responden muy bien. El proyecto en la Región de Valparaíso considera ocho comunidades, de las cuales solo Canal Chacao tuvo afectación, y si bien el daño es grande, hubiera sido peor si la comunidad no está organizada", subraya Catherine Mella.
Respecto a las demás comunidades, refiere que todas estaban en alerta, monitoreando su territorio. "Cuando a eso de las 14:00 horas escuchamos la noticia de que la Ruta 68 estaba cortada por un incendio en Peñuelas, rápidamente se estableció un enlace con la coordinación territorial, quien a su vez se contactó con los comités y se dio la alerta para reforzar medidas preventivas".
"Constantemente se realiza monitoreo. En cada región trabaja una coordinadora territorial -en el caso de Valparaíso la responsabilidad recae en Andalucía Corvalán- que mantiene un vínculo muy cercano con cada comité o agrupación que se haya conformado en el marco de este proyecto, y esa relación es clave para el éxito del mismo", agrega la encargada del programa MAGRE.
El trabajo comunitario debe dejar de ser una iniciativa o un programa y tiene que transformarse en un estilo de vida".
Cuando las comunidades están organizadas y comprenden el riesgo, responden muy bien".
Rosa Zamora Cabrera
rosa.zamora@mercuriovalpo.cl
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