Tecnología es valiosa, pero no basta por sí sola para manejar riesgo de incendios
Cámaras, drones y satélites pueden complementarse para monitoreo, detección temprana y proyección de la ruta del fuego, pero impedir acciones incendiarias es hoy casi imposible.
A pocos días de que se cumplan dos meses del megaincendio urbano-forestal que cobró la vida de 135 personas, destruyó 8.130 viviendas y dejó más de 21 mil damnificados en el Gran Valparaíso, las miradas se centran en las actuaciones de los entes encargados de la gestión de la catástrofe, la mitigación de sus consecuencias y las urgencias de la reconstrucción.
No obstante, todas las proyecciones apuntan a que, como producto del cambio climático, en el futuro es esperable que se generen grandes incendios, por lo que los países que se han visto más afectados por la acción del fuego se preparan e incorporan, en algunos casos, tecnología de punta para su prevención y detección temprana.
Pero aunque vivamos en la era de la exploración robótica de Marte, hay factores de estas emergencias difícilmente controlables, como la detección de personas responsables accidental o intencionalmente de iniciar el fuego, tesis esta última de Conaf con respecto al origen del mortífero megaincendio del 2F.
Cuatro expertos en el tema revisan aquí las posibilidades que entrega la tecnología para hacer frente a esta problemática desde la fase de prevención, considerando que independientemente de esos recursos, la preparación de las comunidades para estos esenarios no es reemplazable en ningún caso.
Cámaras o sensores
Con la tecnología disponible es posible apoyar la prevención de siniestros, pero no neutralizar la totalidad de los elementos que están presentes en su origen, opina el director del Laboratorio de Geo-información y Percepción Remota del Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Roberto Chávez.
Sostiene que "siempre es posible avanzar en la prevención, pero no existe ningún sistema en el mundo que sea infalible, puesto que el factor humano, es decir, el inicio del incendio provocado por una persona accidental o no accidentalmente, es impredecible", y en Chile casi el 100% de los siniestros es iniciado por personas.
"Los sistemas de prevención se enfocan en tres aspectos fundamentales: monitorear que se presenten las condiciones propicias para un incendio en cuanto a combustibles y su estado (vegetación abundante y seca); las condiciones meteorológicas (alta temperatura, viento y baja humedad relativa) y finalmente la fuente de ignición, es decir, la persona que inicia el fuego", detalla el académico.
Agrega que los dos primeros aspectos se pueden monitorear de mejor forma con imágenes satelitales y datos climáticos, pero el tercero, que implica detección de personas, es la parte más complicada. "La carga de combustible se puede estimar usando imágenes satelitales multiespectrales sensibles a la biomasa vegetal y su grado de desecamiento", lo que debería hacerse desde el invierno anterior a la época de alto riesgo, y los datos climáticos están disponibles permanentemente.
Pero en el caso de quienes inician el fuego, "es imposible una detección satelital, por lo que las tecnologías disponibles pasan por la vigilancia a partir de patrullajes, cámaras de seguridad o sensores termales como los que se usan en las fronteras", complementa Roberto Chávez, doctor en la especialidad del laboratorio que dirige.
La pROPAGACIÓN
"En nuestra opinión no es posible lograr la prevención del 100% de incendios forestales, pues esto requeriría evitar por completo que existan igniciones en áreas silvestres", y dado que en Chile la casi totalidad de los siniestros tienen origen antropogénico, "esto implicaría vigilar y/o fiscalizar a todas las personas que, de manera accidental o intencional, inicien fuegos en áreas silvestres, lo que es una tarea compleja desde el punto de vista logístico".
Es el planteamiento del doctor Andrés Fuentes, experto en combustión e incendios y vicerrector académico de la Universidad Técnica Federico Santa María, y del doctor Gonzalo Severino, perito de incendios y apoyo académico de la misma casa de estudios. A ello suman que el comportamiento de la propagación tiene una importante componente probabilística, por lo que "aun contando con recursos y tecnologías de última generación, siempre habrá incendios que escapen a la detección y control inicial, y que eventualmente propaguen de manera destructiva".
Con respecto al monitoreo de incendios forestales, los expertos observan que en Canadá se ha desarrollado un indicador denominado Fire Weather Index (FWI), que permite evaluar los efectos de la humedad de la vegetación y las condiciones meteorológicas en el comportamiento de los incendios, y que en algunas zonas mediterráneas se ha demostrado una correlación importante entre este indicador y el área afectada por el fuego, por lo que implementar este indicador en Chile podría ayudar a monitorear los siniestros de mejor manera.
Tecnología y educación
"La prevención contra incendios tiene un eje tecnológico, pero también un fuerte componente de capacitación y aspectos educacionales y programáticos", expone el director del Departamento de Gestión Forestal y su Medio Ambiente, y coordinador del Laboratorio de Incendios Forestales de la Universidad de Chile, Miguel Castillo.
Expone que la prevención del riesgo de estas emergencias
Rosa Zamora Cabrera
rosa.zamora@mercuriovalpo.cl