La normalización de las incivilidades
La agresión con arma blanca ocurrida en el eje Bellavista exhibe con descarnada violencia el estado de cosas en el plan de Valparaíso.
Valparaíso es una ciudad de contrastes, pero pocos son tan radicales como el que existe entre la imagen que muestra el alcalde en sus redes sociales -una comuna limpia, pujante y llena de oportunidades-, frente a la que relatan los vecinos y dueños de locales que se ven afectados por el comercio ilegal desatado, la delincuencia en crecimiento y los problemas que a esta altura son estructurales, como la falta de aseo y el poco cuidado de la infraestructura pública. La agresión que sufrió una mujer de 50 años el martes de esta semana en el sector del Eje Bellavista es un recordatorio de que el declive de algunos lugares emblemáticos se ha acelerado con el paso del tiempo y su corrección, aunque requiere un trabajo articulado de varios servicios públicos distintos, depende en primer lugar del interés del municipio.
El centro cívico de Valparaíso se ha vuelto "tierra de nadie", dicen los comerciantes, quienes reconocen con desazón que las riñas, las incivilidades y los robos por sorpresa son hechos tan cotidianos que ya no horrorizan como antes a los habitantes y transeúntes de sitios como plaza Aníbal Pinto, calle Condell, avenida Brasil y subidas Cumming y Ecuador. Mucho de esta normalización de hechos graves se debe a la pasividad municipal para solucionar de forma decidida estos problemas. La reacción tardía de una alcaldía que sólo en los últimos meses ha puesto mayor énfasis en las penurias cotidianas de los porteños del plan no termina de convencer a los afectados, quienes viven o trabajan en calles que parecen verdaderas "bocas de lobo", como relata un locatario. Faltan más carabineros y más camionetas de seguridad ciudadana, es cierto, pero ¿bastará con más autos y una coordinación más estrecha entre las instituciones involucradas, comerciantes y vecinos para enfrentar la situación integral que afecta al eje Bellavista y sectores aledaños? Todo indica que no. Tan lamentable como cierto es que las autoridades municipales perdieron años valiosos en discursos confusos y contradictorios, que estaban mejor invertidos en la construcción de un plan integral capaz de abordar todas estas problemáticas contingentes con una mirada de largo plazo. Pero no. La opción elegida fue pintar murales en las cortinas de los negocios que sobreviven en la calle Condell.