Correo
Estado ausente
En los dos últimos años, siete son los funcionarios de Carabineros de Chile que han fallecido por la acción criminal de delincuentes. Ahora tenemos que lamentar la muerte del teniente Emanuel Sánchez Soto (Q.E.P.D.), quien ante la acción delictual de cinco antisociales premunidos de armas de fuego y en cumplimiento a su juramento de servicio, no dudo en enfrentarlos valientemente, recibiendo cuatro impactos de bala, no sin antes herir mortalmente a un delincuente de nacionalidad venezolana. El teniente Sánchez tenía catorce felicitaciones en su hoja de vida; era un gran carabinero.
Cuando muere un carabinero en estas circunstancias, aumenta el temor de la ciudadanía, ya que si fallece un policía, es evidente que la ciudadanía no está protegida de los cientos o miles de delincuentes armados, muchos de ellos extranjeros indocumentados que se desplazan en la vía pública esperando la oportunidad para robar, agredir o matar.
Aumenta la sensación de inseguridad al constatar que en el norte nuestras fronteras siguen abiertas a la inmigración ilegal. Aún más, a vista y paciencia de los policías y servicios públicos, son recibidos y asesorados por algunas instituciones y ONG, sin que se sepan sus antecedentes penales y sin que informen a qué se van a dedicar en el país. Sin temor a equivocarme, creo que Chile es el único país del mundo tan permisivo en esta materia.
El asesinato de policías, la migración ilegal fuera de control, la presencia del crimen organizado, el crecimiento del narcotráfico, el secuestro extorsivo, el sicariato, no hacen más que evidenciar que el Estado de Chile está ausente, pues aún no logran coordinarse los tres poderes y las instituciones para luchar en forma decidida contra la delincuencia, a pesar que la última Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana indicó que la percepción de inseguridad hoy llega al 90,6%.
Iván Stenger Larenas
Ya no existe
Una mujer de 88 años muere al interior de su vivienda en el cerro Yungay, víctima de la acción de terceros. Una mujer, a plena luz del día, propina cortes con un arma blanca a otra mujer en la esquina de Brasil con Bellavista, a no más de una cuadra del centro cívico de Valparaíso, lugar en el cual se encuentran las oficinas de la delegada presidencial regional. Al diputado Tomás Lagomarsino, médico cirujano de profesión, le sustraen de su vehículo particular su maletín personal con insumos e instrumental médico, impidiéndole con ello prestar atención gratuita a personas que requerían de sus servicios.
Nadie se salva de la delincuencia, no importa si es al interior de una vivienda, en las inmediaciones de las dependencias de la representante del Presidente de la República en la región o si se es un diputado de la República. Ya no hay límites ni escrúpulos para ocasionar daño, muchas veces daño con violencia inusitada. Valparaíso, ¿qué hiciste para perder el encanto que, por allá por el año 1941, logró que te llamaran la Joya del Pacífico? La Plaza de la Victoria ya no es un centro social. ¿Es aún Torpederas de mi ensueño? Revise usted la letra de la canción "La Joya del Pacífico" y se dará cuenta que el Valparaíso que se describe en la simpleza y riqueza de la letra de esa canción ya no existe y lo más lamentable es que queda la sensación que a nadie importa.
José Luis Miranda Muñoz
Candidatos
A propósito de las próximas elecciones, siguen apareciendo más candidatos, pero hay algo que llama la atención, porque se vienen los parientes. ¿Cuántas de estas personas que hoy están presentándose como candidatos hubieran tenido alguna opción de ser considerados si no tuvieran la dicha de ser pariente de algún miembro de la Familia Política & Asociados?
Luis Enrique Soler Milla
Compleja situación en Reñaca
Es de público conocimiento que desde hace años hay una "casa de remolienda" en el sector denominado La Isla, en Reñaca.
Alrededor de esta "casa" se generan una serie situaciones que son intolerables y peligrosas para los vecinos y visitantes, las cuales son el reflejo de la crisis de seguridad que estamos viviendo como viñamarinos y como país. Prostitución, actos de matonaje, droga, etc., cuyos protagonistas son los "cuidadores de autos", quienes son sumamente agresivos, ya que si uno al estacionarse no le paga por adelantado, cuando uno vuelve se encuentra con neumáticos rajados, autos rayados, etc. Incluso se han registrado peleas a combos; una verdadera mafia.
Este espectáculo se produce a vista y presencia de niños, jóvenes, familias y de todos quienes transitan por dicho barrio comercial y residencial durante la noche e incluso en la tarde. La autoridad, sabiendo de la existencia de este tipo de situaciones, no hace nada, por lo que me pregunto: ¿no habrá alguien que le ponga el cascabel al gato de una vez por todas? Si todos saben lo que ocurre allí, ¿por qué la autoridad no hace nada? ¿Cuál es la solución? ¿Por qué como viñamarinos debemos seguir aguantando este tipo de cosas con niños presentes en ese sector, siendo amenazados por los cuidadores de autos? ¿O debe morir alguien para que la autoridad haga algo? Y con esto no me refiero sólo a la autoridad actual, sino de todas las que ha habido.
Josefina Larraín
Uso del celular
Durante estos años, el uso de celulares ha sido un gran problema para los colegios y especialmente para los adolescentes, que han desarrollado una adicción al dispositivo, lo cual ha dificultado el aprendizaje. Los niños se desconcentran muy rápido y tienden a desarrollar una ansiedad por ver el celular.
Creo que el aparato no debería ser usado por menores, ya que puede afectar en varios aspectos; uno de estos son los exámenes o las tareas, ya que más de una vez se ha descubierto a alumnos vulnerando la reglas y completando trabajos o tareas usando el celular.
La justificación de los estudiantes para su uso es que deben comunicarse con sus padres al final de la jornada escolar; sin embargo, ese no es el uso principal del celular para los adolescentes, pero insisten en ello, a pesar que en los reglamentos escolares está explícitamente prohibido.
Los celulares también hacen que los alumnos desarrollen cierta dependencia, ya que hoy en día no podemos vivir sin este. Con el dispositivo nos organizamos, nos comunicamos y también sacamos información. Aunque no lo parezca, toda nuestra vida está en el celular. Es por eso que a los jóvenes les causa mucha ansiedad que les llegue una notificación o que los llamen y ellos no puedan contestar debido a que están en medio de la jornada escolar.
Trinidad Muñoz Quiroga