Correo
Sonrisa de impunidad
La sonrisa de Yolvi González Arcaya, imputado por el asesinato a sangre fría del carabinero Emmanuel Sánchez, denota el perfil del nuevo delincuente. Un antisocial sin respeto a la vida propia ni la de los demás, sin respeto a las instituciones ni a la sociedad en su conjunto.
Esta sonrisa demuestra el gesto de los delincuentes frente los organismos de nuestro país, es una risa hacia las fuerzas de orden y seguridad, al Congreso Nacional y, por sobre todo, al Poder Judicial, el cual en vez de procurar sancionar a este tipo de personas, al parecer se esmera en buscar la forma de disminuir sus sanciones. Este gesto es preocupante, porque más allá de lo desagradable que podría ser esta psicópata risa de un delincuente extranjero, es una sonrisa que más pronto que tarde estará nuevamente libre en las calles, porque es una sonrisa de impunidad.
Felipe Jara S. Fundación para el Progreso
Cruda realidad
Como no es posible, por seguridad, alejarse del acontecer de Chile, hay que leer y ver noticias en los medios. Soy del tiempo de las películas de cowboys, de mafias neoyorquinas y sicilianas, de agentes en la guerra fría y del crimen organizado. Chile vive una película real de mafias, de crimen organizado, enfrentamientos y asesinatos, hallazgos de cuerpos descuartizados, cementerios clandestinos que pueden esconder abortos y víctimas sin documentación asesinadas, asaltos a bancos, tráfico de drogas, asaltos a mano armada y más. Todo lo anterior me hace pensar que la ficción cinematográfica nunca fue capaz de reunir tantos crímenes; sin embargo, los tenemos en Chile actualmente.
Me embarga una gran pena al comparar esto con los tiempos mozos de un Chile seguro y pacífico.
Marcos Concha Valencia
Estado ausente
Chile, más que un Estado ausente, es un Estado fallido: aquellos que se caracterizan por su incapacidad para tener el control sobre regiones de su territorio y para asegurar en ellas el monopolio de la violencia física legítima. Esto es lo que ocurre en numerosos territorios rurales y urbanos de Chile en los que el Estado está ausente; las autoridades o funcionarios del Estado no se atreven a ingresar; la población está atemorizada y, en numerosas ocasiones, son los narcotraficantes quienes les brindan servicios que el Estado no les otorga.
Adolfo Paúl Latorre
Expulsión
Señores gobernantes, jueces y legisladores: los chilenos les exigimos la expulsión inmediata de extranjeros ilegales, asesinos y traficantes. Si no los pueden sacar, restablezcan la pena de muerte que derogó un expresidente. Nuestros derechos humanos están vulnerados, la seguridad no existe. ¡Vivan los carabineros de Chile!
María Angélica Füster
Al borde de ser invivible
Cada vez que me encuentro con porteños antiguos no dejamos de conversar y lamentar lo corrompido y deteriorado que se encuentra el plan de la ciudad y la verdadera penitencia que implica transitar por zonas atiborradas y tomadas por cientos de inconscientes e irresponsables que no miran más allá de sí mismos, aunque revienten los demás.
Un amigo frenteamplista me decía que fue agredido hace poco mientras intentaba caminar por la calle Uruguay; yo mismo y un grupo de periodistas extranjeros fuimos amenazados de muerte en esa misma arteria; ni hablar de la reacción abusiva de un vendedor callejero que en Pirámide invitaba hace poco a los compradores a irse a buena parte si tenían problema con que él estuviera ocupando la mitad de esa calle.
Caminar por el plan, como si se tratara de los bajos fondos de la droga, donde cada quien hace lo que le viene en gana, es vivir en una no ciudad, como el simbolismo que hay en la obra del noruego Munch, donde las figuras se encuentran unas al lado de las otras, sin que ninguna se mire las caras porque ha desaparecido entre ellas todo gesto capaz de aproximarlas.
Si alguna vez se creyó, parafraseando la célebre frase de la película Casablanca, que Valparaíso seguiría siendo por los siglos de los siglos un puerto de llegada para los románticos impenitentes e infatigables, hoy eso es algo que difícilmente alguien creería, tanto por el deterioro de sus otrora virtudes como por las sevicias, malos tratos, vejaciones y agresiones a las que se ven inmisericordemente expuestos quienes en un alarde de estulto optimismo aún salen a caminar sus calles.
Rodrigo Díaz Yubero
Sentido común
Desde el sentido común y como simple ciudadano, aparece necesario tener claridad legal específica, explícita, acerca de que cuando existen protestas destructivas de parte de grupos de personas y deben actuar las policías, existe una violación a la ley por parte de quienes participan de esas protestas. Se trata de delitos que deben tener penas adecuadas.
Como sociedad que procura ser civilizada, priorizamos el derecho humano de los ciudadanos comunes a poder vivir en un ambiente de paz social donde las protestas sean pacíficas, sin destruir bienes públicos y/o privados y menos atacar a las policías con cualquier tipo de objetos y medios. En esos casos, si algún manifestante queda con lesiones de cualquier tipo, la policía no ha de ser sometida a juicio alguno. Ha cumplido con su deber tratando de repeler a los delincuentes.
Se debe privilegiar la paz ciudadana y el respeto al trabajo inherente en los bienes que nos rodean. Una fachada, un semáforo, un tacho de basura público, son bienes de uso que significan trabajo humano incorporado, tiempo de vida. El derecho humano de un delincuente debe terminar cuando no respeta el derecho humano de los ciudadanos de ser respetados en su tranquilidad y seguridad, en sus trabajos, en sus vidas.
Nathan Novik
Recursos públicos e impuestos
La semana pasada, el Servicio de Impuestos Internos (SII) publicó una circular para la aplicación de un impuesto adicional al IVA a las bebidas no alcohólicas, entre ellas néctares y jugos, lo que ha generado un fuerte rechazo.
Habiendo perdido el país más de 32 mil millones de pesos con motivo del caso Convenios, ¿no sería más lógico que se les exigiera a la brevedad a los involucrados la devolución de lo defraudado?
Carmen Eugenia Peña C.