"La Cámara va a borrar con el codo todas las pequeñas cosas buenas que hizo el Senado"
La reforma laboral acaba de salir del Senado, llegó a la Cámara y todo indica que el tema -un zapato chino para el Gobierno, señalan desde el mundo político- se zanjará en una comisión mixta donde priman los votos de la Nueva Mayoría. "La reforma laboral es mala, tuvo algunos pequeños cambios en el Senado, pero no mejora el clima laboral y si es necesario la UDI recurrirá al Tribunal Constitucional", sostiene el diputado y miembro de la Comisión del Trabajo, Patricio Melero (UDI).
-Pero la diputada Carolina Goic fue bien enfática en señalar que, justamente, este proyecto mejoraba las relaciones entre empleadores y trabajadores...
-La mejor reforma laboral es aquella que logra que ningún sector domine al otro. Ni los sindicatos al empleador ni el empleador por sobre el sindicato. Por eso, con sabiduría la OIT a nivel mundial se asegura que todo acuerdo que adopta tiene que ser obligatoriamente acordado por los empleadores, los trabajadores y los gobiernos. Pero aquí se establece una forma de negociación colectiva y de relación que va a llevar o a incentivar más el enfrentamiento que el entendimiento y que va a perjudicar fuertemente los salarios de los trabajadores que inicialmente van a ver mejorados pero que, a la larga, en la medida que vaya cayendo la productividad del país, va afectarlos negativamente. Esta es una reforma contraria al crecimiento económico, adversa para la generación de empleo, e injusta para los jóvenes y las mujeres que son los que más requieren encontrar trabajo.
-Aunque considera que el proyecto salió mejor del Senado que cuando entró, la Sofofa opina todo lo contrario: Que salió peor que el original. ¿Qué le parece que los empresarios tengan esta opinión tan tajante?
-Mi pronóstico es que la Cámara va a borrar con el codo las pequeñas mejoras que hizo el Senado. Lo que ocurre es que senadores DC como Walker o Zaldívar, que generaron una posición de respaldo a algunos de estos cambios, son senadores que tienen menos obsecuencia hacia la CUT y el PC y actúan con mayor independencia. En cambio los decés de la Cámara son más temerosos ante la CUT y el PC y gozan de menor independencia para plantearse, aun cuando muchos puedan concordar con los planteamientos de los senadores decés.
-O sea, ¿se trata de un proyecto hecho a la medida del PC?
-Sin duda recoge las reivindicaciones históricas que la CUT y el PC han venido planteando desde siempre y por consiguiente aparece una reforma muy sesgada hacia esas demandas que no considera la compleja situación en que van a quedar especialmente las pymes. Los grandes perdedores de esta reforma van a ser las pymes, las mujeres y los jóvenes. Los ganadores van a ser la CUT y las grandes empresas.
-Sin embargo, este proyecto no deja contento a nadie. Ni a la CUT, ni a los empresarios, ni a la oposición...
-Pero si no deja contento a nadie. No hay una sola encuesta que demuestre que esta reforma en más de un año haya tenido más aceptación que rechazo. Por el contrario, desde su inicio, en el debate y en la medida que los trabajadores han ido conociendo los contenidos de la reforma, el rechazo ha ido aumentando. Por lo tanto, es una reforma laboral que no llega con los consensos mínimos para poder perdurar en forma estable en el tiempo. Y me parece grave que uno de los actores relevantes del devenir económico, que son los empleadores, de los grandes a los más pequeños y de forma muy especial a las pymes que generan el 80% del empleo, vean con tan profunda preocupación y aflicción el devenir que se genera a partir de esta reforma. Es una contradicción del Gobierno que por un lado llama a fomentar la productividad y el crecimiento, y por otro lado lleva adelante esta reforma que va en dirección contraria.
-Pero, ¿el hecho de que no deje conforme a nadie de alguna manera no significa que a todos les da un poco porque es muy difícil dejarlos a todos contentos con un proyecto tan complejo?
-Sí. Es verdad. Pero cuando uno ve que ya desde el mundo de la Nueva Mayoría exministros de Estado como Eduardo Aninat, Mariana Aylwin, René Cortázar o subsecretarios como Ignacio Albornoz o Zarko Lucksic, y otros personeros de izquierda independientes, se han pronunciado en contra o han hecho ver las dificultades que tiene, muestra que aquí ha primado por sobre todo un voluntarismo ideológico, más que una sana percepción y la búsqueda del bien común.
-Esto va a comisión mixta sí o sí. ¿Cómo prevé el escenario?
-O sea en las comisiones mixtas el oficialismo tiene mayoría y vamos a volver a las culturas de las mayorías en vez de una cultura del diálogo y la capacidad de modificar las leyes en pro del bien común. El final del trámite de esta reforma ha dejado en evidencia lo peor del gobierno que estamos teniendo. Ni siquiera los ministros de Estado están de acuerdo en la reforma. Si escucha al ministro Valdés, de Hacienda; a la ministra Rincón, del Trabajo, o al ministro de la Segpres, Eyzaguirre, y ve que hay tres puntos de vista distintos respecto a las readecuaciones necesarias. Entonces es muy complejo para el oficialismo seguir una línea cuando ni siquiera el propio Gobierno la tiene.
-¿Qué le faltó?
-A este proyecto le faltó sentido común y menos ideología; más praxis y menos voluntarismo por torcer el destino de lo que está pasando en el mundo del trabajo. Le falta adecuarse a los cambios que ha tenido la sociedad en el siglo XXI que requiere cada vez mayor adaptabilidad, flexibilidad, horarios parciales, pero sobre todo le ha faltado comprender que en la relación entre trabajadores y empleadores debe siempre fortalecerse el diálogo y entender que si a la empresa le va bien, le va bien a sus trabajadores, y que la productividad es un desafío de marca mayor.
-¿Si Chile Vamos llega a La Moneda cambiará el proyecto?
-Este proyecto al corto andar va a dejar en evidencia sus falencias y se va a generar un consenso transversal para introducirle cambios. Va a pasar lo mismo que ocurrió con la Tributaria y la Educacional. La praxis y la aplicación va a ir dejando en evidencia las falencias que tiene.
- A su juicio, ¿en la Cámara se va a perder el esfuerzo que hicieron lo senadores decés?
-No quisiera restringirlo solo a los senadores decés, porque también hubo algunos esfuerzos de senadores del PPD; y un gigantesco esfuerzo de los senadores Hernán Larraín y Andrés Allamand por plantear sus puntos de vista y hubo un gigantesco esfuerzo de los empleadores de las pymes hasta de las organizaciones de empleadores más grandes, pasando por abogados laboralistas, universidades y centros de estudios, y todos dejaron en evidencia los errores que esta reforma tenía. Pero el Gobierno no ha querido escuchar y ha decidió llevar adelante su programa y el resultado lo vamos a ver en el mediano plazo.
"Esta reforma recoge las reivindicaciones históricas que la CUT y el PC han venido planteando desde siempre y, por consiguiente, aparece sesgada hacia esas demandas" "A la reforma le faltó sentido común y menos ideología; más praxis y menos voluntarismo por torcer el destino de lo que está pasando en el mundo del trabajo"