La museóloga alemana Julia Koppetsch (full disclaimer para los desconfiados: es esposa del concejal del Pacto Urbano La Matriz, Daniel Morales) dio ayer una suerte de exposición, más parecida a clase magistral, en el salón Quinto Centenario de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, a propósito del Día Nacional de los Museos.
En ésta, Koppetsch dio luces sobre la indispensable necesidad de un museo para la ciudad de Valparaíso, una especie de centro que permita rescatar su riquísima historia patrimonial y social, hilando aquel guión perfecto que habla de bucaneros, inventores, inmigrantes y progreso sin límites. En su brillante exposición, Koppetsch lo describe como un "gatillador social" por excelencia, muy alejado de ese concepto intelectualizado y distante de la sociedad con el cual se suele manosear el patrimonio local. Faltan instancias lúdicas, dice la alemana, que permita llevar tales conocimientos más allá de los espacios académicos y que generen una valorización más completa del entorno.
Los ejemplos salen a colación: al lado del jardín infantil de sus hijos, un grupo de estadounidenses han instalado el Valparaíso Surf Project, un laboratorio que permite la integración de niños de escasos recursos y escuelas marginales a un escenario que puede sonar tan elitista como el surf, pero que, sin embargo, les permite -a muchos de ellos- conocer el mar e integrarse a una experiencia bilingüe de actividades extraprogramáticas que no tiene precio.
Alemania, explica, cuenta con 6 mil museos para un universo de 80 millones de habitantes. Valparaíso, con casi 300 mil personas, no sobrepasa los diez, con los destacados esfuerzos que se hacen con entidades tales como el Museo de Historia Natural, el Marítimo, la Casa Victoria, el Museo a Cielo Abierto, el Museo Lukas, el MIM y otros pocos, que deben subsistir en base a las donaciones y la generosidad de ciertos entes privados. También existen espacios menores -"exposiciones permanentes", prefiere llamarlas ella- como las del ex Hospital Alemán, la del expresidiario "Papito", lo que intenta hacer Marcos Hume con el Bar Inglés y otro puñado, que se relacionan más con esfuerzos individuales que con una voluntad regional.
Quizás algún día, cuando nuestro patrimonio y nuestros recuerdos sean irrecuperables, conseguiremos entender el verdadero significado de lo que dice Koppetsch cuando nos urge a poner en valor lo que somos.