La reputación es importante incluso para los niños que van al jardín
SOCIEDAD. Los pequeños son conscientes de la imagen que proyectan en su entorno, así como de las estrategias para modificarla a su favor.
La opinión que tiene el entorno sobre la propia conducta comienza a ser una preocupación desde, aproximadamente, los cinco años, de acuerdo a un estudio realizado por psicólogos de las universidades de Chicago y Pensilvania, en Estados Unidos. Los niños, al ser conscientes de su reputación, adoptan comportamientos para alterar su imagen exterior.
La etapa preescolar muchas veces es la primera gran interacción social que tienen los pequeños con sus pares, etapa en donde se descubre la fascinación por el estatus y empiezan a considerar cómo son vistos por los otros, señalaron los especialistas Ike Silver y Alex Shaw, en la revista Trends in Cognitive Sciences, tras revisar y corroborar los resultados de 13 estudios psicológicos, antropológicos y sociológicos.
Los investigadores han dedicado buena parte de sus carreras a determinar cómo los seres humanos construyen su identidad, sumado a las estrategias usadas para la presentación en sociedad, detalló Shaw, de la U. de Chicago.
Estrategia
El psicólogo explicó que con su equipo estaban concentrados en descubrir los tipos de comportamiento complejos y estratégicos usados por los adultos para presentarse ante los demás, cuando se dieron cuenta de que estos aparecen a una edad más temprana de lo que se creía, en torno a los nueve años.
La conciencia de los pequeños sobre su posición social se produce "en cascada desde los adultos y se extiende por todas las culturas, a pesar de las diferentes normas y expectativas sociales", agregó.
Los niños "quieren ser aceptados por las personas a las que admiran", razón por la cual se tornan "sensibles a cómo se comportan quienes los rodean, incluidos los adultos que valoran mucho su reputación", señalaron los científicos en el artículo.
Experiencias como compartir juguetes, trabajar en equipo o escuchar al profesor, pueden proporcionar oportunidades para que los pequeños aprendan lo que constituye una reputación deseable y qué estrategias son eficaces para crear una buena imagen social.
"Como sociedad estamos muy centrados en la creación de nuestra imagen y en cómo nos presentamos ante el resto, motivo por el que nuestros niños tiene una exposición temprana y concentrada a la idea de la imagen y el estatus social", analizó Silver, de la U. de Pensilvania.
A los cinco años, los niños no sólo son conscientes de su reputación, reveló el análisis, sino que además son capaces de establecer un comportamiento estratégico para alterar su imagen exterior.
De esta manera, los expertos creen que los niños varían su comportamiento para "aparecer buenos social y moralmente ante observadores clave", como familiares y profesores que ellos consideran relevantes.
Circunstancias
Los psicólogos indicaron que, aunque se sabe que los adultos usan una gran variedad de factores para administrar y crear impresiones en el entorno, "aún no sabemos si los niños entienden y usan el hecho de que los diferentes rasgos (valentía, riqueza, inconformismo) son apreciados en diferentes momentos y ante audiencias diversas".
Silver y Shaw consideran importante conocer los momentos en que los niños son capaces de controlar su reputación y cuándo les podría causar problemas.
Los analistas, a partir de este rasgo de voluntad en la conducta, ahora trabajan en determinar qué pasa con la imagen pública antes de los cinco años, debido a que no creen que esta idea surja en los pequeños de pronto, durante el primer día que asisten al jardín.
El equilibrio con la sociedad
Los adultos son capaces de equilibrarse socialmente a través de una gran variedad de características, desde la valentía hasta el inconformismo. Los pequeños, en cambio, dado que su léxico y conocimiento de las emociones es menor, sólo son capaces de determinar algunos rasgos, como la moral y la inteligencia, razón por la cual los autores del análisis advirtieron que poco se sabe acerca de cómo los niños aprenden a navegar entre estos intercambios, además de qué señales están motivados a enviar.