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ENTREVISTA. josep maría esquirol, pensador español:

La resistencia íntima en tiempos del nihilismo

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Cristián Warnken

Josep María Esquirol es profesor de filosofía de la Universidad de Barcelona y Premio Nacional de Ensayo de España. Sus libros han sido publicados con mucho éxito en la prestigiosa Editorial Acantilado y en Gedisa, entre otras. Algunos de sus títulos más relevantes son "La resistencia íntima" (2015), "El respeto o la mirada atenta" (2006), "La penúltima bondad"(2018). En su paso por Chile dará una conferencia en Santiago -invitado al ciclo Pensamiento Propio que auspicia BHP- y estará en Valparaíso el miércoles 3 de octubre, a las 19 horas, en la dirección de Extensión de la Universidad de Valparaíso (Errázuriz 1108) para hablar de "la resistencia íntima", un concepto acuñado por él como respuesta a un mundo tecnificado, "pantallizado", en el que peligran la "proximidad", la mirada atenta e incluso el presente, devorado por la "actualidad".

Este miércoles el público porteño tendrá la oportunidad de escuchar directamente a uno de los más relevantes pensadores actuales en habla hispana. A pocas horas de llegar a la ciudad puerto, Esquirol accedió gentilmente, a minutos de embarcarse en el avión hacia Chile, a contestar nuestras preguntas.

- Usted ha acuñado el concepto de "resistencia íntima". ¿Cómo llegó a él y qué significa?

- La condición humana es intemperie ; y la vida humana, es conmoción. En la intemperie se dan fuerzas disgregadoras (nihilistas). Frente a ellas hay que desplegar algún tipo de protección, de resistencia. Resistencia íntima es el movimiento consistente en no dejarse llevar y mantener el tipo ante las fuerzas disgregantes de la realidad; algunas de tales fuerzas son relativas a la condición humana y otras son específicas del contexto social. Consiguientemente, la resistencia íntima se expresará en el gesto de la casa y del amparo, en el valor de la cotidianidad o en la clásica virtud de la fortaleza. Intencionadamente uso la expresión "íntima" y no "interior". "Íntima" significa próxima y, también, central, nuclear, del sí mismo. Resistencia en la reflexión del sí mismo, en el prójimo, y en la proximidad.

- En varios de sus libros hay una referencia a nuestros tiempos, tiempos donde predomina la actualidad y donde ésta "engulle" al presente. ¿Podría explicarlo?

- Se trata de esa "actualidad" que exige continua conexión y que es más poderosa que el destino de antaño. Sin embargo, conviene advertir que en la mayoría de situaciones de dominio, el problema no está tanto en la cosa que domina como en el hecho de dominar. Todo dominio supone homogeneización y alienación de la diferencia. Ante el dominio lo que conviene es no ceder. No ceder a lo que domina es resistir en la diferencia. Y, hoy, la diferencia está en la proximidad.

- El hombre está expuesto a múltiples peligros y en muchos casos está al descampado frente a la finitud, la enfermedad, el abismo. Usted insiste mucho en la noción de "cobijo". ¿Dónde está hoy ese cobijo?

- Cobijo, amparo, casa, calidez, confianza… La casa es un centro existencial y modesto, que nada tiene que ver con el lujo ni la posesión. Casa es un verbo: el de reunir, casar, juntar. Lo que intento explicar es que somos nosotros quienes juntando creamos centros existenciales y modestos, que actúan efectivamente como puntos de orientación y nos alejan de lo caótico. Cuando la palabra es verdaderamente cordial es también cobijo y hospitalidad.

- Uno de sus ensayos es sobre la "mirada atenta", "el respeto", "la acogida". ¿Qué significa estar atentos, acoger con la mirada?

- Atención y respeto están muy estrechamente vinculados. Incluso puede decirse que coinciden. Prestar atención no sólo, ni prioritariamente, significa agudizar la percepción y nuestra capacidad cognoscitiva, sino conseguir un cambio de actitud, a modo de un despertar y una vigilia de nuestro sentido moral.

Si prestamos atención a los demás y a las cosas que nos rodean, acabaremos teniendo una actitud respetuosa para con la mayor parte de todo ello. Se dará una "aproximación" que convertirá a los demás en "prójimos", y a las cosas y a las situaciones en la "familiaridad de la vida".

- Hoy vivimos en tiempos de la "sospecha". ¿Cuál es su mirada sobre eso?

- Prefiero la actitud crítica a la sospecha. Evidentemente, el examen y la crítica forman parte de lo que el pensar propone como determinante para la madurez vital. Y la gran amenaza siempre es el dogmatismo, que va de las formas más explícitas a otras mucho más disimuladas. Hay que ser crítico, sí. Pero lo fundamental está en la confianza, y en el compromiso. Una cosa es desconfiar de lo que hay que desconfiar y otra "ser desconfiado". El resistente es alguien que toma partido, que se compromete, que cree. Sin creer en algo ninguna resistencia tiene sentido. La resistencia es resistencia ante el absurdo. La forma que pueda adoptar el compromiso del resistente no se aviene a fórmulas generales. Uno puede, por ejemplo, poner todo su empeño político en la relación docente y creer que allí se juega algo decisivo.

- En algunos escritos suyos hay un interés y valoración por la "sencillez", sencillez que a la vez es garantía de "profundidad". ¿Podría explicar esa relación?

- La piel, por ejemplo, es superficial y a la vez profunda. El ser humano es una conmoción que va de la piel al corazón. Otro ejemplo: si bien se mira, hay una profundidad maravillosa en ciertos gestos cotidianos: ¿se ha pensado lo suficiente lo que late tras el saludo?

- ¿Qué expectativas tiene de su visita a Chile? ¿Tiene alguna relación con Sudamérica y con Valparaíso?

- No viajo mucho. Y no por falta de invitaciones. Lo que más me gusta es la vida de estudio. Llevo treinta años dando clases y escribiendo. Mis últimas obras han tenido una repercusión inesperada, que evidentemente celebro. Se han empezado a publicar en otros idiomas. Vengo a Chile con la intención de ayudar a difundir estas obras. Como ya decía Platón, hay en la oralidad algo de lo que la escritura carece.

Vivo en la casa donde nací, en un pequeño pueblo de Cataluña. En esta misma casa, a principios del siglo XX, uno de los hermanos de mi bisabuelo, apenas con quince años, emigró a Chile. Veré también a algunos de mis primos lejanos.

¿Sudamérica? Tengo exalumnos queridos en México, Colombia, Venezuela… que ya son profesores de universidad y que me escriben a menudo.

"Resistencia íntima es el movimiento consistente en no dejarse llevar y mantener el tipo ante las fuerzas disgregantes de la realidad""